Claudia Piñeiro - Betibú

Здесь есть возможность читать онлайн «Claudia Piñeiro - Betibú» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Betibú: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Betibú»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Cuando parece que la tranquilidad ha vuelto a reinar en el country La Maravillosa, Pedro Chazarreta aparece degollado, sentado en su sillón favorito, con una botella de whisky vacía a un costado y un cuchillo ensangrentado en la mano. Todo hace suponer que se trata de un suicidio. Pero pronto aparecen las dudas. ¿Acaso algún justiciero habrá querido vengar la muerte de la mujer del empresario, asesinada tres años antes en esa misma casa? ¿Será ésta la última muerte?
El Tribuno, uno de los diarios más importantes del país, deja de lado por unos días su enfrentamiento con el gobierno para cubrir a fondo la noticia. Al escenario del crimen, envía a Nurit Iscar, una escritora retirada, y a un periodista joven e inexperto. Y aunque el antiguo jefe de la sección Policiales, Jaime Brena, ha sido desplazado por sacar los pies del plato, decide involucrarse en el caso y ayudar a su reemplazante y a Nurit, a quien admira en secreto.

Betibú — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Betibú», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Nurit camina otra vez bajo la garúa. Ya no está preocupada por si se moja, ni perturbada por la aparición de Collazo, ni asustada por cómo él le habló. Está entusiasmada pensando en que hay algo seguro y cierto en la pista que siguen, en la foto que falta en el escritorio de Chazarreta, que ahí está la clave, la llave que les permitirá por fin entrar en el misterio de esa muerte. Sabe que si no fuera así, Luis Collazo no se habría puesto de ese modo. ¿Dónde quedó a esta altura aquella primera duda acerca de si la muerte de Chazarreta fue suicidio o asesinato?, se pregunta. En la nada, apuesta a que eso fue sólo un método de distracción, hacer que gracias a ese cuchillo plantado, todos se concentraran en pensar los lazos entre la muerte de su mujer y la de él. Pero la de él está relacionada con otra cosa, no tiene dudas, algo seguramente más turbio, más tremendo, tanto como para que los que lo mataron se tomen semejante trabajo. Su muerte y la de sus amigos. No ve la hora de llegar a su casa, escribirle al pibe de Policiales y contarle lo que pasó. Y de paso pedirle el mail de Jaime Brena. Sí, por qué no, también eso.

Abre la puerta de la cocina y se encuentra con sus amigas desayunando. Amanecieron, dice. Nos hicieron amanecer, sonó insistentemente el teléfono, se queja Carmen con tono de reproche que esconde algo más que la molestia por haber sido despertada. No te llevaste el celular, cabeza de novia, dice Paula. Nurit se tantea los bolsillos: Cierto, no me lo llevé. Te llamó Lorenzo Rinaldi, pidió que lo llames urgente. Nurit se agarra la cabeza, ay, me olvidé de mandarle el informe de ayer. Pero si acá está, le dice Carmen Terrada mostrándole la página de El Tribuno donde su informe aparece. No, sí, se lo mandé al pibe de Policiales, él es el que lo envía a edición, pero habíamos quedado en que cada informe se lo pasaba también a él, a Rinaldi, por anticipado, y anoche me olvidé. Mucha cosa en esa cabecita, dice Paula. Mucha cosa, repite Nurit y sale. ¿Adónde vas? A llamarlo, desde mi habitación. No, amiga, lo llamás de acá, nosotras te vamos a hacer de contención y además queremos fiscalizar, dice Paula Sibona. Tenemos la obligación de cuidarte, dice Carmen. Y de fiscalizar, repite Paula. Es un llamado de trabajo, aclara una vez más Nurit, aunque sabe que sus amigas nunca van a estar seguras de que así sea. Ni ella tampoco. No importa, todas sabemos cómo puede terminar un llamado de trabajo, ¿o nosotras nunca trabajamos?, dice Carmen, agarrá el teléfono y marcá, acá, delante de tus amigas. Entonces, porque sabe que no hay margen para discutir, eso hace Nurit Iscar: agarra el teléfono y marca. No necesita fingir delante de ellas que ya no se acuerda el número de teléfono de Lorenzo Rinaldi de memoria. Espera con el tubo en la oreja. Carmen y Paula no le sacan la vista de encima. Hola, sí, Lorenzo… Nurit, sí… Mirá, te pido mil disculpas que ayer se me pasó por completo mandarte el informe, estaba con dolor de cabeza y… ah, no… ¿sí?, ¿te gustó?… me alegro, sí… sí, no era fácil, me alegra que te haya gustado. Nurit ahora escucha en silencio, mira a sus amigas, sigue escuchando. Es evidente que algo de lo que dice Rinaldi prefiere no filtrar, así que las mira y calla. Ellas se dan cuenta y están cada vez más atentas. Por fin, Nurit no tiene otra alternativa que decir algunas pocas palabras que alcanzan para que sus amigas intuyan de qué va la cosa, por ejemplo, cuando Nurit, Betibú, dice: Ajá, sí, sí, puedo. Y ellas, que la conocen, se preocupan. Mucho. Y se enojan, un poco. Entonces Nurit Iscar confirma sus sospechas: Bueno, sí, está bien, a esa hora está bien. Y no bien pronuncia “a esa hora está bien”, y un segundo después, “¿me pasás a buscar por acá?”, Paula Sibona se estampa una palmada de desaprobación en la cabeza -la mano abierta, la palma justo en el centro de la frente-, y Carmen Terrada le da la espalda, abre el diario en cualquier página y se interna en la lectura.

CAPÍTULO 18

Poco antes de que Lorenzo Rinaldi pase a buscar a Nurit Iscar por La Maravillosa para ir a almorzar, Jaime Brena se prepara su primer café del día y el pibe de Policiales, que no se despertó en toda la noche ni en lo que va de la mañana, mea desenfrenadamente para ir, de inmediato, a la computadora a ver si llegó respuesta de Gonzalo Gandolfini. Y la respuesta llegó. Hola, sí, soy el sobrino. Lamentablemente, mi tío falleció hace un tiempo en un accidente de autos. Supongo que lo conocés de la época de la Chacrita, ¡espero que tus recuerdos sean gratos! (Ja ja). Según mi viejo, no a todos les quedaron gratos recuerdos de aquella época. Un abrazo. El pibe de Policiales lee el mensaje varias veces. Se pregunta cómo seguir. Lo llama a Jaime Brena, que ahora está tomando su segundo café. ¿Qué chacrita?, pregunta Brena. No sé, ni idea, le contesta el pibe. Habrá tenido alguno de ellos una chacra. Me parece que es otra cosa, dice Chacrita con mayúscula. Un nombre, entonces. Sí, parece un nombre. ¿Te fijaste si hay algo de esa Chacrita en Internet?, pibe. Eh, Brena, ¿vos pidiéndome que busque algo en Internet? Si no puedes contra ellos, únete a ellos, pero sabiendo que la red no es Dios. Ah, ¿no es Dios?, ¿hay algo más parecido a Dios que la red? No me jodas, pibe, te acepto que sea una religión, pero no Dios. El pibe se sonríe aunque Brena no lo sepa. Sí, me fijé, dice, pero no encuentro nada que parezca un dato que sirva. ¿Y si le preguntás? ¿A quién? Al sobrino de Gandolfini. Bueno, intento. Decime, ¿alguna novedad de Nurit Iscar? Sí, te mandé el informe por mail ayer a la noche en cuanto lo recibí. Ah, yo no enciendo la computadora en casa a menos que sea una situación especial. Es una situación especial, Brena, prendela; de todos modos, el informe lo podés leer impreso en el diario de hoy. Jaime Brena abre El Tribuno que dejó sin hojear sobre la mesada de mármol gris y pasa las páginas hasta encontrar el texto de Nurit Iscar. Sí, acá está, ahora lo leo, dice y busca sus anteojos por la cocina. Avisame si hay alguna novedad de eso de la Chacrita. El pibe, frente a la computadora, dice que sí, que le avisa, y antes de cortar le advierte que en ese mismo mail le decía que encontró en Internet el nombre del que se mató esquiando, Bengoechea. Bengoechea, repite Brena, okey, y corta. El pibe de Policiales chequea otra vez sus mensajes. Acaba de entrar otro mail de Nurit Iscar. Lo lee, es un informe detallado de lo que le pasó esta mañana con Luis Collazo, y todo lo que ella pensó a partir de ese episodio. Un informe que seguramente nunca saldrá en El Tribuno, un informe privado para ese equipo de tres que armaron sin proponérselo. En la posdata Nurit le pide al pibe que le reenvíe su mail a Brena y que le pase el teléfono de los dos, así nos podemos comunicar más fácil, dice. Y ella le deja el suyo. El pibe lee otra vez el texto del mail y, mientras lo hace, siente en su cuerpo algo que no sabe describir ni explicar. ¿Será que por primera vez él empieza a reaccionar con cosas relacionadas con su trabajo? Algo dentro de él bulle, eso siente. Y ese bullir no lo produce esta vez ni una mujer, ni una final de fútbol, ni un recital de Coldplay en la cancha de River. El pibe siempre creyó que terminó la carrera de periodismo por terco y para no darle un disgusto a su madre, más que por vocación. Cuando entró en Comunicación, ni siquiera sabía si se iba a orientar a la especialidad de periodismo o a la de publicidad. Pero como la gente que mejor le caía seguía periodismo, él los siguió a ellos. O eso creía hasta hoy. Que el periodismo en su vida había sido producto del azar y de su falta de iniciativa propia. Y lo mismo creía con respecto a la sección de la que se ocupa: que terminó trabajando en Policiales porque ése fue el primer hueco que encontró en una redacción. Sin embargo, hoy piensa, no podría hacer otra cosa. No está seguro de cómo fue ni qué pasó, pero por el momento, en este domingo lluvioso, no hay nada que le interese a él más que este caso en el que está metido. Le reenvía el nuevo mail de Nurit Iscar a Jaime Brena, pero además lo llama y le dice que lo lea. Y Jaime Brena, con fastidio por tener que quebrar uno de sus principios de vida más respetados -no encender la computadora en casa-, pero tan entusiasmado con el caso como lo está el pibe, la enciende y lee el mail de Nurit Iscar. Se lo contesta: Grande, Betibú, vamos bien. Cuidate. Brena. En el momento en que Nurit Iscar lee: Cuidate. Brena., suena la bocina del auto de Lorenzo Rinaldi en el frente de su casa. Ella no sabía que él ya estaba adentro de La Maravillosa, una de sus amigas le autorizó el ingreso, pero la mufa que les produce ese hombre no le permitió a ninguna de las dos subir a su cuarto a avisarle. Nurit se asoma por la ventana y grita: Ya voy. Él no debe escuchar porque toca la bocina por segunda vez. Ella se apura, agarra su cartera y, antes de salir, pasa por el baño y se mira en el espejo. No sabe si es una buena idea, pero lo hace. Acomoda sus rulos, se pasa rápido un poco de rouge de un color suave -definitivamente no el color que usaría Betty Boop-, un rosa subido pero seco, casi tirando al marrón, un color de día, que no llama la atención pero que le da humectación, algo de brillo y hace que sus labios parezcan un poco más jóvenes. ¿Parecen más jóvenes sus labios después del rouge? Los mira girando la cabeza a un lado y al otro, abriendo la boca, forzando una sonrisa estirada. No sabe. Se acaricia el cuello, levanta el mentón, no puede decir que tenga papada pero es evidente que su piel perdió tensión. No, no hizo bien en pasar por el baño y mirarse, ahora saldrá más insegura. Suena la bocina por tercera vez. Paula Sibona aparece detrás de ella en la imagen del espejo y dice: Escuchás que este hombre te toca bocina, ¿no? Sí, sí, ahí voy. Estás linda, le dice Paula. Ella se da vuelta, le sonríe y contesta: Gracias, amiga.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Betibú»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Betibú» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Claudia Casper - The Mercy Journals
Claudia Casper
Claudia Piñeiro - Las Viudas De Los Jueves
Claudia Piñeiro
Claudia Piñeiro - Tuya
Claudia Piñeiro
Claudia Wagner - Kochen mit Claudia
Claudia Wagner
Gonzalo Javier Rubio Piñeiro - Capacidades del Sistema de Inteligencia ruso.
Gonzalo Javier Rubio Piñeiro
Caridad Piñeiro - Fury Calls
Caridad Piñeiro
Caridad Piñeiro - Soldier's Secret Child
Caridad Piñeiro
Caridad Piñeiro - Night of the Cougar
Caridad Piñeiro
Caridad Piñeiro - Secret Agent Reunion
Caridad Piñeiro
Ana María Suárez Piñeiro - Roma antigua
Ana María Suárez Piñeiro
Отзывы о книге «Betibú»

Обсуждение, отзывы о книге «Betibú» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x