El nombre de Black Cat Bones ha sido utilizado por infinidad de grupos de todos los estilos, aunque predominan los de música afroamericana. Sin embargo es curioso el caso de la banda sudafricana del mismo nombre, nacidos en Pretoria en el año 2007, practican un dirty blues muy rockerizado, pero además juegan bastante con el temario vudú, en piezas como «I´ve got my mojo working», «The Hoodoo Dance» o el mismo «Black Cat Bones». Hay otra banda en Tucson, Arizona, y otra en Chicago que están en la frontera del rock blues, mientras que el Reino Unido está comenzando a destacar una formación de rock setentero que además de manejar el mismo nombre se definen como hoodoo rock. En Michigan aparece a principios de década otra banda bajo el nombre de Black Cat Bone 616, que mezclan el dirty blues, bluegrass y el country más añejo, con temas claramente hoodoo, cargados de referencias a pócimas, venenos y amuletos, con dos álbumes llamados Mid-West Coast Blues y Jealous Is Poison. Todo esto sin profundizar mucho en la cuestión, pues parece ser que es uno de los nombres más utilizados en el blues y géneros adyacentes, es por eso que bandas con poca trayectoria se pueden encontrar en Brasil, México, Portugal o España.
Posiblemente la banda más importante que ha utilizado el apelativo de este mojo ha sido la formación británica que contó en sus filas con Paul Kossoff y Simon Kirke, que más tarde se unieron a Free.
En 1960 el músico tejano Hop Wilson compuso y grabó con su banda, Poppa Hop and His Orchestra, el clásico «My Woman Has a Black Cat Bones», que ha sido grabado por infinidad de músicos entre los que destacan Muddy Waters, Johnny Winter, Albert Collins, Robert Cray, Johnny Copeland y James Cotton. En este tema hace una estupenda descripción de los efectos mágicos del mojo. «Creo que mi chica tiene un Black Cat Bones y parece que todo lo que hago lo hago mal / Me esforcé en llevarme bien con esa mujer, pero parece que cuanto más lo intentaba, peor iba, la engañaba y mentía».
Cuatro años antes, en 1954, Muddy Waters grababa en Chess Records otro clásico, «I’m Your Hoochie Coochie Man», uno de los temas compuestos por Willie Dixon y que más ha sido versionado en la historia de la música por gente tan dispar como Eric Clapton, Steppenwolf, The Allman Brothers Band, el propio Waters con The Rolling Stones, los chilenos La Rata Bluesera, los mejicanos Tras La Mula, Black Stone Cherry, Band Of Skulls o Motörhead.
En este tema introduce varios conceptos de brujería o magia hoodoo como el Black Cat Bones, «Tengo un Black Cat Bones, y también tengo un mojo / Tengo la raíz de John The Conqueror/ Voy a meterme contigo, voy a quitarte la chica / el mundo sabrá que soy el Hoochie Coochie Man».
El término hoochie coochie proviene de los bailes exóticos de danza del vientre egipcios, que se popularizaron en los Estados Unidos en la Exposición Universal de Chicago de 1893, donde una bailarina llamada Farina Mazar y conocida por Little Egypt, escandalizó y enamoró a la sociedad americana por igual, hasta el punto que Hollywood le dedicó una película bajo su mismo nombre. A partir de la exposición el hoochie coochie sustituyó al cancán en los espectáculos de burlesque, y otra bailarina, Millie DeLeon, lo popularizó en los garitos del sur del Misisipi con una canción llamada «She was a red hot hoochie coocher», donde terminaba quitándose y tirando los ligueros al público de primera fila que enloquecía mientras Millie se pavoneaba en el escenario en ropa interior. Ese pavoneo es el que quería describir Willie Dixon en el tema, compuesto para un atractivo Waters, que fue el primer galán del blues.
Otro concepto que introduce el tema es John The Conqueror, la raíz del tubérculo de la Ipomoea Jalapa, que al secarse tiene la forma de los testículos de un hombre de color. El nombre le viene de un héroe africano esclavizado en Luisiana que nunca se doblegó y siempre fue un espíritu libre. También se le conoce como High John, John o Jack The Conqueror, y se le atribuyen poderes de encantamiento de buena suerte y de atractivo sexual, particularidades que Muddy Waters volvió a tratar en el tema «My John The Conqueror Root»; «Fui acusado de asesinato en primer grado / La esposa del juez gritó: ¡Dejen a ese hombre en libertad! / Estaba frotando mi raíz de John The Conqueror / Sabes que no hay nada que ella no pueda hacer».
En 2011 se formó un trío de indie blues en Misisipi con el nombre de la raíz, que ha editado dos discos hasta la fecha, John The Conqueror en 2012 y The Good Life en 2014.
El poder maligno del siete
Por último, otro de los conceptos que introduce el tema «I’m Your Hoochie Coochie Man» es el del poder del siete: «A la séptima hora, del día siete, del mes siete, siete doctores dijeron que nació para la buena suerte. Tengo 700 dólares, así que no juegues conmigo».
Está hablando de otro mojo llamado Lucky 7, que se creaba con dados y cartas de juego, siempre pensando que el siete es el número perfecto, uniendo las tres caras de un triángulo y las cuatro de un cuadrado, las figuras perfectas. Es por eso que la semana tiene siete días, que un gato cuenta con siete vidas, que las artes y las ciencias son siete y que sólo hay siete pecados capitales.
Willie Dixon nos habló de este extraordinario mojo en el tema «The Seventh Son»: «Puedo predecir tu futuro, puedo hacer cosas que conseguirán que tu corazón sea feliz./ Mirar al cielo y predecir la lluvia o decir cuando una mujer conseguirá otro hombre./ Todos lloran por el séptimo hijo./ En todo el mundo sólo hay uno y soy el único./ Yo soy el que llaman el séptimo hijo».
Rory Gallagher en 1973, dentro del disco Blueprint, nos deja una explicación del poder de «Seventh Son Of A Seventh Son»: «Fue el séptimo hijo de un séptimo hijo,/ la gente decía que podía curar a cualquiera./ Él tenía el poder y de sus manos sanadoras brillaba la luz. No hay poción mágica ni palabras místicas... pronto toda la nación supo su nombre».
La banda británica de heavy metal Iron Maiden, editó en 1988 uno de sus mejores discos bajo el título de Seventh Son Of The Seventh Son, donde incluye un tema del mismo nombre que nos habla de los poderes del séptimo hijo: «Hoy nace el séptimo. Nacido de mujer, el séptimo hijo. / Y él a su vez de un séptimo hijo / Él tiene el poder de curar, tiene el don de la segunda vista / Él es el elegido».
Hay infinidad de fetiches mágicos, conjuros, hechizos y contrahechizos en el hoodoo, que marcaron un género musical como el blues, que nació en la misma tierra donde se germinó esa magia popular. La lista es interminable, Foot Track Magic, The Hot Foot, The Ejector, son algunos de ellos, tampoco hemos hablado de las Gypsy Woman, las Voodoo Woman o Hoodoo Woman, figuras que han marcado fuertemente en las raíces de la música, como iremos viendo a lo largo del libro. Curioso es el caso del Magical Poppets o muñeca Voodoo que comercialmente siempre se ha unido al vudú de Luisiana y como translación a discos recopilatorios de blues o música de Nueva Orleans, cuando es un fetiche que poco tiene que ver con el vudú o el hoodoo, siendo una práctica habitual de las brujas europeas que el marketing ha pervertido.
Tal como decía Muddy Waters en 1980, «cuando estás escribiendo esas canciones no puedes dejar de lado la magia del hoodoo. Era lo que realmente creían los negros de ese momento, aunque incluso cuando hoy en día tocas esos viejos blues no logran entenderlos».
El cruce de caminos
Los cruces, las encrucijadas, siempre han sido puntos misteriosos donde el camino se bifurca y debemos elegir qué sendero seguir, con la consiguiente incógnita del resultado. En muchas culturas son lugares de creencias religiosas y hay un rico folclore lleno de supersticiones, maldiciones, hechizos, mal farios y demás leyendas esotéricas, que con razón o sin ella les conceden un valor digno de mención, aunque seas un incrédulo.
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