Eduardo Lago - Llámame Brooklyn

Здесь есть возможность читать онлайн «Eduardo Lago - Llámame Brooklyn» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Llámame Brooklyn: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Llámame Brooklyn»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Una historia de amor, amistad y soledad. Un canto al misterio y el poder de la palabra escrita.
Un periodista del New York Post recibe la noticia de que su amigo Gal Ackerman, veinticinco años mayor que él, ha muerto. El suceso le obliga a cumplir un pacto tácito: rescatar de entre los centenares de cuadernos abandonados por Ackerman en un motel de Brooklyn, una novela a medio terminar. El frustrado anhelo de su autor era llegar a una sola lectora, Nadia Orlov, de quien hace años que nadie ha vuelto a saber nada.
Llámame Brooklyn es una historia de amor, amistad y soledad, es un canto al misterio y el poder de la palabra escrita. Una novela caleidoscópica en la que, como en un rompecabezas, se construye un artefacto literario insólito en la tradición literaria española.

Llámame Brooklyn — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Llámame Brooklyn», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Viernes, 16 de mayo de 2008; 7:07 a.m.

¡Néstor! ¡Néstor! Creí que las cosas estaban claras entre nosotros, amigo mío. Bonita excusa, pero está empezando a incumplir el pacto. No, nada que ver con Bates. Con Nadia Orlov, sí. ¿De verdad que no puede esperar unos días?

Viernes, 16 de mayo de 2008; 7:40 a.m.

Me ha convencido, pero le ruego que no insista después.

Hablo en serio. Le enviaré la lista desde casa, dentro de unas horas. Me temo que para usted será un poco tarde.

Viernes, 16 de mayo de 2008; 11:03 p.m

¡Tiene usted suerte! Estoy de buen humor, porque he terminado el trabajo que me estaba volviendo loca. Ahora me puedo concentrar en el último, aunque también es muy difícil. En fin, ahí va: un mazo de siete cartas, incluido el original en inglés de la que le escribió Abraham Lewis a Ben Ackerman. Y ¡sí! estará usted contento: el borrador que responde al extraño título de ζЛ, y Kaddish, a los que se hace mención en la novela, están entre los papeles. Kaddish es el cuento que Gal Ackerman publicó en The Atlantic Monthly , (tengo el original, arrancado de la revista y la traducción al español. En cuanto a ζЛ, lo único que tengo es el texto en español (tampoco lo he leído). Al final, Gal Ackerman nos ha arrastrado a todos a este idioma. El resto de los papeles literarios comprende:

1) el principio de un cuento que lleva por título Columbario, acompañado de un recorte del New York Times sobre la acumulación de urnas con las cenizas de los internos fallecidos en un manicomio de Oregón que no reclama nunca nadie.

2) el relato de Alston Hughes, titulado Salsipuedes (¡segunda victoria, señor persistente!).

3) por supuesto, la linda excusa que le sirvió para tenderme una trampa en la que caí como la tonta que soy: La historia del vapor volante del bisabuelo de Bates (es muy corto, por cierto).

4) aquí agrupo tres poemas de su admirado Felipe Alfau; un poema anónimo, que parece ser del propio Gal Ackerman (lo leí, sí, lo último).

5) un texto titulado Crónica de un viaje a la Patagonia , a ciclostil (en mi vida había oído esa palabra, el bibliotecario de Cooper Union me ha explicado lo que quiere decir) firmado por Henry Martínez, alias el profesor Ginebra, secretario perpetuo de la cofradía de los Incoherentes.

6) una semblanza (hermosa palabra, es la que usa él mismo, en el tope de la página) del gimnasio de Jimmy Castellano.

7) otra semblanza (Tres rosas y una botella de brandy) en torno al aniversario de la muerte de Poe y su tumba (hay una foto).

Eso por lo que toca a los papeles literarios, que para mí son de interés secundario. Los papeles más importantes son de índole estrictamente personal. Pero de eso no pienso decirle nada hasta que nos veamos las caras.

Sábado, 17 de mayo de 2008; 6:21 a.m.

¡Amigo Chapman, apiádese de mí, se lo suplico! No, no he mirado los textos literarios a fondo, ni pienso hacerlo.

Sábado, 17 de mayo de 2008; 6:29 p.m.

Ya veo que cuando quiere algo, no hay obstáculo que valga, es usted peor que yo. Pero en fin, accedo. Y en cuanto al caveat, no se preocupe. Creo que podré hacerlo sin que me afecte demasiado. Supongo que así podré saldar, siquiera en parte, la deuda que he contraído con usted, mejor dicho, con ustedes. Por cierto, ¿cómo sigue Frank? No news, good news, supongo.

Hasta pronto,

Sábado, 17 de mayo de 2008; 9:08 p.m.

Estimado amigo: Lo siento, pero Samantha no apareció hasta hace un rato, y yo no entiendo mucho de estas cosas. En fin, supongo que ahora estará plácidamente dormido. Lo encontrará mañana en cuanto se despierte, parpadeando en la pantalla. Agradézcaselo a Samantha. Gracias a su pericia, et voilá ! Su amiga sin nombre

KADDISH

Portada del The New York Times , miércoles, 25 de febrero de 1970.

MARK ROTHKO, ARTISTA, UN SUICIDIO, AQUÍ, A LOS 66

Inmediatamente debajo de la firma, a una columna:

Mark Rothko, pionero del expresionismo abstracto, considerado en los círculos pictóricos uno de los artistas más grandes de su generación, apareció muerto ayer, con las muñecas cortadas, en su estudio, ubicado en el número 157 de la calle 69 East. Tenía 66 años de edad. El Gabinete Forense ha dictaminado que la muerte se produjo por suicidio…

Doce renglones después, envío a la página 39, tercera columna. Ultimas palabras del obituario:

…Su muerte nos recuerda que toda una era de la historia de la cultura norteamericana toca a su fin, haciéndonos conscientes a todos -no sólo a sus fieles admiradores, sino también a quienes tenemos serias dudas acerca de la importancia de su legado- un poco más viejos y más vacíos.

En la columna contigua, bajo la reproducción de un óleo de 1956 titulado «Blanco y negro», un homenaje sobrio y sosegado.

Pintar es un grito primordial que me nace del talón, sacude la planta de los pies, reverbera en los genitales, y asciende por la columna vertebral, hasta alcanzar la bóveda del cráneo, atravesar la claraboya del estudio, y estallar en el cielo. Casi nadie entiende mis últimas pinturas. Yo esperaba que la gente llorase al verlas, como me sucede a mí cuando escucho la Quinta Sinfonía. Negro sobre gris, matices intermedios de la nada, colores atrapados bajo una losa de luz negra. Los marcos, ataúdes que acotan las fugas del espacio. Esperando una señal, Ad, Arshile, Willem, Robert, fackson, tantos otros. Retazos del infinito, de 60 por 60 pulgadas, telas cruciformes que venían de otra región, según Reinhardt, cuadros impregnados de un misticismo que yo no sentía.

Upper East Side, un día antes

Precinto policial número 19. 9:36 a.m. Thomas Mulligan y Patrick Lappin se dirigen a pie a un brownstone situado unas manzanas al sur de la comisaría. Levantamiento del cadáver de un presunto suicida. Los detectives llegan a un espacio cavernoso, de techos muy altos, presidido por una amplia claraboya. Un juego de telas, cuerdas y poleas permite controlar la luz procedente del exterior. Hace un siglo el lugar hacía las veces de escuela de equitación. Todavía se conserva un balcón interior, que se asoma al antiguo patio de ejercicios ecuestres. Contiguo al de Mark Rothko se encuentra el estudio de Arthur Lidov, pintor comercial. Según se mire: en opinión de Lidov, los cuadros de Rothko son papel de pared caro. Los estudios de los dos artistas están separados por un tabique muy fino. La mesa de trabajo de Lidov colinda con el retrete de Rothko. No es suficiente para amortiguar ruidos como la cadena del water o una ventosidad ocasional. Lidov nunca ha oído follar a su vecino. Quizá estuviera demasiado cascado para eso. Bromas aparte, lo que más se oía era música clásica, sobre todo Mozart, Schubert y Beethoven, por ese orden. Según el difunto, las condiciones acústicas eran fabulosas. Antes utilizaba el estudio sólo para trabajar, pero el primero de enero del año pasado se trasladó a vivir allí.

Antes, poniendo en fila los frascos de la muerte, me acordé de cuando ayudaba a mi padre a guardar sustancias venenosas. Crecí en una farmacia. Te estoy viendo, Jacob Rothkovich. Siempre fuiste autoritario y crítico conmigo. El día de tu muerte, en Portland, Oregon, me tambaleé. No me tomabas en serio cuando te decía que quería ser pintor. Me tuve que aventurar solo, aunque sabía que la pintura no era el fin. La pintura era un camino. Mell, compañera de veintitrés años de vida, madre de mis hijos, ¿cómo pudimos llegar a una desolación así? Me gustaba beber contigo, sentir que estábamos más cerca de los dioses. Kate también se fue de casa. Vive en Brooklyn. Kate Lynn, hija mía, con quien no me acabo de entender, ya tienes diecinueve años. Y este niño, a quien quiero con toda mi alma. Christopher, hijo mío, perdóname. Te tengo que abandonar, te dejo a tu suerte. Viniste al mundo cuando yo tenía más de sesenta años, un regalo inopinado de los dioses, un torrente de alegría luminosa, pero ya había demasiado barro en el agua que trataba de avanzar cauce abajo. Te tengo que dejar, te estoy haciendo lo que nos hizo el viejo Jacob a nosotros, cuando se largó de Vitebsk. El farmacéutico Rothkovich se fue a Portland con sus dos hijos mayores, dejando atrás a su esposa con los menores, Sonia y yo. Cuando por fin nos reunimos con él en Portland, tardó siete meses exactos en morirse. Y ahora soy yo quien te abandona. Perdóname. Tendrás que crecer sin mí. ¿Qué estarás soñando? ¿Soy yo parte de tu sueño? No sé qué harás con tu vida. Espero que sepas deshacerte de mi sombra.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Llámame Brooklyn»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Llámame Brooklyn» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Llámame Brooklyn»

Обсуждение, отзывы о книге «Llámame Brooklyn» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x