Philip Roth - Me Casé Con Un Comunista

Здесь есть возможность читать онлайн «Philip Roth - Me Casé Con Un Comunista» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Me Casé Con Un Comunista: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Me Casé Con Un Comunista»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El sueño americano se convierte en pesadilla.
En plena caza de brujas, durante la era McCarthy, Iron Rinn -cavador de zanjas primero, actor radiofónico más tarde- ve cómo tras participar en la Segunda Guerra Mundial, comprometido en la lucha por un mundo mejor, termina en la lista negra, desempleado y perseguido por el fanatismo ideológico.
En este camino tendrá un papel fundamental la exquisita actriz Eve Frame. El matrimonio de ambos se transformará: de idilio fascinante y perfecto pasará a ser un tremendo y cruel culebrón. Y cuando ella revele a la prensa las relaciones de Iron con la URSS, el apogeo de la traición y la venganza se materializarán en el escándalo nacional y la ruina personal. El hermano de Iron, Murray, será quien cuente esta historia años más tarde.
Philip Roth, el autor de Pastoral americana y La mancha humana, vuelve a explorar y a retratar con ironía, sinceridad y vehemencia los conflictos de la sociedad norteamericana del siglo XX.

Me Casé Con Un Comunista — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Me Casé Con Un Comunista», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Hace tres años empecé a venir aquí a la hora del almuerzo, y entonces no sabía nada -me dijo Brownie-. Todo me lo enseñó él, ¿no es cierto, Tommy? Hoy lo he hecho bastante bien. Tommy puede decirte de qué mina procede cada mineral. Te dice que has de sostener las piedras en la mano, así, ¿verdad?

– Exacto. Has de sostener las piedras en la mano, has de manejar el mineral. Tienes que ver sus diferentes matrices. Si no aprendes eso, no sabrás nada de los minerales de Zinc Town. Ahora este muchacho incluso sabe si el mineral es de esta mina o de la otra.

– El me enseñó a diferenciar -dijo Brownie-. Al principio no podía saber cuál era la mina. Ahora sí.

– Ya lo ves -comenté-, un día vas a estar aquí sentado.

– Eso espero. Mira, este mismo es de esta mina, ¿no es cierto, Tom? Y ese otro también.

Como al cabo de un año confiaba en obtener una beca de la Universidad de Chicago y convertirme en el Norman Corwin de mi generación, como yo iba a alguna parte y Brownie no iba a ninguna, pero, sobre todo, como el padre de Brownie había muerto en la fábrica y el mío estaba vivo, bien y preocupado por mí en Newark, puse incluso más pasión que Tommy al hablar con aquel ayudante de tendero que llevaba delantal y cuya aspiración en la vida era casarse con Mary Musco y ocupar el asiento de Tommy.

– ¡Vaya! ¡Eres bueno, sí señor, muy bueno!

– ¿Y por qué? -dijo Tom-. Porque ha aprendido aquí.

– He aprendido de este hombre -me dijo Brownie orgullosamente.

– Quiero que me suceda y ocupe mi lugar.

– Viene alguien a comprar, Tom -dijo Brownie-. He de irme. Encantado -añadió, dirigiéndose a mí.

– Igualmente -repliqué, como si yo fuese el viejo y él el joven-. Cuando vuelva dentro de diez años te veré aquí.

– Estará aquí, ya lo creo -dijo Tom.

– No, no -gritó Brownie, riendo alegremente por primera vez, mientras se alejaba a pie por la carretera-. Tommy aún estará aquí. ¿No es cierto, Tom?

– Ya veremos.

En realidad, sería Ira quien estaría allí al cabo de diez años. Tommy también le había instruido, cuando le pusieron en la lista negra y perdió su empleo en la radio. Vivía solo en la cabana y necesitaba una fuente de ingresos. Fue allí donde Ira cayó muerto. Fue allí donde se le rompió la aorta, mientras estaba sentado en la roca plana de Tommy, vendiendo minerales a los turistas y a sus hijos, a los que decía: «Mire, señora, una bolsa de minerales para sus hijos por medio dólar, piedras especiales de la mina en la que he trabajado durante treinta años».

Fue así como Ira acabó sus días, convertido en el supervisor del vertedero de piedras a quien los más viejos del lugar llamaban Gil, allá afuera incluso en invierno, encendiendo fuego para ciertas personas por unos pocos dólares. Pero esto no lo supe hasta la noche en que Murray me contó la historia de Ira en mi terraza.

Aquel segundo año, la víspera de mi partida, Artie Sokolow y su familia fueron a Zinc Town desde Nueva York para pasar la tarde con Ira. Ella Sokolow, la esposa de Artie, estaba embarazada de siete meses, y era una mujer alegre, morena y pecosa, cuyo padre, inmigrante irlandés, como yo sabía por Ira, había sido montador de calderas de vapor en Albany, uno de esos sindicalistas llenos de ideales que son patriotas hasta la médula.

– ha marsellesa, ha bandera tachonada de estrellas, el himno nacional ruso -explicó Ella riendo aquella tarde-. El viejo se ponía en pie cuando sonaba cualquiera de ellos.

Los Sokolow tenían gemelos de seis años, y aunque la tarde empezó de una manera bastante agradable, con un partido de touch football, arbitrado hasta cierto punto por Ray Svecz, el vecino de Ira, seguido por un almuerzo campestre cuyos ingredientes Ella había traído de la ciudad y que todos nosotros, Ray incluido, comimos en lo alto de la cuesta a cuyo pie se extendía el estanque, terminó con Artie y Ira junto al agua, enfrentados y gritándose de una manera que me horrorizó.

Yo me había sentado sobre la manta extendida en el suelo, hablando con Ella acerca de Mis gloriosos hermanos, un libro de Howard Fast que ella acababa de leer.

Era una novela histórica ambientada en la antigua Judea, y trataba de la lucha de los macabeos contra Antíoco IV en el siglo II antes de Cristo. Yo también la había leído, e incluso hice un informe sobre ella en la escuela, para el hermano de Ira, la segunda vez que fue mi profesor de Lengua y Literatura inglesa.

Ella me había escuchado como lo hacía con todo el mundo, mostrando una total atención, como si mis palabras la entusiasmaran. Yo debía de llevar un cuarto de hora hablando, repitiendo palabra por palabra la crítica internacionalista y progresista que había escrito para el señor Ringold, y, a juzgar por el semblante de Ella, parecía como si lo que le estaba diciendo no pudiera ser más interesante. Sabía lo mucho que Ira admiraba a aquella mujer, radical de toda la vida, y yo quería que ella también admirase mi radicalismo. Sus antecedentes, la magnificencia física de su embarazo y ciertos gestos que hacía (unos amplios gestos con las manos que me daban la impresión de que era asombrosamente desinhibida), todo, en fin, daba a Ella Sokolow una autoridad heroica, y yo quería impresionarla.

– He leído a Fast y le respeto -le había dicho-, pero creo que hace demasiado hincapié en la lucha de los hebreos para volver a su antigua condición, su culto de la tradición y los días de la esclavitud después del éxodo a Egipto. Una parte muy considerable del libro es mero nacionalismo…

Y fue entonces cuando oí a Ira gritar:

– ¡Te estás dando por vencido! ¡Te asustas y te das por vencido!

– ¡Si no está ahí, nadie lo sabe! -replicó Sokolow, alzando también la voz.

– ¡Ya sé que no está ahí!

La cólera que embargaba a Ira me impidió seguir adelante. De repente, tan sólo podía pensar en la anécdota, que me había negado a creer, que me contara el ex sargento Erwin Goldstine en su cocina de Maplewood, acerca de Butts, acerca del tipo a quien Ira intentó ahogar en el Shatt-al-Arab.

– ¿Qué ocurre? -le pregunté a Ella.

– Déjalos y confiemos en que se tranquilicen. Y tú, cálmate también.

– Sólo quiero saber de qué están discutiendo.

– Se culpan mutuamente de cosas que han ido mal. Discuten por cosas relacionadas con el programa de radio. Tranquilízate, Nathan. No tienes mucha experiencia en el trato con gente enfadada. Ya se les pasará.

Pero no parecía que fueran a calmarse, sobre todo Ira. Iba de un lado a otro por el borde del estanque, agitando los largos brazos, y cada vez que se volvía hacia Artie Sokolow, yo temía que se abalanzara sobre él y la emprendiera a puñetazos.

– ¿Por qué haces esos puñeteros cambios? -le gritó Ira.

– Déjalo como está y vamos a perder más de lo que ganamos -replicó Sokolow.

– ¡Tonterías! ¡Que sepan esos cabrones que hablamos en serio! ¡Vuelve a poner en su sitio el jodido fragmento!

– ¿No deberíamos hacer algo? -le pregunté a Ella.

– He oído discutir a los hombres durante toda mi vida -respondió ella-, despellejándose vivos por los pecados de omisión o comisión de los que no parecen capaces de abstenerse. Si se estuvieran golpeando sería diferente. Pero, por lo demás, tenemos la responsabilidad de mantenernos al margen. Si intervienes cuando la gente ya está agitada, cualquier cosa que hagas echará leña al fuego.

– Si tú lo dices…

– Llevas una vida muy protegida, ¿verdad?

– Procuro que no.

– Es mejor que no te metas, en parte por dignidad, para dejar a la gente calmarse sin tu intervención, en parte por defensa propia y en parte porque tu intervención sólo empeoraría las cosas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Me Casé Con Un Comunista»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Me Casé Con Un Comunista» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Philip Roth - Letting Go
Philip Roth
Philip Roth - My Life As A Man
Philip Roth
Philip Roth - Operacja Shylock
Philip Roth
Philip Roth - Elegía
Philip Roth
Philip Roth - Indignation
Philip Roth
Philip Roth - Our Gang
Philip Roth
Philip Roth - The Human Stain
Philip Roth
Philip Roth - Operation Shylock
Philip Roth
Philip Roth - The Prague Orgy
Philip Roth
Отзывы о книге «Me Casé Con Un Comunista»

Обсуждение, отзывы о книге «Me Casé Con Un Comunista» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x