Carmen Gaite - Retahílas
Здесь есть возможность читать онлайн «Carmen Gaite - Retahílas» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:Retahílas
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:5 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 100
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Retahílas: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Retahílas»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
Retahílas — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Retahílas», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
… Allí hablara el marinero,
tal respuesta le fue a dar:
Yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va;
pues el tiempo lo mismo, a saber si ese marinero no sería una alegoría del tiempo, sólo embarcándonos con él nos quita las cadenas que nos atan los pies cada vez que intentamos huirle, nos devuelve una noción entrevista en poemas, encuentros y viajes del pasado, la desnuda noción de libertad, es como si nos dijera, cuando ya habíamos dejado de buscarla: "Aquí la tienes, tuya, para ti; es esa libertad de la que tanto habláis unos y otros, te la doy, si te atreves puedes cogerla, te la estoy dando, toma, créelo"; y de pronto eres capaz de alargar la mano y se desvanece lo embalsamado, se comprende que el tiempo es un amigo que te insta a habitarlo y que esa libertad que nos regala no es tanto la aventura fascinante cuyo sabor se ensalza en cuentos de piratas, princesas y capitanes como ese otro escondido talismán que supieron hallar desde que el mundo es mundo todos cuantos buscaron por lo yermo: místicos, ermitaños, mendigos, prisioneros, que a fuerza de soñarla hicieron suya la libertad más pura; desde nuestra soberbia recobrada los sentimos hermanos, gente de nuestra grey. ¡Qué gozo no dormir, mirar hoy como antaño las estrellas, sus ojos bien abiertos requiriendo vigilia de los míos!, traedme brazadas de tiempo alerta, de tiempo atrás, de todo el que perdí durmiendo en este mundo, leña para mi hoguera y leña de otros montes también y trastos de otras casas cerradas, el tiempo de los muertos que ya no tienen nada y el de los que ahora duermen perdiendo este tesoro, entrad a saco en las alacenas, que en mi llama se acoja y recupere cuanto dejan pudrir, lo quiero quemar todo, darlo al fuego. Esto es lo que se siente y se musita recién vuelto a gustar el néctar olvidado y agridulce de nuestra soledad, dejan de existir rejas entre la propia piel y la noche estrellada, respondemos así a su requerimiento perenne y misterioso; y al dejarnos a ella, el insomnio se trueca de condena en triunfo, como a ti mismo anoche te sucedió en la playa, como me pasa a mí en este momento, Andrés no existe, no sabría habitar conmigo este momento ni este sitio, estará durmiendo o estudiando o haciendo el amor, pero no sentirá la noche, por lo menos la mía, ésta sólo la puedo sentir yo: mía, la noche es mía porque no la desprecio, la noto y me rodea frotándose a mi piel, a años luz de distancia las galaxias pero igual de presentes y esenciales sobre esos avellanos que tocas si te asomas al balcón que cuando yo quería ser Adriana y tener un amante, la noche me promueve y resucita, voy instalada en ella, noche para viajes solitarios. Y el otro barco lejos, ya no importa, dejan de ser zozobra esas millas brumosas de distancia que no pueden salvarse, allá él con su rumbo, con sus temporales, yo bastante tengo con los míos, cada cual atienda a su juego, cada palo que aguante su vela. Y qué fácil parece, cuando al fin se consigue que no amargue, ese gesto de encogerse de hombros y que al bajarlos los astros no se desplomen, qué directo y qué simple pronunciar "allá él" sin que la lengua sepa a estiércol y a ceniza, respirar hasta el fondo, recordar: "estoy viva, tengo hambre", y mientras vas rumiando distraídamente, a modo de estribillo, "con su pan se lo coma", comer el propio pan en paz, sin añoranza.
Y dime, en todo esto ¿qué influye la conducta de ese ser que ha dejado de dolerte?, lo único que cuenta no es que sea un canalla o resplandezca por su lealtad sino que a ti te aburra o te rebase, no hay otra vía de liberación. Lo que ya nos aburre eso claro que nos resignamos a darlo por perdido, es lo único que muere de verdad. Se dice: "me empeñé en olvidar a Fulano y lo conseguí", mentira, el olvido rige sus propios laberintos y nunca nos enseña el secreto de unas reglas que ni él mismo conoce, es dios autoritario y caprichoso y nunca lo sabremos de antemano si va o no a concedernos sus favores ni la ración de espera y de paciencia que aún nos destina para consumir; "conseguí olvidar", sí, a veces se dice, se apunta uno ese tanto hasta incluso con cierta convicción, ¡qué jactancia adornarse con plumas de un dios tan arbitrario!, mientras él no abra puertas a nuestro cautiverio porque le dé la gana y cuando se la dé, no pasan de ser muecas los amagos de escape que exhibamos; descenderá el hastío cuando lo tenga a bien ese jefe supremo e invisible, y puede no querer, te lo digo Germán, no querer nunca; si no quiere es inútil. Bien poco nos libramos de aquello que nos manda, incluso desde lejos, su noticia de vida a cortar el aliento de la nuestra; de dientes para afuera diremos "¡qué me importa!", lo que es mientras importe no servirá de nada componer ante el mundo esa figura de la indiferencia, decimos "¡qué me importa!" por conjurar el miedo a que aquello nos deje de veras de importar, miedo a dormir al raso nuevamente, miedo, eso es lo que hay. Y en nombre de esa terca resistencia a darlas por perdidas importan aún las cosas; en el fondo, ya ves, todo remite al hilo, querencia a la atadura que nos mantuvo en vida algún momento, a ese hilo que Pablo pugnaba con tu ayuda por recobrar anoche, el mismo que fatiga y sobresalta los últimos vislumbres de la abuela, el que tu padre busca al escribir a Harry, el que guía mis paseos imaginarios por dentro de la cabeza de Andrés. Un hilo doloroso muchas veces, un nudo corredizo en la garganta amenazando asfixia, pero no quieres otro; puedes estar oyendo voces al otro extremo, incluso perentorias y rotundas: "¡corta, yo ya he cortado!", no haces el menor caso, no puedes, ya te digo, agarrar otro hilo diferente de buenas a primeras, depende del permiso de ese dios formidable el ponerte a coser con otro hilo, te están diciendo "vete" y no te vas, "sálvate" y no te salvas, y si algún ser realista y razonable te viene a sugerir: "has perdido a fulano", te notas superior, ¡ése qué sabrá el pobre!, sientes como ramplón su testimonio, asentado en minucias despreciables; y es porque las personas que te arrojan de sí se te pierden de un modo mucho más discutible que las que tiras y jubilas tú que dejan de servirte, más pérdida no cabe. Pero el desvío ajeno es otra situación, le sueñas un remedio, lo tiene que tener, recurres al Supremo de tu propio magín, pasillos y pasillos, cábalas y más cábalas, te eriges en el ancla y garantía de quien ha alzado el vuelo sin explicar por qué, piensas que volverá a aclarar lo pendiente, a reanudar el hilo, que tiene que venir, que los pájaros vuelven a su nido, como en una canción que cantaba tu madre en época de exámenes, se quedaba abstraída mirando a la ventana y yo: "Venga, Lucía, que no nos va a dar tiempo, no te me pongas cursi"; lo que ahora daría en cambio por haberlas podido grabar aquellas coplas de pausa en el estudio, le surgían bajitas, entre dientes, como para ella sola, siempre hablando de amores, de esperanza, qué voz se le escapaba sin querer:
… j'attendrai
le jour et la nuit,
j'attendrai toujours
ton retour;
j'attendrai
car l'oiseau qui s'enfuit
vient chercher l'oubli
dans son nid…;
pues eso, dans son nid; y aunque pasen los meses y los años sin que el pájaro vuelva, nadie puede impedirte pensar que eres su nido, se puede hundir el mundo antes que te despojes de tal atribución, ni nadie detendrá el fluir de salmodias que voluntariamente atizas en secreto para avivar la fe: "Sólo está extraviado porque se ha ido de mí, es un mero accidente, su rumbo al punto se recompondría si volviera los ojos a este norte; me tiene, soy su tierra, su brújula, su nido". Y aferras como nunca el cabo de tu hilo, aunque apenas te atrevas a tirar para no descubrir flojez al otro extremo, como las hilanderas del belén, mero gesto pasivo, quietas donde las ponen y hasta que alguien las quite, amparadas por cerros de cartón, con sus dedos de barro sosteniendo la hebra.
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «Retahílas»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Retahílas» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «Retahílas» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.