Karl Vereiter - La Marcha De Los Vencidos Dunkerque

Здесь есть возможность читать онлайн «Karl Vereiter - La Marcha De Los Vencidos Dunkerque» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Marcha De Los Vencidos Dunkerque: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Marcha De Los Vencidos Dunkerque»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

«Como una cuña de acero, las fuerzas blindadas alemanas avanzaban hacia el oeste, hacia el mar, empezando a dibujar sobre los mapas de los estados mayores la gigantesca tenaza que iba a cerrarse a la espalda de las fuerzas francobritánicas que seguían en Bélgica.»
Por primera vez en sus obras, Karl von Vereiter va a colocarse, casi de una manera exclusiva, «del lado aliado» y, más concretamente, del lado británico. De la mano de una pequeña unidad británica, de un grupo de valientes y sufridos hombres, va a hacernos revivir aquellas tremendas jornadas por el largo camino de la esperanza hacia las playas abarrotadas de soldados que miran, con temor e incertidumbre, el brazo de mar que les separa de la vida y de la libertad. Porque Dunkerque no fue una batalla, sino algo mucho más sencillo, más humano. Se trató de una retirada trágica -¿y hay alguna que no lo sea?-. Una retirada con todas las espantosas consecuencias que lleva consigo. Sólo Vereiter podía ser capaz de describir el ambiente opresivo que reina en los corazones de los hombres que se repliegan.

La Marcha De Los Vencidos Dunkerque — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Marcha De Los Vencidos Dunkerque», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Enterado -dijo después.

– ¿Necesita algo más? -inquirió el motorista.

– No, gracias. Puede usted disponer.

– ¡A la orden!

Momentos después, en medio de un estrépito intenso, la motocicleta se alejaba. Foster la siguió pensativamente con la vista; luego, bajando los ojos, volvió a leer el mensaje:

British Expeditionary Forces,

Duc Wellington Regiment.

III Bataillon.

Puesto de mando 239/65.

Le informamos que el flanco izquierdo, a resultas de la defección belga, no ha podido ser cubierto por fuerzas aliadas. Se ha observado por ese sector un intenso movimiento de blindados. Estando su unidad en situación de cobertura y en el extremo del flanco izquierdo, se le ordena resistir al enemigo hasta por lo menos las 13 horas del día 29 de los corrientes. Sólo entonces podrá replegarse, como ordenado, hacia el recinto fortificado de Dunkerque.

Foster suspiró.

No esperaba, sinceramente, que la situación se hubiera agravado tanto en las últimas horas. Levantó la cabeza y miró hacia el lugar por el que, momentos antes, había desaparecido el motorista.

Por primera vez, en la lejanía del horizonte, vio alzarse una alta y densa columna de humo negro, que parecía reptar perezosamente hacia el cielo.

Y no le cupo la menor duda de que allí estaba el final del viaje, si es que alguna vez llegaban hasta allí.

Volvió lentamente hacia la trinchera.

* * *

Su lápiz de labios le dejó un gustillo dulzón en la boca; se pasó la lengua por los suyos, mirando a la muchacha. Una vez más recomo con la mirada la curva línea de las caderas, y de nuevo, se detuvo en los senos, quizás un poco voluminosos para la armonía general del cuerpo femenino que tenía ante él.

«Sin embargo -pensó-, es una muchacha espléndida, llena de vida. Y ha de ser formidable en la intimidad…»

El último pensamiento le produjo un ligero e imperceptible estremecimiento de placer; algo así como un escalofrío ultrarrápido, un temblor que dejó una sensación placentera a lo largo de su columna vertebral.

– Debíamos habernos casado, Clara -dijo, como si intentase hacerle comprender lo que acababa de experimentar.

Ella le sonrió, mientras que Edward se preguntaba si la muchacha se había percatado de su turbación, de aquella oleada de deseo que le había recorrido como un huracán tumultuoso.

– ¿Has olvidado a Nick?

Aquella pregunta le irritó. Debía haberla esperado, sin embargo. Y se extrañó, desde que ella llegó al puerto, que no hubiese nombrado ni una sola vez a Brandley.

Por desdicha, había elegido el peor momento para acordarse de él.

– Puede que ya esté muerto.

– ¡Imbécil!

Había gritado la palabra, pero lo hizo con más temor que malicia, asustada por lo que acababa de decir Edward.

– Perdona -suplicó el soldado-. No lo dije por nada, se me escapó.

Pero se dio cuenta, al ver el brusco cambio que había sufrido el rostro de Clara, que el encanto se había roto, y hasta pensó si ella no se arrepentía de haber venido a despedirle.

Ella pareció leer sus pensamientos.

– Cuando vine aquí, hace meses, para despedir a Nick, él no me dijo nada malo sobre ti; por el contrario, deseó sinceramente que tuvieses mucha suerte en el mar, ya que había leído algo sobre el ataque de los submarinos alemanes a los barcos de la Home Fleet.

Él huyó de la mirada de Clara. Volvió un poco la cabeza, paseando su mirada por las altas grúas, por el bosque de mástiles que sembraban de puntas y cordajes los muelles del puerto de Portsmouth.

– Vuelvo a rogar que me perdones…

– Ya está olvidado. Pero no olvides una cosa. Os quiero a los dos, de la misma forma… al menos por ahora. Y ya sabes lo que os dije en Londres cuando nos reunimos el día que os movilizaron: «será mi preferido el que haya demostrado ser más hombre, más valiente, en esta guerra…»

Un esbozo de sonrisa elevó las comisuras de los labios de Edward.

– Como en la Edad Media -comentó, jocoso-. En aquellos tiempos, las damas se casaban con los vencedores de los torneos. Y el preferido era siempre el que más cintas de triunfo llevaba a la dama de sus sueños…

– Puedes reírte, pero así lo he decidido…

Un oficial de marina se acercó a ellos. Como Edward, llevaba en la manga las insignias de artillero de la DCA (Defensa Antiaérea).

– Vamos, muchacho -dijo, sonriente-. Despídete y sube a bordo.

Waddell esbozó un saludo.

– ¡A la orden, señor!

El oficial sonrió a la muchacha, antes de alejarse.

– Voy a dedicarte el primer avión nazi que derribe, Clara.

– Te lo agradezco.

– Y derribaré muchos. Si quieres un triunfador, yo lo seré. Y aquí -añadió con vehemencia golpeándose el lado izquierdo del pecho-, cuando regrese, verás una medalla, quizá la Victoria Cross.

– Será mi mayor alegría. Ed, cuídate mucho.

– ¡Hasta pronto, Clara!

– ¡Hasta pronto!

Subió, con paso ágil, por la pasarela. Cuando se volvió, vio, frunciendo el ceño, que la joven había desaparecido.

– ¡Maldita hipócrita! -gruñó, en voz baja, mientras se encaramaba a la plataforma del cañón antiaéreo.

Sus dos ayudantes, los artilleros de segunda clase Tom Lister y Pat O’Hara, le sonrieron, y él comprendió que sus dos amigotes debían haberle vigilado desde la torreta de la pieza.

– ¡Qué pedazo de mujer! -exclamó Pat, el pelirrojo-. ¡Y vaya beso que le has pegao !

Apoyado en la barandilla, desde aquella altura, Edward miró una vez más al muelle, intentando encontrar a Clara entre el tumulto de gente que se agolpaba, como inquietas hormigas, bajo los esqueletos gigantescos de las grúas.

– No la busques -le dijo Tom-. Se ha largado. La he visto abrirse paso entre la gente. ¡Vaya pechos los suyos, camarada! Dan ganas de volverse bebé…

Volviéndose, Waddell le fulminó con la mirada.

– ¡Basta de bromas idiotas, Lister! Esa chica es mi novia. Haced el favor de cerrar el pico los dos…

– No te enfades -le replicó amablemente O’Hara-. Ya sabemos que es tu verdadero amor, Ed. Pero tú nos has contado que la chica no se había decidido y que había un relojero que aspiraba también a convertirla en su media naranja.

Waddell torció el gesto.

– ¡Ese relojero no tiene nada que hacer! Lo más seguro es que haya estirado la pata…

– ¿Está en Europa?

– Sí. Salió con el BEF.

– Entonces, el pobre debe estar pasándolas negras -intervino Tom-. ¡Fijaos en todos esos barcos! Y no es nada. Hay otro buen montón en Dover y en Plymouth, y dicen que han sido movilizados hasta los barcos más raros: remolcadores, minadores, lanchas y hasta yates…

– Todo será necesario para sacar de Francia a esos pobres chicos -suspiró Pat-. ¡Si me lo hubieran dicho! ¡Cochina guerra! Jamás hubiera imaginado que nos iban a castigar así esos asquerosos nazis…

El barco levaba amarras.

Separándose del muelle, el HMS London, un carguero convertido a toda prisa, como otros muchos, en transporte artillado, viró pesadamente a media máquina. Luego, proa ya a la bocana, sus hélices gemelas batieron con fuerza creciente el agua sucia de grasa, en tanto que el espolón abría el abanico de espuma al ganar velocidad.

Ed acarició suavemente el largo cañón de la pieza de DCA.

– He prometido -dijo en voz baja- dedicar a Clara el primer avión enemigo que derribaremos.

Pat miró a Tom, guiñándole el ojo. Pero ni uno ni otro despegaron los labios, si no fue para esbozar una sonrisa burlona.

* * *

La noche se les había echado encima mucho más pronto de lo que ellos esperaban. Negros nubarrones, empujados por la brisa del norte, cubrieron el cielo, apagando la luz de un sol que empezaba a recostarse, vestido de granate, en el Oeste.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Marcha De Los Vencidos Dunkerque»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Marcha De Los Vencidos Dunkerque» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Marcha De Los Vencidos Dunkerque»

Обсуждение, отзывы о книге «La Marcha De Los Vencidos Dunkerque» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x