Fernando Marías - Todo el amor y casi toda la muerte

Здесь есть возможность читать онлайн «Fernando Marías - Todo el amor y casi toda la muerte» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Todo el amor y casi toda la muerte: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Todo el amor y casi toda la muerte»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Premio Primavera de Novela 2010.
Una novela sobre la fuerza del deseo y la oscuridad de los sentimientos que redefine la literatura amorosa y el thriller psicológico a través de las historias de dos hombres unidos por una misma maldición.
Principios del siglo xx: Gabriel, infortunado poeta itinerante, vive atrapado en la pasión por una mujer que no existe, y tal obsesión condicionará su amor por Leonor, mujer de carne y hueso cuyo destino está trágicamente unido al del atormentado indiano Tomás Montaña.
Principios del siglo xxi: Sebastián, un hombre corriente en el punto de mira de una terrorífica banda criminal, se ve obligado a hacerse desaparecer a sí mismo para luego renacer bajo una identidad falsa. Pero no podrá superar el deseo que, como una condena a muerte, lo atrae sin remedio hacia Vera, insólita femme fatale que desapareció misteriosamente de su vida tiempo atrás.

Todo el amor y casi toda la muerte — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Todo el amor y casi toda la muerte», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Unas cuantas horas antes, puede que a las dos y media de la madrugada, puede que a las cuatro, lo ignora porque desde días atrás su insomnio no mira el reloj, se hallaba sentado en la cama de la pensión con los codos sobre las rodillas, la cabeza entre las manos y los pies sobre la moqueta del suelo, uno a cada lado de la bolsa del dinero, cuando por fin tomó la decisión. La serpiente de silencio, inmóvil frente a él, lo acuciaba a ello… Y lo hizo así, de pronto. Un súbito chasquido luminoso le sacudió la mente con un golpe verbal.

¡Ya!

Sin pensarlo dos veces, aprovechó la estocada de la osadía, descorrió con un gesto seco y preciso la cremallera de la bolsa y permaneció expectante… Nada se movió en el interior, la bolsa no respingó, ni la vio luego agitarse por el ritmo de alguna respiración ominosa. Para asombro de su bulliciosa paranoia, era una bolsa normal: el objeto inanimado e inerte, sin demonios al acecho en el interior, que su razón llevaba insistentemente explicándole. Una y otra vez se había dicho a sí mismo que sus manos habían abierto ya la bolsa en Padrós, que estaba comprobado que ningún peligro le aguardaba en su interior, pero aun así esperó todavía un poco antes de separar los dos labios de la gran boca abierta de la bolsa, y cuando lo hizo se ayudó de un bolígrafo para no rozar la tela con los dedos. Miedos inverosímiles e ilógicos dirigían sus actos. Escrutó la oscuridad interior, acercó un poco más la cara y acabó por sentarse en el suelo, junto a la bolsa destripada, tras depositar el revólver sobre la cama, a su alcance. A los pocos segundos, el familiar hombre calvo del espejo, sentado en el suelo frente a él, y como él junto a una bolsa abierta, tomó la iniciativa. Lo vio meter resueltamente la mano izquierda en el estómago de la bolsa y palpar en su interior, primero la esquina derecha, luego la parte central… La bolsa respondió a la exploración con un gemido casi inaudible hecho de sonidos mínimos de papel contra papel, de papel sobre papel, de papel bajo papel. Una colmena de billetes de banco se desperezaba en infinitas formas rugosas al paso de los dedos del hombre del espejo. Cerró al azar el pulgar y el índice, como una pinza de precisión quirúrgica o de tragaperras que sortea chucherías, y tiró hacia arriba. La mano extrajo un único billete: los primeros diez euros de los seis millones que debía de contener la bolsa. Lo miró con curiosidad, le tuvo lástima al verlo bregado por la vida y envejecido, y mimosamente lo alisó y depositó sobre la cama, junto al revólver, adoptándolo en el acto como el primer amigo de su vida nueva. Luego, llevando su valor más allá que el del hombre del espejo, metió de golpe las dos manos y sacó un buen puñado de billetes, y luego otro, y luego otro. La mayoría eran billetes de cincuenta y de cien euros, también algunos de doscientos y de quinientos. Tras la octava incursión, resolvió atajar la tarea y volteó la bolsa, agregando de golpe todo su contenido al montículo de papel multicolor que había ido formando ante sus pies. La cascada de billetes arrastró en su caída fajos aislados como cadáveres en una riada. Ni su condición de aterrorizado condenado a muerte le impidió respingar con un remoto titubeo de euforia. ¿ Existe tanto dinero? ¿Y está todo junto aquí, en mis manos? Volvió a sacudir la bolsa, súbitamente impaciente, codicioso como nunca habría sospechado. Ahora, como si la primera oleada hubiese sido una nimiedad o una broma gastada por los dioses de la abundancia a su ingenuidad de nuevo rico, cayeron sobre el colchón de dinero fajos de billetes de doscientos y quinientos euros, todos ceñidos a la perfección, como recién comprados en una tienda de lujo. Una suerte de primitivo alarido de guerra surgió, incontrolable, de su garganta. Tuvo que pensar en Vera muerta, recordarse que él mismo sería muy pronto un cadáver torturado por Humberto para amedrentar su instintiva alegría. Pero es imposible sentir decepción, indiferencia o repudio ante seis millones de euros en efectivo. Haber reunido la resolución necesaria para enfrentarse al contenido de la bolsa fue una prueba de valor que exigió el salto a la siguiente etapa. Tocaba ahora contar su fortuna. Entonces sí miró el reloj: las tres y diez de la madrugada. Inspiró y se lanzó a la tarea. Primero, ordenar la informe masa de dinero. Tomó los fajos de billetes y los catalogó: a un lado los de quinientos y a otro los de doscientos, también alguno de cien. Ninguna de las tiras de papel que los ceñían mostraba el logotipo del Banco de España. Era dinero negro, aunque perfectamente contado y atado en paquetitos de cien por minuciosos contables del hampa, en algún lugar difuso entre la casilla de salida de la legalidad de la Fábrica de Moneda y la meta última de la clandestinidad, en esta habitación de una pensión barata de Madrid. Apiló y apiló, parando a veces para secarse el sudor que la excitación ponía en su frente. En ocasiones, las columnas se venían abajo cuando la acumulación apresurada rompía el equilibrio, y se veía entonces obligado a empezar de nuevo, repartiendo en cuatro columnas menores los restos de la derrumbada torre de la riqueza. Cuando hubo alfombrado con montículos de dinero una zona del suelo, tomó papel y bolígrafo y empezó a contar con técnica de náufrago o convicto: un palito por cada fajo y una línea cruzada sobre cada línea de diez palitos. Cuando hizo la suma final salía una cifra de quinientos treinta y seis mil euros, sin contar los billetes pequeños. Sintió cómo la rabia le descolocaba las neuronas. ¿Sólo quinientos treinta mil? Por tres veces, como un usurero novato, sumó los parciales y los totales, y por tres veces salió la misma cifra: quinientos treinta y seis mil euros, más otros treinta y tantos mil en billetes sueltos. Eran las nueve y veinte de la mañana. Llevaba seis horas contando dinero, estaba hambriento y cansado, e incluso en algunos momentos había logrado olvidar la trágica aventura que lo había llevado hasta allí. Ahora, sin embargo, presidía sus emociones una colérica impotencia. Alguien, en el camino, se había quedado más de cinco millones de euros. De pronto su vida, como una desastrosa operación de bolsa, se había derrumbado hasta menos del diez por ciento de su valor de unas horas antes. Guardó los fajos en la bolsa, la cerró y la depositó junto a la puerta, consciente de que, con decepción y todo, acababa de cruzar otra frontera: no es lo mismo llevarse un saco de dinero de la mafia sin saberlo que contar ese dinero y apropiarse de él. Tomó la americana de lino, la extendió sobre la cama y arrojó encima los numerosos billetes sueltos. Y fue entonces, al disponerse a unir las mangas con un nudo para improvisar un hatillo, cuando vio, aislado sobre la cumbre de la montaña de dinero, un papelito doblado en cuatro que se diría cuidadosamente colocado allí por el inexistente y terco azar. Sus movimientos se congelaron en el aire: parecía un mensaje. ¿De quién? Pudo escuchar cómo se detenía su respiración en el interior de los pulmones. ¿Un mensaje de Vera? Se sentó sobre el colchón, ante los billetes cuyo valor había dejado de pronto de importarle. Tras algunos largos minutos contemplando inmóvil el papelito, no halló valor para leerlo en la soledad de su reclusión, y optó por tomarlo con cuidado extremo, no fueran a volatilizarse las palabras que contenía al sentir la sacudida, para depositarlo en el bolsillo superior izquierdo de la camisa. Ocultó en el armario la americana rellena de dinero, recuperó de su soledad sobre la cama el billete amigo de diez euros, lo apretó en la mano, tomó la bolsa con el grueso del botín y salió, despreocupado por la millonaria calderilla que había dejado al alcance de la señora de la limpieza. El papelito latía junto a su corazón. Caminó hasta el primer bar cercano sin dejar de apretar en la palma de la mano el billete de diez euros, hasta que pagó con él el desayuno a la camarera y pudo liberarse de la presión. Ante el platito marrón con las monedas del cambio, supo que había dejado atrás otra frontera. Tampoco es lo mismo apropiarse del dinero de la mafia que comenzar a gastarlo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Todo el amor y casi toda la muerte»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Todo el amor y casi toda la muerte» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Todo el amor y casi toda la muerte»

Обсуждение, отзывы о книге «Todo el amor y casi toda la muerte» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x