En la segunda parte de este capítulo se desarrolla el tema de los melancólicos en Aristóteles. En varios lugares de sus tratados el Estagirita trata con un grupo de seres humanos a los que llama “melancólicos”
, sin embargo, no ofrece una definición de la “melancolía”
, y ni siquiera usa el término. Solamente se dedica a describir a los melancólicos ocasionalmente, a veces de manera psicológica o fisiológica, en dos tipos de tratados: los éticos y los biológicos. Es exclusivamente en el Problema XXX, atribuido al Pseudo-Aristóteles, donde se aprecia por primera vez una función significativa de la melancolía. Ahora bien, y como Aristóteles no proporciona una definición de la melancolía ni del melancólico, para descubrir las características del hombre melancólico es posible seleccionar los adjetivos que lo califican, es decir, estudiar su campo semántico o contexto en que el término entra en relación con otro. Dicho método permite, a diferencia de los demás estudios sobre el tema, distinguir con mayor precisión cuáles son las características de semejantes personas, y la razón por la que se comportan de manera diferente al resto de los hombres. De hecho, el melancólico puede ser exaltado o taciturno, pero también “genial”.
El cuarto capítulo se divide en dos secciones sobre los Problemas : 1) tema y autenticidad; 2) nota sobre la traducción.
En el quinto capítulo el criterio para elaborar la traducción del Problema XXX es el de la máxima fidelidad al texto griego, sin forzar el español. En ese sentido debo agregar dos cosas: 1) la puntuación de la traducción por lo general coincide con la del original; 2) las notas al texto español aportan datos generales sobre la obra.
2 Véase bibliografía.
I.
Aproximación etimológica
El vocablo “melancolía”
es relativamente tardío. Como podría esperarse surge con el desarrollo de la medicina hipocrática, aunque tiene antecedentes en la poesía que anticipan su creación. El primer término del compuesto, el adjetivo
(“negro, oscuro, sombrío”), figura desde Homero para describir el color del vino, de la sangre, de una ola, del mar o de un río. También se usa alegóricamente para retratar la muerte, en una fórmula que se repite en la Ilíada (2.834): “porque las divinidades funestas de la negra muerte los conducían”
, y en el Agamenón (1511) de Esquilo para describir al “sombrío Ares”
. Esto demuestra que desde Homero
significaba mucho más que un simple color, lo que se testimonia también en otras lenguas distintas del griego 3 . Por ejemplo, “hombres despiadados” se dice
, y “dolores insoportables” son los
. Ya el médico Galeno vincula explícitamente “el miedo a la oscuridad exterior”
que tienen los hombres con “el color oscuro de la bilis negra”
, ya que “oscurece la sede de la razón”
. Existen numerosos paralelos de esta relación en la literatura posterior (Klibansky 1991: 39-40, n. 44).
El segundo término del compuesto, el masculino
, con el sentido de “bilis”, también aparece por primera en Homero 4 , y se emplea sobre todo de manera figurada para referirse a cualquier tipo de amargura, cólera o resentimiento ( Ilíada 16.203): “con cólera te crió tu madre”
. El verso plantea una asociación entre
y cólera, importante para el desarrollo posterior de la noción de melancolía. Por su parte, el femenino
no indicaba únicamente la bilis. Ya en el Corpus Hippocraticum la “bilis negra”
revela en más de una oportunidad la enfermedad en los Aforismos (4.22): “al inicio de toda enfermedad, si la bilis negra ha salido por arriba o por abajo, es mortal”
. En otros autores como Aristóteles se vincula a la vesícula biliar, o a una especie de veneno de plantas y serpientes. Muy pronto, la dualidad de las formas
y
permitió una distinción entre la noción médica de la bilis y la noción psicológica de humor. Este punto es fundamental para el desarrollo del término
, porque dicha diferencia no está comprendida en los compuestos que pertenecen casi todos a un registro concreto de la bilis, pero pueden comportar en muchos casos acepciones morales 5 . Son precisamente esas connotaciones morales vinculadas por una parte al carácter del hombre (el melancólico puede ser genial, exaltado o taciturno, sobre todo en el Problema XXX), y por otra a la enfermedad (la melancolía se caracteriza por una mala mezcla en la sangre y los humores, de modo que el hombre puede resultar turbado por esta composición anómala) las que van a tener una importancia decisiva en el compuesto
, aunque se debe esperar hasta el CH para encontrarlas desplegadas con más claridad.
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