Karl Vereiter - La Marcha De Los Vencidos Dunkerque

Здесь есть возможность читать онлайн «Karl Vereiter - La Marcha De Los Vencidos Dunkerque» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Marcha De Los Vencidos Dunkerque: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Marcha De Los Vencidos Dunkerque»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

«Como una cuña de acero, las fuerzas blindadas alemanas avanzaban hacia el oeste, hacia el mar, empezando a dibujar sobre los mapas de los estados mayores la gigantesca tenaza que iba a cerrarse a la espalda de las fuerzas francobritánicas que seguían en Bélgica.»
Por primera vez en sus obras, Karl von Vereiter va a colocarse, casi de una manera exclusiva, «del lado aliado» y, más concretamente, del lado británico. De la mano de una pequeña unidad británica, de un grupo de valientes y sufridos hombres, va a hacernos revivir aquellas tremendas jornadas por el largo camino de la esperanza hacia las playas abarrotadas de soldados que miran, con temor e incertidumbre, el brazo de mar que les separa de la vida y de la libertad. Porque Dunkerque no fue una batalla, sino algo mucho más sencillo, más humano. Se trató de una retirada trágica -¿y hay alguna que no lo sea?-. Una retirada con todas las espantosas consecuencias que lleva consigo. Sólo Vereiter podía ser capaz de describir el ambiente opresivo que reina en los corazones de los hombres que se repliegan.

La Marcha De Los Vencidos Dunkerque — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Marcha De Los Vencidos Dunkerque», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

»Primero fue Thomas. ¿Te acuerdas de él? Deseaba volver, como todos nosotros. Estaba lleno de vida y se quedó en aquel maldito pueblo, con un cuchillo clavado en la espalda.

»Y luego los otros, muertos, destrozados. El sargento Ryder dejándose matar, después de quedarse tuerto, desesperado por haber perdido a sus muchachos. Y nuestro jefe, asesinado por un pobre viejo medio loco. Por último, Mat…

– Ahora todo ha terminado -le dijo Nick, poniendo una mano sobre el hombro de su compañero-. Eran cosas que debían suceder. Estaba escrito.

El primer proyectil de obús explotó lejos, hacia el sur de la playa, pero los dos hombres, de un movimiento unísono, se tiraron al suelo…

– Todavía no ha terminado -dijo Winston.

Vieron al teniente y a los dos sacerdotes que corrían hacia el lugar donde los niños acababan de despertarse. Las explosiones se iban extendiendo ahora por toda la playa.

Mirando hacia el mar, Brandley vio que el buque se había detenido, a unos cuatrocientos metros de la playa, y le pareció percibir cómo se echaban los botes al agua.

Vio entonces al subofical de marina que hacía de jefe de playa, seguido por los dos hombres de costumbre, acercándose a ellos.

Nick se irguió, alzando la voz para prevenir a su jefe.

– ¡Mi teniente! ¡Le buscan!

Foster se puso en marcha, yendo al encuentro de los recién llegados.

– Ahí tenemos al London, teniente -sonrió el suboficial-. Estén preparados. En cuanto se hayan embarcado a los heridos, les haré una señal y llevará a sus hombres al embarcadero.

– Gracias… pero quería decirle algo.

– Le escucho…

– Hemos encontrado a un sacerdote francés y cuatro niños, huérfanos seguramente. El pobre ha huido hacia la playa… ¿es que no sería posible?

El sargento sonrió.

– Todo es posible. Haremos un poco de hueco.

– ¡Gracias!

– No se alejen de aquí. Les avisaré en seguida.

– Bien.

En cuanto la patrulla se alejó, Foster fue al lado de los dos sacerdotes, comunicándoles la buena nueva.

– ¡Alabado sea el Señor! -exclamó el padre Germain, cuyos labios seguían muy hinchados.

La artillería proseguía su castigo sobre la playa; pero, por el momento, el fuego de los cañones parecía concentrarse en la parte sur de las dunas.

Otros dos barcos, más pequeños que el London se habían acercado a aquel lugar. Y desde el sitio donde se encontraban, Foster y los dos sacerdotes podían ver el ir y venir de los botes que no cesaban de moverse desde los muelles de madera a los navíos.

También el London estaba recibiendo su carga humana. Primero fueron los lanchones repletos de heridos; luego, tropas franco-británicas, que llevaban esperando casi una semana, se dirigieron en largas filas hacia el embarcadero.

Winston suspiró.

– No estaré tranquilo hasta que me encuentre a bordo -dijo.

– No seas impaciente.

– ¡Volver! ¿Es que no te das cuenta, Nick, de lo que eso representa? Es como escapar de un infierno… Volver a estar en Inglaterra, no temblar a cada momento… hablar con los amigos… sentirse entre gente conocida…

– ¡Eres un sibarita! ¿Crees acaso que van a dejarnos en Inglaterra para siempre? La guerra no ha hecho más que empezar…

– No importa. Aunque no pasase más que unas horas en Londres, sería suficiente. ¡Dios mío!

– ¿Qué te ocurre ahora?

– Estoy pensando si nos ocurriera algo malo antes de embarcar. ¡Sería espantoso!

– Deja de torturarte, por favor…

En aquel momento, John, que se había acercado a ellos, señaló el cielo con el brazo extendido.

– Fijaos en ese hijo de perra…

Alzaron la mirada y vieron como una cruz plateada, muy alta. Era la silueta de un avión alemán.

– Es el «chivato» -dijo Nick-. Un simple aparato de reconocimiento y observación. Viene a ver lo que pasa por aquí.

– …y luego llamará a los otros -repuso sordamente Wilkie.

Winston se había puesto mortalmente pálido.

– Hacía días, según me han dicho, que no bombardeaban las playas y los barcos.

– No temas nada -le consoló Nick-. Llegarás a tu querido Londres, amigo mío…

Pero WC meneó dubitativamente la cabeza.

– No -dijo-. Estoy seguro de que no volveré nunca más. Tengo la intuición de que algo malo me va pasar.

Los otros dos le miraron, en silencio.

Fue como si, invisible, imperceptible, una bocanada de aire gélido les hubiese rozado el rostro.

* * *

Von Rukeller se quitó el monóculo, limpiándolo cuidadosamente con el pañuelo que acababa de extraer del bolsillo de su impecable guerrera.

– Ahora ya lo tenemos, caballeros. Hemos fallado dos veces consecutivas, pero ahora no hay error posible.

Volviéndose hacia su ayudante, hizo un ademán con la mano.

– Léales el informe, Strasser.

El otro obedeció, engolando un poco la voz:

– Cuando la evacuación de las playas de Dunkerque parece tocar a su fin -dijo-, nuestro aparato de reconocimiento ha descubierto la llegada de tres buques, dos de pequeño tonelaje y uno, mucho más importante, el HMS London…

Uno de los jefes de escuadrilla de Stukas, que asistía a la reunión, cerró los puños con fuerza.

– ¡Ése fue el perro que derribó a dos de mis aparatos, mi coronel! -no pudo evitar exclamar.

Von Rukeller asintió, sin por eso dejar de limpiar su brillante círculo de cristal.

– Lo sé, comandante Dreiker. Y por eso estoy contento…

– Si me dejase ir… -dijo Dreiker con un tono suplicante en la voz.

– No. Seguiremos el mismo plan y no emplearemos Stukas esta vez. No se preocupe, mi querido Dreiker -añadió después, levantando la mirada que brillaba extrañamente-, sus compañeros solucionarán este asunto… sin necesidad de que perdamos más aparatos.

Se colocó el monóculo con una precisión matemática.

– Berlín -dijo con voz súbitamente sorda- no nos perdonaría nunca una nueva lista de bajas. Proporcionémosle, por el contrario, un resonante triunfo… y así permitiremos que el mariscal de campo pueda seguir estando orgulloso de su Luftwaffe.

Se puso en pie.

– ¡En marcha, caballeros! Y no ataquen hasta que el London no se haya alejado de Dunkerque. Ya conocen el plan. Lanzadas las bombas y comprobado su blanco, regresen, sin preocuparse de más… luego sucederá, cuando los ingleses menos se lo piensen, lo que debe acontecer…

Levantó el brazo, imitado por los demás. Y el grito brotó, al mismo tiempo, de todas las gargantas:

– HEIL HITLER!

III

El bote se mecía blandamente sobre un mar tranquilo. Los niños parecían disfrutar de lo lindo. Y los hombres, quizá sin atreverse a exteriorizar su contento, miraban, con los ojos entornados, la silueta del buque al que se acercaban.

Nick volvió la cabeza, un instante, hacia atrás.

Las dunas de Dunkerque formaban ahora una larga línea amarillenta, manchada por la enorme cantidad de material que se había abandonado sobre ellas.

Detrás, las casas eran como una masa grisácea de la que continuaba saliendo un perezoso humo que ascendía hacia el cielo.

Winston estaba sentado junto a John. Éste fumaba tranquilamente, mirando a los niños con una sonrisa complacida en los labios. En cuanto a Williams, su rostro seguía tan ensombrecido como siempre, ya que seguía pensando en la inutilidad de todo aquello.

Pronto abordaron el London, subiendo por la escalerilla. Foster, los sacerdotes y Kirk ayudaron a trepar a los niños, que gritaban llenos de entusiasmo, como si todo aquello no fuese más que una fiesta inesperada para ellos.

El buque estaba abarrotado, aunque, naturalmente, todas las literas y cabinas disponibles se habían destinado a los heridos. El simpático jefe de playa, consiguió, no obstante, que se reservase una cabina, en popa, para los dos sacerdotes y los cuatro niños franceses.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Marcha De Los Vencidos Dunkerque»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Marcha De Los Vencidos Dunkerque» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Marcha De Los Vencidos Dunkerque»

Обсуждение, отзывы о книге «La Marcha De Los Vencidos Dunkerque» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x