Fernando Pessoa - Libro del desasosiego de Bernardo Soares
Здесь есть возможность читать онлайн «Fernando Pessoa - Libro del desasosiego de Bernardo Soares» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Классическая проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:Libro del desasosiego de Bernardo Soares
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:3 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 60
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Libro del desasosiego de Bernardo Soares: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Libro del desasosiego de Bernardo Soares»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
Libro del desasosiego de Bernardo Soares — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Libro del desasosiego de Bernardo Soares», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
Pensar es destruir. El propio sistema del pensamiento lo indica para el mismo pensamiento, porque pensar es descomponer. Si los hombres supiesen meditar el misterio de la vida, si supiesen sentir las mil complejidades que acechan al alma en cada pormenor de la acción, no actuarían nunca, incluso no vivirían. Se matarían de tan asustados, como los que se suicidan para no ser guillotinados al día siguiente.
364
La persistencia instintiva de la vida a través de la apariencia de la inteligencia es para mí una de las contemplaciones más íntimas y más constantes. El disfraz irreal de la conciencia sirve tan sólo para ponerme de relieve a la inconsciencia que no disfraza.
Desde el nacimiento hasta la muerte, el hombre vive como siervo de la propia exterioridad de sí mismo que tienen los animales. No vive toda la vida, sino que vegeta en mayor grado y de manera más compleja. Se guía por normas que no sabe que existen, ni que por ellas se guía, y sus ideas, sus sentimientos, sus actos, son todos inconscientes -no porque en ellos falte la conciencia, sino porque no hay en ellos dos conciencias.
Vislumbres de tener la ilusión -tanto, y no más, tiene el más grande de los hombres.
Sigo, en un pensamiento divagatorio, la historia vulgar de las vidas vulgares. Veo cómo en todo son siervos del temperamento subconsciente, de circunstancias externas ajenas, de los impulsos de familiaridad y falta de ella que en él, por él y con él, se incuban como cosa de poco.
Cuántas veces les he oído decir la misma frase que simboliza todo lo absurdo, toda la nada, toda la ignorancia hablada de sus vidas. Es esa frase que dicen a propósito de cualquier placer material: «es lo que uno se lleva de esta vida»… ¿A dónde se lo lleva? ¿Para dónde se lo lleva? ¿Para qué se lo lleva? Sería triste despertarlos de la sombra con una pregunta como éstas… Habla así un materialista, porque todo hombre que habla así es, aunque subconscientemente, materialista. ¿Qué es lo que piensa llevarse de la vida, y de qué manera? ¿A dónde se lleva las chuletas de cerdo y el vino tinto y la chica casual? ¿A qué cielo en el que no cree? ¿A qué tierra a la que no se lleva sino la podredumbre que toda su vida ha sido a escondidas? No conozco frase más trágica ni más plenamente reveladora de la humanidad humana. Así dirían de sus placeres sonámbulos los animales inferiores al hombre en la expresión de sí mismos. Y, quién sabe si, yo que hablo, al escribir estas palabras con una vaga impresión de que podrán durar, no creo también que la memoria de haberlas escrito es lo que «me llevo de esta vida». Y, como el inútil cadáver del vulgar a la tierra común, baja al olvido común el cadáver igualmente inútil de mi prosa hecha atendiendo. ¿Las chuletas de cerdo, el vino, la chica del otro? ¿Por qué me burlo yo de ellos?
Hermanos en la común ignorancia, maneras diferentes de la misma sangre, formas diferentes de la misma herencia -¿cuál de nosotros podrá renegar del otro? Se reniega de la mujer, pero no de la madre, no del padre, no del hermano.
365
La mayoría de los hombres vive con espontaneidad una vida ficticia y ajena. La mayoría de la gente es otra gente , dijo Oscar Wilde, y dijo bien. Unos gastan la vida en busca de algo que no quieren; otros la emplean en buscar lo que quieren y no les sirve; otros todavía se pierden (…).
Pero la mayoría es feliz y disfruta de la vida sin que eso cuente. En general, el hombre vive poco y, cuando se queja, es su literatura. El pesimismo goza de poca viabilidad como fórmula /democrática/. Los que lloran el mal del mundo son los aislados -no lloran más que el propio. ¿Un Leopardi, un Antero [342]no tienen amado o amante? El universo es un mal. ¿Un Vigny es mal o poco amado? El mundo es una cárcel. ¿Un Chateaubriand sueña más de lo posible? La vida humana es tedio. ¿Un Job está cubierto de ampollas? La tierra está cubierta de ampollas. ¿Le pisan los callos al triste? Ay de los pies de los soles y las estrellas.
Ajeno a todo esto, y llorado sólo lo preciso, y en el menos tiempo que puede, cuando se le muere el hijo al que olvidará al correr de los años, salvo en los aniversarios… […]
La vitalidad recupera y reanima. Los muertos se quedan enterrados […]
366
Todo esfuerzo, cualquiera que sea el fin hacia el que tienda, sufre, al manifestarse, los desvíos que la vida le impone; se convierte en otro esfuerzo, sirve a otros fines, consuma a veces exactamente lo contrario de lo que pretendía realizar. Sólo un bajo fin merece la pena, porque sólo un bajo fin se puede realizar enteramente. Si quiero emplear mis esfuerzos en amasar una fortuna, podré en cierto modo amasarla; el fin es bajo, como todos los fines cuantitativos, personales o no, y es alcanzable y verificable. ¿Pero cómo he de efectuar el intento de servir a la patria, o engrandecer la cultura humana, o mejorar a la humanidad? Ni puedo tener la certeza de los procedimientos, ni la verificación de los fines; (…)
367
La lectura de los diarios, siempre penosa desde el punto de vista estético, lo es también con frecuencia desde el moral, aun para quien tenga pocas preocupaciones morales.
Las guerras y las revoluciones -hay siempre una u otra en curso- llegan, en la lectura de sus efectos, a causar, no horror, sino tedio. No es la crueldad de todos esos muertos o heridos, el sacrificio de todos los que mueren combatiendo, o son muertos sin que combatan, lo que pesa duramente en el alma; es la estupidez que sacrifica vidas y haberes a algo inevitablemente inútil. Todos los ideales y todas las ambiciones son un desvarío de comadres hombres. No hay imperio que valga el que por él se rompa la muñeca de una niña. No hay ideal que merezca el sacrificio de un tren de juguete. ¿Qué imperio es útil o qué ideal proficuo? Todo es humanidad, y la humanidad es siempre la misma -variable pero imperfectible, oscilante pero improgresiva. Ante el decurso inimplorable de las cosas, la vida que hemos tenido sin saber cómo y perderemos sin saber cuándo, el juego de diez mil ajedreces que es la vida en común y en lucha, el tedio de contemplar sin utilidad lo que no se realiza nunca (…) -qué puede hacer el sabio sino pedir el reposo, el no tener que pensar en vivir, pues basta con tener que vivir, un poco de sitio al sol y al aire, y por lo menos el sueño de que hay paz del lado de acá de los montes.
368
La historia niega las cosas ciertas. Hay períodos de orden en que todo es vil y períodos de desorden en que todo es alto. Las decadencias son fértiles en virilidad mental; las épocas de fuerza, en debilidad del espíritu. Todo se mezcla y se cruza, y no hay verdad más que en el suponerla.
¡Tantos nobles ideales caídos entre el estiércol, tantas ansias verdaderas extraviadas entre la escoria!
Para mí son iguales dioses u hombres, en la confusión prolija del destino inseguro. Desfilan ante mí, en este cuarto piso desconocido, en sucesiones de sueños, y no son más para mí de lo que fueron para quienes creyeron en ellos, ídolos de los negros de ojos inseguros y espantados, dioses animales de los salvajes de sertones enmarañados, símbolos figurados de los egipcios, claras divinidades griegas, rígidos dioses romanos, Mitra, señor del Sol y de la emoción, Jesús Mesías [343]de la conclusión y de la caridad, criterios varios del mismo Cristo, santos nuevos dioses de las nuevas villas, todos desfilan, todos, en la marcha fúnebre (romería o entierro) del error o de la ilusión. Marchan todos, y detrás de ellos marchan, sombras vacías, los sueños que, por ser sombras en el suelo, los peores soñadores creen que permanecen firmes sobre la tierra -pobres conceptos sin alma ni figura, Libertad, Humanidad, Felicidad, el Futuro Mejor, la Ciencia Social, y se arrastran en la soledad de la tiniebla como hojas movidas un poco hacia el frente por una cola de manto regio que hubiese sido robado por unos mendigos.
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «Libro del desasosiego de Bernardo Soares»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Libro del desasosiego de Bernardo Soares» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «Libro del desasosiego de Bernardo Soares» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.