Aumentar la capacidad de asumir perspectivas
En un experimento que ha acabado convirtiéndose en clásico, Jean Piaget verificó la capacidad de los niños de asumir diferentes puntos de vista. Para ello mostró, a un niño, un cubo con lados opuestos de color azul y amarillo. Luego le preguntaba “¿De qué color lo ves?” y después “¿De qué color lo veo yo?” Los niños pequeños a los que se les mostraba la superficie amarilla asumían que el experimentador también lo veía amarillo. En torno a los cinco años, sin embargo, los niños suelen experimentar una gran transformación. Y es que, aunque sigan viendo el cubo de color amarillo, se dan cuenta entonces de que el experimentador lo ve azul. Ese niño, pues, ha desarrollado la capacidad de asumir la perspectiva de otra persona, lo que le permite responder correctamente.
La capacidad de asumir perspectivas sigue desarrollándose, en el mejor de los casos, hasta bien entrada la madurez, a lo largo de un proceso que nos permite asumir perspectivas cada vez más amplias. De este modo, donde antes nos hallábamos sumidos en una perspectiva limitada, podemos asumir ahora una visión más abarcadora que trasciende la verdad limitada de nuestra visión anterior. ¡Así es como discurre el proceso de evolución de la conciencia, permitiéndonos asumir finalmente una perspectiva que nos permite advertir nuestra asunción de perspectivas!
La simple intención de ver más perspectivas es una práctica esencial del módulo mental. Trate de advertir, siempre que le resulte posible, perspectivas adicionales, despertando así visiones nuevas cada vez más amplias, hasta llegar a la perspectiva que le permita advertir su propia asunción de perspectivas. Pero no debemos olvidar que toda perspectiva, incluida la nuestra , es tan cierta como parcial. Trate luego de asumir una perspectiva abierta que le permita observar con curiosidad nuevas formas de ver las cosas, sin aferrarse y aprestarse a defender con uñas y dientes su punto de vista.
Pero esto, por más fácil que resulte de decir, es bastante más difícil de llevar a la práctica. Son millones las formas que puede asumir la apertura a nuevas perspectivas, desde leer libros hasta hablar con personas desconocidas, viajar y ver obras de arte. La mente es infinita y también lo son, en consecuencia, las perspectivas con las que contamos. Eso es precisamente lo que convierte al marco de referencia OCON en una herramienta tan imprescindible. En tanto que forma de organizar las múltiples perspectivas que podemos asumir, abre un espacio para perspectivas más amplias (y también más profundas). Del mismo modo que el hecho de ordenar un armario nos ayuda a encontrar —en el momento en que más lo necesitamos— las cosas, OCON nos ayuda a establecer “un lugar, en nuestra vida, para cada cosa”.
El módulo de la mente y la PIV
El módulo de la mente impregna la totalidad de la Práctica Integral de Vida. Ahora mismo, de hecho, estamos asumiendo una perspectiva sobre la práctica y ejercitando, en este sentido, el módulo mental.
Si queremos que nuestra práctica avance exitosamente, debemos tener en cuenta todas las dimensiones de nuestro yo, incluida la mente. Una mente desarrollada nos ayuda a asumir múltiples perspectivas y tomar mejores decisiones a la hora de diseñar nuestra práctica, alumbrar nuevas comprensiones y afrontar nuevos retos. La inteligencia mental madura no sólo emerge como una expresión de la unidad que todos compartimos, sino también del yo único que nos singulariza.
Elementos del marco de referencia integral
La teoría integral OCON
OCON es una poderosa herramienta de integración mental. Identifica un puñado de distinciones sencillas que nos permiten reconocer, clasificar y finalmente trascender (e incluir) perspectivas. Echemos ahora un vistazo a los elementos fundamentales que componen OCON.
OCON significa “omni- cuadrante, omni- nivel, omni- línea, omni- estadoy omni- tipo”. Éste es, dicho en pocas palabras, el conjunto más sencillo de distinciones que pueden explicar la complejidad de nuestro mundo y la profundidad y amplitud de la conciencia a que aspira la verdadera práctica.
Aunque a menudo digamos que OCON “da sentido a todo”, lo cierto es que OCON es un marco de referencia limitado. De hecho, deja multitud de huecos vacíos que deberán aguardar a la llegada de nuevos descubrimientos y nuevas experiencias individuales. OCON es “una teoría de todo” que deja espacio e incluye conscientemente la mayoría de las formas de conocimiento de las que somos conscientes, desde la fenomenología hasta la ciencia sistémica, los estudios culturales, el empirismo, la contemplación, la psicología evolutiva, etcétera. * Y lo hace basándose en décadas de investigación intercultural, siglos de ciencia y milenios de sabiduría. OCON nos ayuda a entender que el Kosmos es mucho más grande de lo que anteriormente suponíamos y puede servir como marco de referencia de casi cualquier quehacer humano, incluida la Práctica Integral de Vida.
OCON: Omnicuadrante, ominivel, omnlínea, omniestado y omnitipo
Revisemos ahora brevemente los elementos compositivos fundamentales del marco de referencia OCON:
Los cuadrantescombinan dos de las distinciones más fundamentales del Kosmos: interior/exterior e individual/colectivo, dos fronteras que establecen cuatro dominios diferentes, el interior y el exterior de lo individual y de lo colectivo (o, dicho en otras palabras, el yo, el nosotros, el ello y el ellos).
Los nivelesson las diferentes estructuras supraordenadas que van presentándose en la medida en que la evolución se adentra en nuevos territorios. Estas estructuras —a las que, en ocasiones, denominamos “estadios” u “olas” del desarrollo— reflejan diferentes alturas de la conciencia (como, por ejemplo, egocéntrico, etnocéntrico, mundicéntrico, etcétera).
Las líneasson áreas concretas en las que tiene lugar el crecimiento y el desarrollo (como, por ejemplo, las facetas interpersonal, moral, musical, cognitiva, de las necesidades, etcétera) que se conocen, en ocasiones, como “inteligencias múltiples” o “corrientes” del desarrollo.
Los estadiosson formas provisionales, cambiantes y a veces más elevadas de conciencia (como, por ejemplo, la vigilia, el sueño, el sueño profundo, los estados meditativos, “la zona” y las experiencias cumbre).
Los tiposson modalidades horizontales diferentes (como, por ejemplo, las expresiones masculina y femenina, las diferencias interculturales o los tipos de personalidad que nos presentan los modelos del eneagrama o de Myers-Briggs).
Un lugar para todo en nuestra vida
No es ningún secreto que la vida contemporánea puede resultar abrumadora. La posibilidad de acceder a tanta información y a tantas variedades de experiencia diferentes es, simultáneamente, una bendición y una condena. La sobrecarga de información puede resultar sofocante, exigente, intimidadora, paralizante, aterradora, agotadora y extenuante. Y, lo creamos o no, un marco de referencia integral simplifica mucho las cosas . Bien podríamos decir que el marco de referencia OCON es, en este sentido, una aspirina para el dolor de cabeza generado por el exceso de información.
¿Pero es éste un viaje estrictamente mental?
Integrar la mente, el cuerpo y el espíritu es una de las tareas esenciales de cualquier PIV. ¡Pero ello no implica, en modo alguno, que debamos desembarazarnos de la mente porque, después de todo, se trata de una dimensión esencial de la ecuación! Son muchas las personas que consideran a la mente como un obstáculo para el desarrollo espiritual y, en consecuencia, insisten en la necesidad de ir más allá de ella, de soslayarla y de abandonarla. “¡Desembarázate de la mente y entra en el cuerpo!”, “¡Deja de ser tan cabezón y simplemente sé!” o “¡Si fueses realmente espiritual evitarías tantas distinciones intelectuales y escucharías con más esmero la sabiduría de tu cuerpo!”.
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