Igualmente, en esta contribución se presentan las metas perseguidas al plantear una renovación conceptual de Universum. Esta parte de la propia experiencia adquirida en la vida diaria del museo, pero también del conocimiento generado en el campo de la museología científica (Pérez, Díaz, Echevarría, Morentin y Cuesta, 2000).
Un aspecto toral en el proyecto de renovación conceptual que aquí se presenta es la inclusión de los visitantes mas allá de los estudios iniciales de público (Appelbaum, 1998; Borun, Massey y Luther, 1993). En este caso se propone hacerlo por dos vías: la primera es compartir con los visitantes a medida que se diseña y desarrolla el proyecto la narrativa del museo a partir de la evaluación formativa, y por otro lado, partir de las ideas previas del público, asunto muy estudiado en el campo de la enseñanza de las ciencias, y que en este caso respaldó el diseño conceptual particularmente de la planta baja del museo.
Como se mostrará con detalle a lo largo de este capítulo, para la definición inicial de las temáticas del proyecto de renovación se recurrió a consultas a expertos en diversos campos de la ciencia, y a los temas científicos y tecnológicos más mencionados en los medios y en especial a los tratados en la revista ¿Cómo ves? de la DGDC. Lo anterior se complementa con una serie de modelos educativos que dan cuenta de la gran diversidad de abordajes al conocimiento de parte del variado público que acude a los MCC. Entre estos modelos se incluye el tema de las narrativas construidas por los visitantes (Roberts, 1997), la idea de Museo Total (Wagensberg, 2015), el abordaje multidisciplinar de las ciencias, el enfoque ecológico versus el ecologismo y, finalmente, se introducen las exhibiciones críticas como la mejor forma de abordar los problemas de la crisis ambiental y su propuesta de soluciones.
I. El planteamiento del proyecto conceptual
La evolución de los MCC, un punto de partida para la renovación
Hoy que vivimos en un mundo en que la explicación científica se identifica con la solución de los numerosos problemas ambientales y sociales, y donde la ciencia y la tecnología influyen sobre acontecimientos de importancia mundial, se hace más necesario que el público posea una cultura científica.
Por mucho tiempo se pensó que bastaba creer que la ampliación de la escolaridad y el acceso de la población a la educación formal daría lugar a una ciudadanía científicamente culta y socialmente progresiva (Fundación BVBA, 2012; Sánchez-Mora 2016 y Sánchez-Mora, Reynoso, Namihira, Rodríguez y Villarreal, 2015). El resultado es que no se ha logrado que todo ciudadano disponga de conocimientos y herramientas básicas que le permitan “leer la realidad” que está grandemente influida por la ciencia y la tecnología, con todas sus implicaciones sociales, humanas, económicas y éticas (Marco-Stiefel, 2000). Afortunadamente se ha visto la posibilidad de hacer frente a esta situación a través de la educación informal en ciencias, dentro de la cual los medios de comunicación en general, y los MCC actuales en particular, ofrecen la oportunidad a todo ciudadano de reflexionar, discutir, tomar posición y hacer elecciones fundamentadas en las racionalidades cognitiva, emocional, estética, moral, política e ideológica (Stocklmayer, S., Rennie, L. y Gilbert, J. 2010).
Los MCC exhiben fenómenos explicados por la ciencia, así como los objetos, máquinas e instrumentos que muestran la actividad de los científicos, las consecuencias de los avances tecnológicos, y el estado del conocimiento del universo, del planeta y de nosotros mismos. Son excelentes para presentar procesos que ocurren en la naturaleza, la conducta humana y animal, y las aplicaciones de la ciencia: en suma, ofrecen múltiples oportunidades para que el público profundice y amplíe su conocimiento y comprensión de la ciencia, de la tecnología y de la naturaleza con la conjunción de varias disciplinas científicas que los abordan (Semper, 2000).
Hoy en día los MCC se consideran parte importante del marco educativo en tanto espacios para el aprendizaje informal (Stolckmayer et al., 2010), definido este como el aprendizaje autodirigido, voluntario y guiado por los intereses y necesidades individuales (Falk y Dierking, 2002). Se ha considerado que precisamente los MCC tienen la capacidad de responder a los muy variados intereses y necesidades de sus visitantes (Bradburne, 1998). Sin embargo, después de más de tres décadas de crecimiento exponencial y un relativo éxito comercial y cultural (MacLeod, Dodd y Duncan, 2015), estos espacios se han visto sujetos a fuertes cuestionamientos, debido a su vulnerabilidad por los cambios en las demandas por parte de sus usuarios, quienes cada día tienen mayores opciones de entretenimiento, y por las modificaciones en las economías locales y nacionales (Applebaum, 1998).
Los cambios que se han suscitado en las dos décadas anteriores en la concepción de los MCC (Adams, Luke y Moussouri, 2004), las aportaciones científicas de los últimos años, el desarrollo de problemáticas sociales relacionadas con la ciencia, el advenimiento de nuevos problemas de salud en el mundo, las últimas tendencias en la enseñanza de la ciencia, la evolución de la comunicación de la ciencia, y una fuerte competencia con instituciones similares, entre otros factores, han llevado al museo Universum a contemplar su renovación después de un cuarto de siglo de existencia.
Planteamiento conceptual general de la renovación
Un proyecto de renovación conceptual se inicia necesariamente con la consideración general de una narrativa sobre ciencia a lo largo de todo el edificio del museo. Un punto de partida para plantearla consiste en definir de manera general las temáticas del proyecto de renovación. Para ello se partió de las ideas de Miles (1990), quien preocupado porque los MCC fueran efectivamente comunicativos, planteó que de inicio es necesario un acercamiento real entre la cultura de los científicos, la de los comunicadores de la ciencia y la de las audiencias masivas. En ese sentido, la concepción temática de la renovación partió de comunicaciones personales con diversos expertos en los siguientes rubros: física general, física cuántica, química, astronomía, ciencias de la Tierra, geología, ecología, biología marina, biología general, matemáticas, geografía, ingeniería, robótica, pedagogía, enseñanza de las ciencias antropología y bioética, a quienes se les pedía en una charla informal, sin restricción de tiempo, sus opiniones sobre los temas que deberían incluirse, desde su punto de vista, en la renovación temática de Universum. El ejercicio consistió en solicitar a los expertos que mencionaran los temas de su campo que a su juicio deberían ser comprendidos por el público general no especializado. Esta actividad se llevó a cabo entre junio y julio de 2018, partiendo de que si bien el primer paso era definir los temas, también había que buscar una forma de acercarlos a los visitantes potenciales, ya que de acuerdo con la opinión de Miller (1991), los visitantes o bien no decodifican los mensajes emitidos por los expertos a través de las exhibiciones o bien, cuando lo hacen, llegan a decodificaciones aberrantes. Dado que este problema se deriva en buena medida de que el comunicador de la ciencia de los MCC desconoce a las audiencias, se complementó la información recabada con los resultados de un estudio realizado por Garcimuño (2018) acerca de las opiniones y sugerencias de los visitantes universitarios a Universum, para conocer en este caso los temas que la audiencia esperaría encontrar en el museo renovado.
Por otro lado, para tener siempre presente la gran diversidad de visitantes al MCC, fue necesario abrirse a diferentes acercamientos cognitivos que el público en general pone en juego en situaciones de aprendizaje. Así, para ser incluyentes a distintas habilidades de los visitantes, se decidió incorporar en los futuros diseños de exhibiciones (particularmente en el desarrollo de los nuevos equipos interactivos) las propuestas de Alonso et al. (Alonso, Gallego y Honey, 2005) sobre estilos de aprendizaje. Cabe mencionar que aunque tales propuestas han sido muy criticadas en la literatura pedagógica y psicológica, han resultado ser de utilidad en los ambientes de aprendizaje informal para satisfacer las demandas intelectuales de los visitantes (Dekker, Howard-Jones y Jolles, 2012; Alonso et al. 2005; Zapata, 2010). Igualmente, cuando el tema lo permita, se diseñarán las exhibiciones de acuerdo a los lineamientos de las exhibiciones críticas (Pedretti, 2002).
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