José Santos - La Amante Francesa

Здесь есть возможность читать онлайн «José Santos - La Amante Francesa» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Amante Francesa: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Amante Francesa»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Primera Guerra Mundial. El capitán del ejército portugués Afonso Brandão está al frente de la compañía de Brigada de Minho; lleva casi dos meses luchando en las trincheras, por lo que decide tomarse un descanso y alojarse en un castillo de Armentières, donde conoce a una baronesa. Entre ellos surge una atracción irresistible que pronto se verá puesta a prueba por el inexorable transcurrir de la guerra.

La Amante Francesa — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Amante Francesa», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Como Von Hutier, Bruchmüller se había destacado en el frente este, y en particular en la batalla de Riga, por sus innovaciones tácticas. Georg Bruchmüller era conocido como durchbruchmüller, el Müller decisivo, debido a sus arrasadoras feuerwalze, los valses del fuego, con los que regaba las líneas enemigas antes del avance de la infantería. El coronel estaba en la reserva cuando fue llamado para actuar en el frente este, donde desarrolló una técnica de bombardeo orquestado que se hizo famosa entre las fuerzas alemanas. Utilizando una mezcla de granadas en una secuencia precisa y coordinada, mediante el lanzamiento sucesivo de bombas con diferentes gases, poderosos explosivos y schrapnel, conseguía provocar una gran confusión en las líneas enemigas. Bruchmüller manipulaba las granadas para provocar determinadas reacciones o efectos. Por ejemplo, una de sus especialidades eran los cócteles de gases, lanzando primero el gas arsine, que no era letal pero penetraba en las máscaras antigás. Los soldados comenzaban a vomitar y se quitaban las máscaras. Era en ese momento cuando Bruchmüller lanzaba el gas chlorine, que era mortal y abatía al enemigo sin máscaras. Las granadas con los diferentes gases estaban marcadas con diferentes colores, lo que permitió aplicar al cóctel el adjetivo buntkreuz, multicolor. Ludendorff, que conocía bien el frente este, donde había ganado fama de gran estratega y donde había desarrollado su visión de Drang nach Osten, la expansión hacia oriente, quería trasladar todo ese talento al frente occidental. Creía que así conseguiría ganar la guerra.

– Entschuldigen Sie bitte, Herr Kommandant -interrumpió Wetzell, que levantó la cabeza de su libreta de notas y rompió el breve silencio meditativo que se había impuesto en la sala-. ¿Cuáles son los nombres codificados que vamos a adoptar?

– ¿Alguna sugerencia? -preguntó Ludendorff a la mesa.

Todos se miraron. Cada uno aportó sus ideas, algunas suscitaron acuerdo, otras no. Después de un rápido debate, el cuartel maestre general zanjó la cuestión.

– Bitte schreiben Sie es auf -ordenó Ludendorff a Wetzeil, dándole instrucciones para tomar nota de las ideas coincidentes-. El ataque en Somme será la Operación Michael; la ofensiva en Lys será la Operación Saint George; la de Arras será la Operación Marte; la de Champagne será la Blücher; las dos de Verdún serán la Castor y la Pólux. Estas operaciones están destinadas a poner fin a la guerra y a dar la victoria a Alemania, y se encuentran subordinadas al nombre de código general de Kaiserschlacht.

El consejo de guerra terminó y la Kaiserschlacht, la batalla del Káiser, se puso en marcha.

Capítulo 2

La noche cayó fría y húmeda sobre Armentières, pero ya todos estaban acostumbrados a que así fuese. El invierno estaba a la puerta y los árboles se preparaban para enfrentar los rigores del frío. Los grandes plátanos y los delicados chopos se encontraban casi totalmente desnudos, si bien es cierto que en algunos árboles quedaban aún hojas amarillentas o rojizas adornando las ramas o extendiéndose como alfombra a la sombra de las copas, espectros fantasmagóricos en el paisaje verde, llano y bucólico de Flandes. Colgados en las ramas o revoloteando de árbol en árbol, los mirlos silbaban por un lado, los gorriones piaban por otro, alegres y despreocupados, en una animada sinfonía de despedida del otoño.

El ronquido distante de un motor que se acercaba se entrometió en aquella armoniosa melodía de la naturaleza. Un Hudson negro cruzó el gran portón de piedra y entró en los dominios del Château Redier, por un sendero empedrado que cortaba por el medio el vasto jardín, con sus setos cuidadosamente cortados y dispuestos en laberinto entre álamos blancos, cipreses delgados y tilos de gran porte: el palacete claro se elevaba al fondo, justo detrás de una rotonda estrecha con un jardín formado en círculo en el medio, vistoso con sus coloridos tulipanes, vigorosos jacintos e hibiscos de un púrpura pertinaz. Un ángel de piedra adornaba el centro de aquel pequeño jardín oval, y un surtidor de agua brotaba del pífano que la estatua gris tenía en la boca.

– Estaciona junto a la escalinata -indicó Afonso a su ordenanza.

– Sí, mi capitán.

El oficial tenía los ojos fijos en el espectáculo de verde serenidad que armoniosamente se perfilaba alrededor, se sentía casi chocado por el contraste con el mar de barro al que se había habituado desde su llegada a Flandes. El Hudson rodeó la rotonda y se detuvo al borde de los peldaños de mármol envejecido del château. Afonso bajó del coche y examinó la fachada del edificio, las enredaderas que cubrían la piedra corroída, el cardenillo que se entrañaba en la base del palacete, las enormes ventanas que sobresalían de aquella maraña de plantas y de paredes grises, un elegante porche sobre la puerta de entrada, guarnecida por dos columnas de fino mármol, con su color beis pulido rasgado por múltiples vetas encarnadas.

Joaquim estaba sacando la maleta del portaequipaje cuando se abrió la puerta principal. Un hombre pequeño, con un bigote canoso y un monóculo en el ojo derecho sujeto al bolsillo con una cadena dorada, bajó la escalinata al encuentro de los recién llegados.

– Bon soir -saludó, y se presentó-. Je suis le baron Redier.

– Bon soir, monsieur le baron. Je suis le capitaine Afonso Brandão. Vengo de parte del maire.

– Lo sé, lo sé -exclamó el barón, extendiendo la mano-. Bienvenu.

– Merci -agradeció Afonso, mirando de reojo hacia atrás-. Joaquim, trae la maleta.

– ¿Necesita ayuda? -preguntó el barón-. Voy a llamar a los criados.

– No hace falta -se apresuró a responder el capitán-. Es sólo una maleta.

Los dos traspusieron la puerta de entrada, dando paso el anfitrión al invitado, se abrió el foyer de par en par, una escalinata amplia daba acceso al piso superior, dos puertas, una a la derecha y otra a la izquierda, dejaban ver pasillos y salas. El suelo brillaba, reluciente gracias a un impecable barnizado, parecía un lago cristalino que reflejara, como un espejo, las figuras que lo pisaban y todo lo demás, hasta los enormes retratos que colgaban de las paredes, las arañas que pendían del techo, los amplios cortinajes que ornaban las ventanas.

– ¡Marcel! -llamó el barón, volviéndose hacia el pasillo de la izquierda.

Asomó solícito un hombre calvo con chaleco oscuro en el foyer.

– Oui, m'sieur le barón?

– Acompaña al ordenanza a la habitación de nuestro invitado para que deje allí la maleta.

Marcel ayudó a Afonso a quitarse el abrigo, lo colgó en un armario del foyer y luego guio a Joaquim por la escalinata, con la maleta en la mano, hasta que ambos desaparecieron en el piso superior.

– ¿Tiene hambre? -preguntó el barón, avanzando hacia la sala, a la derecha.

– He cenado en un estaminet, gracias -respondió el invitado.

– Pero no se negará a beber un licor…

– Allons y!

El salón estaba templado, agradable, las maderas oscuras iluminadas por las velas encendidas en las paredes y en las mesas, proyectando luces amarillentas y sombras trémulas sobre los sofás, los muebles y la tarima cubierta de alfombras. En la pared junto al sofá ardía leña en una chimenea intensa, entre chispas y crepitaciones, algunos trozos de madera amontonados en un cesto de mimbre esperaban que alguien los usase para alimentar aquel fuego acogedor. El barón se dirigió al bar y cogió dos copas.

– Cognac? ¿Oporto?

– ¿Tiene whisky?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Amante Francesa»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Amante Francesa» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Jose dos Santos - La Formule de Dieu
Jose dos Santos
Barbara Dunlop - La amante del francés
Barbara Dunlop
Susana Fortes - El amante albanés
Susana Fortes
José Santos - El séptimo sello
José Santos
José Santos - El códice 632
José Santos
Álvaro Santos Iglesias - Momentos twitter
Álvaro Santos Iglesias
Francisco Javier de la Torre Díaz - Los santos y la enfermedad
Francisco Javier de la Torre Díaz
Alberto S. Santos - Amantes de Buenos Aires
Alberto S. Santos
libcat.ru: книга без обложки
José Rivera Ramírez
Отзывы о книге «La Amante Francesa»

Обсуждение, отзывы о книге «La Amante Francesa» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x