Rosamunde Pilcher - Septiembre

Здесь есть возможность читать онлайн «Rosamunde Pilcher - Septiembre» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Septiembre: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Septiembre»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Con motivo de una fiesta de cumpleaños, una serie de personajes procedentes de Londres, Nueva York, Escocia y España coinciden el el pequeño pueblo de Strachroy. Estamos en septiembre, mes durante el cual en Escocia se prodigan celebraciones, cacerías y bailes. Sin embargo, al compás de este ambiente festivo, el destino arrastrará a los protagonistas a situaciones tan dramáticas como sorprendentes, y les obligará a tomar decisiones y afrontar situaciones que marcarán profundamente sus vidas…

Septiembre — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Septiembre», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Me parece que no. Soy muy inquieta, cielo.

– Eso me hace sentir culpable.

– ¿Por qué?

– No lo sé. Nosotros tenemos tanto…

– Yo también tengo. Pero las mías son cosas diferentes.

– No me gusta que estés sola.

– Es mejor así.

– Tú formas parte de todos nosotros. Lo sabes, ¿verdad?

– Gracias. Es lo mejor que podías decirme. Eso es precisamente lo que yo deseo. Así quiero que sea. -Se inclinó y le dio un beso en la mejilla, y el contacto de sus labios, la proximidad de su cuerpo y el olor de su perfume le asaltaron los sentidos.

– Pandora…

– Y ahora, cielo, ya hemos estado aquí sentados bastante rato… ¿No crees que deberíamos ir a ver que hacen los demás?

Era más de la una de la madrugada, con la fiesta en su apogeo, cuando Noel Keeling, incapaz y poco deseoso de habérselas con un baile llamado El duque de Perth , se encontró solo y abandonado y se dijo que necesitaba beber algo. Se fue hacia el bar. Le ofrecieron champaña pero tenía la boca seca y prefirió un vaso de cerveza helada. Acababa de tomar un trago largo y refrescante cuando, de pronto, apareció Pandora Blair a su lado.

Apenas la había visto desde la cena, lo que le parecía una pena porque le gustaba y era la mujer más decorativa y divertida que había conocido en mucho tiempo.

– Noel.

Era halagador que hubiera venido en su busca. Inmediatamente, dejó el vaso e hizo espacio para ella, que se sentó a su lado en un taburete de bar y le sonrió con aire de conspiradora.

– Tengo que pedirte un favor.

– Adelante. ¿Quieres beber algo?

Ella alargó la mano hacia una copa de champaña y lo bebió como si fuera agua.

– ¿Llevas toda la noche bebiendo lo mismo?

– Desde luego.

– ¿Cuál es el favor?

– Me parece que es hora de irme a casa. ¿querrías acompañarme?

Noel se sintió sorprendido. Era lo último que esperaba.

– ¿Por qué quieres irte ya?

– Creo que ya me he quedado bastante tiempo. He bailado con todos y he dicho todo lo que tenía que decir, y ahora estoy deseando meterme en la cama. Iba a pedirle a Archie que me acompañara, pero lo está pasando en grande, encerrado en el despacho de Angus Steynton con el viejo general Grant-Palmer y una botella de “Glen Morangie”; me parece una canallada estropearle la diversión. Y todo el mundo anda brincando en la carpa con las danzas tribales. Hasta Conrad, nuestro no tan triste americano.

– Me sorprende que sepa bailar.

– Archie e Isobel organizaron una clase en Croy el miércoles por la noche y nos dieron lecciones. Pero nunca creí que se lo tomara tan a pecho. ¿Me acompañas, Noel? ¿Es una jugarreta pedírtelo?

– Claro que no. Te llevaré.

– Tengo mi coche, pero no estoy en condiciones de conducir. Probablemente me quedaría dormida y acabaría en la cuneta. Además, los otros lo necesitarán para volver a casa. Creo que debo dejárselo.

– Iremos en mi coche.

– Eres un ángel. -Apuró el champaña-. Subiré a buscar el abrigo. Espérame en la puerta.

Pensó en decir a alguien lo que iba a hacer pero desistió, ya que el viaje hasta Croy no llevaría más de media hora y, probablemente, no le echarían de menos. Mientras la esperaba al pie de la escalera, descubrió, divertido, que estaba verdaderamente ilusionado, como si él y Pandora fueran a emprender una misión secreta con posibles connotaciones románticas. Y, analizando la sensación, averiguó que era ella quien se la inspiraba y se dijo que seguramente siempre habría ejercido este efecto en el hombre en el que concentraba su atención.

– Lista. -Bajó la escalera corriendo, envuelta en su espléndido abrigo de visón. La cogió del brazo y cruzaron la explanada de grava. La hierba del aparcamiento estaba fría y húmeda y el terreno embarrado, por lo que se ofreció a llevarla en brazos hasta el coche. Pero ella, riendo, se quitó las sandalias y echó a andar descalza.

El viejo Hughie había desaparecido, pero al fin localizaron el “Golf” de Noel. Él puso la calefacción para calentarle los pies.

– ¿Te apetece oír música?

– No mucho. Podría desentonar de las estrellas.

Salió del aparcamiento marcha atrás, dio la vuelta y se alejó de Corriehill por la avenida adornada con guirnaldas, hacia la oscuridad. El cálido interior del coche estaba impregnado del perfume y él experimentó la extraña sensación de que, en el futuro, cada vez que volviera a olerlo, recordaría este momento, este viaje y a esta mujer.

Ella empezó a hablar:

– Ha sido una fiesta preciosa. Perfecta de principio a fin. Como solían ser las fiestas, pero mejor. En Croy dábamos bailes como este hace años, cuando éramos jóvenes. Navidades, cumpleaños… Mágico. Tendrás que volver a Croy porque ahora mejorarán las cosas. Ya no habrá tanta tristeza. Archie está mejor. Vuelve a ser él mismo. Ha tenido una época de pesadilla, pero ya la ha dejado atrás. Ha aceptado la realidad.

Guardó silencio durante un rato. Iba con la cabeza vuelta hacia la ventanilla y el pelo extendido sobre el suave abrigo. Miraba la oscura y vacía carretera, que iba quedando atrás.

– ¿Volverás a Croy, Noel?

– ¿Por qué lo preguntas?

– Quizás esté preguntando otra cosa. Quizá te pregunto por Alexa.

– ¿Y por qué me preguntas por ella? -preguntó él, con cautela.

– Tengo la impresión de que vacilas, de que dudas. No sabes que hacer.

Le sorprendió su sagacidad.

– ¿Has hablado con Vi?

– Cielo, yo nunca hablo con nadie. No hablo con nadie, quiero decir, de las cosas importantes.

– Alexa es importante.

– Es lo que yo pienso. Mira, tengo la rara impresión de que tú y yo nos parecemos. En realidad, yo nunca supe lo que quería. Cuando se me antojaba algo y lo conseguía, descubría que no era aquello lo que yo había deseado. Y es porque buscaba algo que no existe.

– ¿Hablas de un hombre o de una forma de vida?

– De las dos cosas, creo. ¿Es que no va lo uno con lo otro? Y de la perfección. La perfección suma. Que nunca la encuentras porque no existe. Amar no es encontrar la perfección, sino perdonar horribles defectos. Supongo que se trata de establecer un compromiso. Y de reconocer el momento de decidir si vas a nadar o a guardar la ropa.

– Yo quiero a Alexa -dijo Noel-. Pero no estoy loco por ella. -Reflexionó sobre su confesión y sonrió-. ¿Sabes? Es la primera vez que digo estas palabras en voz alta. No lo había dicho a nadie, ni a mí mismo.

– ¿Qué sensación produce decirlas en voz alta?

– Una sensación de miedo. Temo hacer promesas porque nunca he sido muy bien cumplidor.

– El miedo es la peor razón para hacer o dejar de hacer una cosa. Es negativo. Es como no hacer algo por el que dirán. «Pandora, no puedes hacer eso, ¿qué dirá la gente?». Como si eso importara. No. Eso no lo acepto. Tendrás que buscar mejor excusa.

– De acuerdo, ¿qué te parece esta? La libertad, no comprometerse, ser dueño de la propia vida.

– Eso está bien cuando eres joven. Pero los solteros, por poco que se descuiden, acaban en la más patética soledad. Son esa persona a la que se invita a cenar para completar la mesa. Y, después de la cena, se van a su pisito vacío en el que sólo les espera un perro fiel, que se acuesta con ellos.

– Pues sí que es un plan.

– Sólo se tiene una vida. No hay una segunda oportunidad. Si dejas que algo realmente bueno se te escape entre los dedos, lo habrás perdido para siempre. Y pasarás el resto de la vida buscándolo… de aventura en aventura, a cual menos satisfactoria. Y, al fin, llega el día en que comprendes que no tiene objeto. Que es inútil, una pérdida de tiempo y de energías.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Septiembre»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Septiembre» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Septiembre»

Обсуждение, отзывы о книге «Septiembre» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x