La responsabilidad es, entonces, muy grande; la integración debe ser una de las cartas importantes en la recuperación de la paz social en el continente y uno de los instrumentos para reducir la extrema inequidad con un mejor reparto de los beneficios de la integración en América Latina. Para ello, se debe reorientar, reestructurar, refundar, reflexionar, profundizar —los calificativos pueden ser muchos— en la situación actual de estancamiento y parálisis de los procesos de integración latinoamericanos, en los cuales a futuro no se debe continuar con el fraccionamiento existente, pues es hora de que América Latina reflexione y se decida a trabajar por una convergencia en el tiempo hacia un bloque latinoamericano integrado, que se pueda articular adecuadamente con los demás bloques que dominan la escena mundial.
Realizar la convergencia de la integración latinoamericana implica efectuar el acercamiento entre procesos subregionales de la región, dotándolos de un marco normativo común en las principales fases o etapas de integración, tanto económicas, como políticas y sociales en una integración multidimensional. Ese acercamiento se puede hacer entre procesos o entre países; entre procesos, como el del Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Alianza del Pacífico, del cual tanto se ha hablado en los últimos tiempos y, entre países, con la convergencia de las reglas que estos ya hayan pactado para integrarse mediante acuerdos de integración.
Para lograrlo, hay que superar problemas ya comentados de tipo político, ideológico, modelos diferentes de desarrollo, instituciones débiles en la implementación de la integración, falta de liderazgo, ausencia de la sociedad civil, prioridades en la articulación internacional y el contexto mundial neoproteccionista.
Una reflexión sobre convergencia de la integración latinoamericana es aceptar que hay que superar grandes asimetrías, integrando diversidades manifiestas, que esto no es realizable de manera inmediata y requiere una agenda a corto, a mediano y a largo plazo, sobre la cual trabajen conjunta y solidariamente los distintos actores responsables de la integración: los gobiernos, los organismos internacionales, los organismos encargados de los procesos de integración, la academia y la sociedad civil.
Disponer de un mercado común latinoamericano, en un mundo globalizado fraccionado en espacios de poder de diferentes bloques, le permitiría a América Latina contar con una voz colectiva más fuerte en las negociaciones internacionales; lo anterior coincidiría con la fecha de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2016-2030, con la cual habrá que trabajar en el relanzamiento y la profundización de la integración latinoamericana, por cuanto la convergencia es un mecanismo que favorece el desarrollo económico de América Latina.
Los autores de esta obra son académicos de cinco países: Argentina, Colombia, El Salvador, México y Venezuela, que forman parte del Grupo de Reflexión sobre Integración y Desarrollo en América Latina y Europa (Gridale), el cual, desde su fundación en 2017, tiene como objetivo reflexionar sobre las maneras de relanzar y profundizar la integración en América Latina, para lo cual viene desarrollando análisis en grupos de trabajo, foros regionales y conversatorios, congresos cada 2 años y publicaciones en la Colección Gridale, sobre dos ideas fundamentales: la pertinencia y la convergencia de los procesos latinoamericanos de integración.
El libro contiene diez capítulos. En el primer capítulo, “Elementos histórico-institucionales para una convergencia de la integración latinoamericana”, Edgar Vieira Posada recopila los elementos históricos que acompañaron los primeros intentos de integración desde el proceso de independencia, la formación y el fraccionamiento a mediados del siglo pasado de distintos procesos de integración latinoamericanos, los elementos conceptuales de diversas formas de regionalismo que los han acompañado y la pertinencia y las temáticas por desarrollar, para avanzar hacia la convergencia de la integración latinoamericana de manera gradual en una agenda a corto, mediano y largo plazo.
En el segundo capítulo, “Las dificultades en la convergencia de la integración latinoamericana”, José Briceño Ruiz analiza las dificultades actuales del proceso de convergencia de la integración en América Latina. Aunque se parte del principio de que la idea de convergencia es adecuada, se reconoce que el momento regional no es el más propicio para su consecución. Se argumenta que la existencia de distintas visiones sobre el modelo económico que debe adoptar la integración regional es un factor clave para entender las dificultades de la convergencia. Por otro lado, se señala que los diferentes patrones de comercio y, especialmente, las relaciones con particulares socios extrarregionales, en particular, Estados Unidos y China tampoco ayuda a la convergencia. Finalmente, la volatilidad política que vive la región desde 2015 tampoco favorece la convergencia regional.
En el tercer capítulo, “Pertinencia de políticas macroeconómicas en la integración latinoamericana”, Alberto José Hurtado Briceño analiza la convergencia de políticas económicas en la integración latinoamericana, identificando los avances que en esta materia ha logrado el Sistema de la Integración Centroamericana (sica), el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Alianza del Pacífico (ap), reconociendo los resultados obtenidos por cada proceso de integración y analizando la pertinencia teórico-práctica de políticas económicas comunes en América Latina.
En el cuarto capítulo, “Convergencia económica y comercial en América Latina”, Sadcidi Zerpa de Hurtado y José U. Mora Mora analizan la convergencia económica y comercial en los tres acuerdos de integración activos en la región: el sica, el Mercosur y la ap. Para ello, presentan el estado del arte sobre la convergencia económica y comercial en América Latina; estiman el Índice de Convergencia Económica (ice), se discuten los resultados obtenidos y se presentan las implicaciones de estos para la integración Latinoamérica. Del análisis realizado concluyen que América Latina tiene posibilidades reales de convergencia económica y comercial.
En el quinto capítulo, “La posición de los empresarios frente a la propuesta de convergencia Alianza del Pacífico-Mercado Común del Sur (2014-2018)”, Rita Giacalone analiza la posición de los empresarios desde la perspectiva teórica, metodológica y práctica en relación con la convergencia de los dos procesos la propuesta original hecha en 2014 hasta 2018, en la que se presentó la aprobación del Plan de acción ap-Mercosur, y se encontró respuesta positiva desde el punto de vista económico en ambos grupos.
En el sexto capítulo, “Pertinencia de la integración regional en Latinoamérica: aproximación a la eficiencia institucional”, Ana Marleny Bustamante y Francisco Javier Sánchez Chacón revisan la eficiencia de las siguientes organizaciones de integración regional (oir) en Latinoamérica: el sica, la Comunidad Andina (can), el Mercosur y la ap, mediante el análisis de cinco dimensiones de eficiencia de acuerdo con el enfoque de producción de políticas de Tallberg, Sommerer, Squatrito y Lundgren, con la intención de evaluar su pertinencia en la búsqueda de su convergencia.
En el séptimo capítulo, “Pertinencia de políticas migratorias en la integración latinoamericana”, Claudia Patricia Sacristán Rodríguez y Fernanda Caballero Parra analizan la pertinencia de las políticas migratorias en los principales procesos de integración latinoamericanos vigentes: Mercosur, ap, can, en un escenario político en la región que permite prever un debilitamiento de los acuerdos regionales con enfoque en derechos humanos; así como la problemática generada por la migración masiva procedente de Venezuela y la forma como desde los procesos de integración y desde posiciones nacionales se enfrenta el fenómeno.
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