Tamara Gutiérrez Pardo
EL ÁRBOL DE LOS ELFOS
(Y CUATRO PRUEBAS AL AMOR)
Primera Prueba
El paraíso oculto
© Tamara Gutiérrez Pardo
© El Árbol de los Elfos (y cuatro pruebas al amor). Primera Prueba. El paraíso oculto
ISBN papel: 978-84-685-4515-8
ISBN ePub: 978-84-685-4804-3
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Siempre me preguntaba cuándo encontraría al amor de mi vida.
Y llegaste tú.
Siempre me preguntaba qué se sentiría cuando el corazón siente con toda su fuerza, cuando ama con toda su intensidad, con toda su alma.
Y llegaste tú.
Siempre me preguntaba qué se sentiría cuando alguien te abraza y te besa con todo el amor del mundo, entregándotelo todo, entregándotelo hasta con el más mínimo gesto.
Y llegaste tú.
Siempre me preguntaba cuándo llegaría un ángel que me salvara, que velara por mí, mi ángel.
Y llegaste tú, Julia.
Mi niña preciosa. Decir que te quiero es poco, ninguna palabra, por rebuscada que fuera, podría describir lo que yo siento por ti. Eres mis alas de ave Fénix. Eres parte de mí, de mis entrañas, de mi alma. Para siempre.
Eternamente.
Te quiero.
También va dedicado a mi otro ángel, a mi ángel de la guarda: mi padre. Papá, tú siempre estás en mis pensamientos, siempre. Allá donde estés (que sé que es junto a mí), te quiero.
Índice
— PRÓLOGO —
— TE AMO —
JÄN
— LA COMPETICIÓN ANUAL —
UN AÑO DESPUÉS
— LA VERDAD —
RILAM
— UN TRÁGICO DESENLACE —
LUGH
— ESPERANZA —
SÎTRA
PRIMERA PRUEBA AL AMOR
JÄN
— EL PARAÍSO OCULTO —
— TRAS LA FRONTERA —
— EL PARAÍSO OCULTO —
— AMOR IMPOSIBLE —
— LOS GUARDIANES DEL ÁRBOL —
— EL CIERVO Y EL ZORRO —
— LA REINA PROSA —
— LA PRINCESA CIERVO —
— ACERCAMIENTO —
— EL ARCO —
— FUTURO —
— SOY LAS DOS —
— TÚ —
— UNA ÚLTIMA POSIBILIDAD —
— EL PRIMER AMOR —
— SOLO UN BESO DE AMIGOS —
— EL AMOR VERDADERO —
— QUEDAR A SOLAS —
— COMPLETAR EL JUEGO —
— MENTE HUECA —
— EL TRATO —
— UNA NUEVA DETERMINACIÓN —
— MI JUEGO, MIS REGLAS —
— SOLO ESTA NOCHE —
— EL ESCONDITE —
— COMBATE ANULADO —
— MI ZORRO —
— SIN ESCONDERSE —
— NO FUI YO —
— EMPIEZA EL COMBATE —
— UNA TÉCNICA INCREÍBLE —
— EL ESCORPIÓN DE LA REINA —
— TODO SERÁ EN VANO —
— CAMPO DE BATALLA —
— CON SUS PROPIAS MANOS —
NORAM
—NINGÚN TÍTULO —
—TU PROPIA MISIÓN —
—MODO GUERRERO —
— ESCUDO DE VIRTUDES —
JÄN
—LO HARÁ —
— SIN AGALLAS —
— EPÍLOGO —
RILAM PRIMER DÍA DE LA MISIÓN
LISTADO DE GUERREROS ELFOS
LISTADO DE BUSCADORES
— PRÓLOGO —
El mundo ya había dejado de ser lo que era desde hacía muchos años. Eso es lo que siempre me decía mi tía, pues yo apenas tenía recuerdos de lo que era un árbol, el mundo que yo conocía era muy distinto. Incluso mi propia tía, ya en sus años jóvenes, había visto cómo los bosques, otrora frondosos y espléndidos ante nuestros antepasados, se habían ido extinguiendo a manos de los humanos. A pesar de los avisos, de las advertencias de la Tierra, de nuestros consejos, ellos habían desafiado a la Madre Naturaleza con su modo de vida egoísta, inconsciente y egocéntrico, la habían herido de muerte. Los elfos habíamos hecho todo lo que había estado en nuestra mano, pero una vez iniciado el desastre, ni siquiera nuestra magia pudo hacer nada.
El fin del mundo parecía estar cerca.
Con el paso del tiempo, y el calentamiento global, la lluvia había dejado de visitarnos, su agua cada vez caía con menos frecuencia, por todo el mundo, dando paso a largos periodos de sequía donde los exiguos bosques que a duras penas sobrevivían habían sido arrasados por el fuego. Las consecuencias de la sequía y los incendios no se hicieron esperar. El agua dulce escaseaba. Rápidamente, la hambrienta e insaciable deforestación lo invadió todo. Los terrenos se habían vuelto áridos, infértiles, sedientos, la mayoría de los árboles habían desaparecido por todo el mundo y las limitadas plantas no suplían su ausencia. Sin agua, no había tierra fértil; sin tierra fértil, no había árboles; y sin árboles, no había oxígeno, la atmósfera había perdido su equilibrio y no llovía. Era un bucle vicioso.
El desabastecimiento, tanto de alimentos como de medicamentos, aumentó la desigualdad social y la corrupción, y el agua se convirtió en el bien más codiciado del mundo, más incluso que cualquier otro metal precioso. Los humanos ricos se hicieron más ricos al apoderarse de esos nuevos tesoros, dando lugar a peligrosas mafias que comerciaban con el agua y las drogas, por lo que el mundo quedó a merced de su dictadura y corrupción, ni siquiera la policía y los gobiernos quedaron fuera de sus hilos.
Para cuando la raza humana acudió a los elfos voluntariamente, ya fue demasiado tarde.
Muertos los bosques, nuestros hogares también se vieron afectados y tuvimos que desplazarnos hasta las ciudades más respirables de los humanos. A nosotros no nos pusieron impedimentos, los elfos no nos inmiscuímos jamás en la vida de la raza humana a no ser que nos pida ayuda, y lo más importante, temen nuestra magia, pero a cambio los humanos, humanos de buen corazón que luchaban por sobrevivir, humanos que no querían ser arrastrados por esa marea de maldad, pidieron nuestra protección. Los elfos no podíamos negarnos, así lo decretaban nuestras leyes. Además, el caos, la corrupción, la delincuencia y la masacre reinaban por doquier, por lo que el Consejo de los Elfos decidió aceptar esa demanda, por su bien y el nuestro.
Para un elfo, las plantas, los árboles, los bosques, la naturaleza, es lo más sagrado que existe. Aunque las mafias seguían gobernando en la raza humana llevándola por el sendero de su propia autodestrucción, los elfos tuvimos que tomar una decisión por el bien común. Conseguimos reunir los pocos árboles que quedaban por zonas, limitando el número de ciudades habitables. De esa manera, se hizo un reparto más justo del oxígeno que beneficiaba a todos. A estas ciudades se las llamó Ciudades Oxígeno; fuera de estas lindes, el aire era irrespirable. La magia élfica alimentó a los árboles para aumentar su fotosíntesis y los mantuvo sanos, creando también unas burbujas sobre esas urbes que sostenía el ciclo del aire, y los humanos y los elfos fueron redistribuidos dentro de dichas Ciudades Oxígeno. Fue una solución urgente y efectiva, pero todos sabían que era un parche que no duraría para siempre. Nuestra magia solo podía mantener cierto número de árboles durante un periodo de tiempo limitado, y solo podía hacerlo sin que llegaran a florecer, por lo que nunca obteníamos semillas que luego pudiéramos plantar. Además, muchos de esos árboles ya estaban envejeciendo y enfermando, estaban muriendo a pesar de la magia.
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