La modernidad y la llamada gripe española que se inició en EE.UU.
El Renacimiento es un período intermedio entre el Medioevo y la Modernidad. En esa época el espacio empieza a ser independiente de la experiencia y se transforma en abstracto regido por las leyes de la geometría y la matemática. Galileo decía: “la filosofía está escrita en ese grandioso libro que está continuamente abierto ante nuestros ojos (lo llamo universo). Pero no se puede descifrar, si antes no se comprende el lenguaje y se conocen los caracteres en que está escrito. Está escrito en lenguaje matemático, siendo sus caracteres triángulos, círculos y figuras geométricas.”
En el siglo XV se inició una nueva manera de percibir y conocer la naturaleza que crea un espacio previo, anterior e independiente de los objetos y las personas que lo habitan. El ser humano se empieza a creer independiente y enfrentado a la naturaleza. Spinoza escribe su famoso texto Ética demostrado según el orden geométrico, allí plantea que va a tratar de describir las pasiones como si fueran círculos, triángulos o cualquier otra forma geométrica. Su crítica de un dios trascendente para concebir la inmanencia de Dios, que lo considera sinónimo de la Naturaleza, podemos ubicarla en estos cambios de época. A partir de este período los sistemas de medición y exploración de nuevos territorios condujeron a una reorganización global del espacio y sus formas de representarlo. Esto lleva al inicio de la modernidad, la cual nos trae la representación de un espacio donde Dios es reemplazado por la razón: el campo del conocimiento salta de la Biblia a la ciencia. El Iluminismo trae a la ciencia como nuevo modelo para representar en el imaginario social el espacio-soporte desde un progreso que se cree infinito.
En términos sociales e históricos se llega a la modernidad a partir de la transformación de la sociedad preindustrial, rural y tradicional en la sociedad industrial y urbana que se produce con el desarrollo del capitalismo. El inicio de la modernidad se destaca por afirmarse en el gran tamaño de las máquinas y la conquista territorial. Si tenemos que destacar algunas características podemos señalar:
-Se crean los Estados-Nación que tienen un territorio delimitado y una población que se identifica con valores imaginarios y simbólicos que le dan un lugar de pertenencia.
-El descubrimiento de América fue motivado por fines comerciales propios de los inicios del capitalismo lo que permitió explotar nuevos territorios y utilizar mano de obra esclava para afianzar los desarrollos económicos.
-Con la creación de la sociedad industrial se construyen fábricas donde las máquinas reemplazan el trabajo manual. Esto lleva a que aparezca junto a la burguesía un nuevo sector social: el proletariado. Pero este hecho requería una concentración de la población en las ciudades que se convirtieron en centros de producción y consumo de bienes que generaron los procesos de corposubjetivación propios de la vida moderna.
Es en este espacio-soporte urbano donde se producen grandes modificaciones a partir de diferentes epidemias. En la Argentina en 1871 aparece la Fiebre Amarilla producida por un mosquito que se encontraba en algunos focos infecciosos como el riachuelo de Buenos Aires, aguas estancadas y las precarias condiciones sanitarias de la población. Esto llevó a que la población de alto poder adquisitivo que vivía en la zona sur de la ciudad emigrara al norte. La epidemia llegó a exterminar a miles de personas por su condición de hacinamiento y vulnerabilidad; entre ellos a la casi totalidad de la población negra. Su resultado fue mejorar las condiciones de higiene de la ciudad, de establecer una red de agua potable y construir cloacas y desagües. También fue el comienzo del control social y político desde el poder hegemónico de la población inmigrante para disciplinar el movimiento obrero; lo cual aumentó, cuando aparece otra epidemia en 1918 venida desde Europa que puso en evidencia los problemas sanitarios y habitacionales en las grandes ciudades. Esto provocó un clima de pánico y de protesta en los sectores sociales más vulnerables, ante lo cual el Estado tomo medidas de represión y prevención. En dos años la epidemia mató en el mundo más de 40 millones de personas; es considerada la más devastadora de la historia. Si bien comienza en la base militar de Fort Riley de EEUU, se la conoce como Fiebre Española. Es que el virus entra a Europa por España y como éste era un país neutral en la Primera Guerra Mundial que se estaba desarrollando, le da este nombre ya que no censuraba la información como otros países que participaban del conflicto bélico. Ahora sabemos que la enfermedad fue causada por un brote de influenza virus A del subtipo H1N1. La mayoría de las víctimas fueron jóvenes y adultos saludables. En el verano de 1920 el virus despareció tal como había llegado.
Las epidemias tienen profundos efectos en la estabilidad social, política y cultural de los países. Recordemos que en Buenos Aires se produce en 1919 una insurrección obrera que se conoce como La Semana Trágica; que finalmente logra algunas mejoras de los trabajadores como la Jornada de 8 horas y el descanso dominical. Podemos decir que no existe un área importante de la vida humana que las enfermedades epidémicas no hayan afectado profundamente.
Efectos de la pandemia del Covid-19
Si Marx y Engels escribían que con la Modernidad “Todo lo sólido se evaporaba en el aire” para dar cuenta de la creación y destrucción permanente, como una forma de existir en el tiempo y el espacio moderno, esto se acelera en el capitalismo tardío. En la llamada posmodernidad la experiencia global del mundo ya no sigue los criterios del espacio geográfico y la expansión territorial, sino una distancia temporal que se vuelve más corta a medida que aumentan las capacidades tecnológicas del espacio cibernético y se desarrollan las capacidades técnicas para el transporte y la teletransmisión. Sin embargo, la cultura deja de ser soporte de las existencias de los sujetos; el pasado no existe y el futuro es incierto: solo hay que vivir el ahora en una sociedad donde impera el “sálvese quien pueda” en la que se ofrece la ilusión de la felicidad privada. Su resultado son los síntomas de esta época referidos a lo negativo. La globalización capitalista solo le interesa la circulación del capital, cuyo objetivo es la especulación financiera para obtener ganancias ignorando las consecuencias que provoca: el crecimiento desmesurado del empleo precario, el subempleo y el desempleo. Lo importante son las inversiones rentables; esto explica que las grandes empresas farmacéuticas abandonaron hace años la investigación sobre tratamientos o vacunas contra los virus respiratorios. También el hecho de que 17 años después de la epidemia del SARS no se haya logrado ni un tratamiento ni una vacuna contra el virus. Es que para estas industrias dan más dinero las enfermedades no transmisibles como el cáncer, las cardíacas y la diabetes que, además, requieren medicamentos que se deben consumir toda la vida. Ahora bien, este espacio que inauguraba la llamada posmodernidad fue el que hizo estallar la pandemia del Covid-19.
Veamos algunos de sus efectos:
-En algunos países los medios tecnológicos están ayudando a detectar a aquellas personas asintomáticas que fueron afectadas por el virus; asimismo pueden controlar que se cumplan las pautas establecidas para mantener la cuarentena. Debemos reconocer que la puesta a prueba de esta tecnología se ha transformado en un medio donde los gobiernos afianzan las condiciones de control de la población.
-Las redes sociales permiten las posibilidades de que se pueda trabajar desde la casa y la comunicación entre familiares y amigos. Pero estas posibilidades encuentran una limitación en la angustia y ansiedades que provocan el aumento de las horas de trabajo; así como la necesidad del encuentro cuerpo a cuerpo con el otro. Paradójicamente, esto último se manifiesta con mayor fuerza entre los jóvenes a quienes se los creía perdidos en el mundo virtual.
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