“[…] el desarrollo es un fenómeno distinto, completamente ajeno a lo que puede ser observado en el flujo circular de la economía o en la tendencia hacia el equilibrio. El desarrollo económico es un cambio […] en los canales del flujo circular, es una perturbación del equilibrio que altera y desplaza para siempre el estado de equilibrio existente previamente”9.
“Las innovaciones en el sistema económico como regla no toman lugar de forma que primero aparecen los deseos en el consumidor y luego el sistema económico se mueve debido a esas presiones […]. Es el productor como norma el que inicia el cambio económico y finalmente los consumidores son educados por los productores”10.
El concepto de desarrollo supone “una nueva combinación” de los elementos que condicionan el proceso productivo y cubre los siguientes cinco casos: 1) la introducción de nuevos bienes, esto es, bienes con los cuales los consumidores no están familiarizados o un bien que presenta una nueva cualidad; 2) la introducción de nuevos métodos de producción; 3) la apertura de nuevos mercados; 4) la conquista de una nueva fuente de oferta de materias primas o bienes semifacturados; 5) el establecimiento de una nueva organización industrial. Una nueva combinación cobra forma en nuevas industrias que generalmente no surgen de las antiguas, pero que inician su proceso de producción al lado de ellas11.
El concepto de emprendedor puede utilizarse en un sentido amplio y en un sentido más estrecho. En un sentido amplio se puede comprender dentro de la categoría cualquier persona que ejerza la función de emprender: hombres de negocios independientes, empleados dependientes de la compañía, como gerentes, miembros del directorio, y aún aquellos que controlan la mayoría de las acciones12. El llevar a cabo una nueva combinación, lo cual define al emprendedor, no significa necesariamente que este esté permanentemente conectado con una empresa. Existen muchos financistas y promotores que pueden ser emprendedores en un sentido lato. Por otra parte, el concepto de emprendedor también es más estrecho que el tradicional en cuanto no incluye a todos los jefes de las empresas o gerentes o industriales, que solamente se dedican a operar un negocio establecido. En este caso, sólo se consideran como emprendedores a aquellos que realizan la función denominada “una nueva combinación” de los elementos que condicionan el proceso productivo, según se describió en el párrafo anterior. La definición de Schumpeter distingue entre emprendedor y capitalista. Aquellas caracterizaciones del emprendedor como “iniciador”, “autoridad” o “visionario” concuerdan completamente con su definición y no se encuentran generalmente dentro del ámbito rutinario del flujo circular13.
Debido a que ser emprendedor no es una profesión y, en general, tampoco una condición duradera, no forma una clase social en el sentido técnico, como los terratenientes, los capitalistas o los trabajadores. Por supuesto, la función emprendedora puede conducir a una cierta posición de clase. La función del emprendedor en sí misma no puede ser heredada, como bien lo demuestra la historia de las familias que se dedicaron a las manufacturas14.
La posición de Schumpeter se caracteriza…
“[…] por tres pares de oposiciones: primero, la oposición de dos procesos reales: el flujo circular o la tendencia al equilibrio, por una parte, y cambio en los canales de la rutina económica o un cambio espontáneo en los datos económicos que surgen dentro del sistema económico. Segundo: por la oposición de dos aparatos teóricos: estáticos o dinámicos. Tercero, por la oposición de dos tipos de conducta […] simples gerentes y emprendedores”15.
Para la vida económica, cada etapa fuera de los límites de la rutina presenta dificultades e incluye un nuevo elemento. Este elemento nuevo es el que constituye el fenómeno del liderazgo16. Entre esas dificultades, Schumpeter destaca en primer lugar que los individuos, cuando actúan fuera de las vías acostumbradas, carecen de los datos y reglas suficientes de conducta para actuar de manera precisa. Algunas de estas dificultades pueden ser imaginadas, otras no. Esto es particularmente cierto en el caso de aquellos datos que el emprendedor desea transformar y de aquellos que desea crear. Todo esto supone que el emprendedor posee un alto grado de racionalidad consciente que la que supone la acción acostumbrada. Lo que el emprendedor enfrenta es el producto efectivo de la imaginación. Por lo tanto, hay que distinguir claramente la acción acostumbrada y la acción iniciada por el emprendedor. El éxito del emprendedor depende de su intuición, de su capacidad para prever hechos que finalmente cobren realidad. Todo esto no puede conocerse de antemano, por lo que tiene que concentrarse en reconocer los hechos esenciales, descartando aquellos que no lo son17.
Aquellos que quieren hacer algo nuevo tienen que enfrentarse a los hábitos que militan en contra de los proyectos embrionarios. La nueva combinación de elementos que el emprendedor quiere realizar exige esfuerzos extraordinarios para que los sueños lleguen a transformarse en realidades, todo lo cual supone “una libertad mental que sólo puede surgir de una fuerza extraordinaria muy superior a la que exigen las demandas de cada día y es, por lo tanto, algo muy peculiar y de una naturaleza muy rara”.
Otra dificultad de importancia es la reacción del medio social que el emprendedor desea cambiar o transformar. Entre estas reacciones hay que mencionar impedimentos legales y políticos18. A la superación de todas las dificultades se oponen los grupos que son amenazados por la innovación. Encontrar la cooperación para el cambio también supone ganarse a los consumidores que estarían abiertos a aceptar los bienes y servicios que la innovación procura ofrecer19.
Schumpeter distingue también el liderazgo económico de la simple “invención”. Si estas no se llevan a la práctica, las invenciones son irrelevantes. Llevar a cabo una transformación de la rutina es algo distinto a un simple invento, porque requiere aptitudes especiales. Aunque los emprendedores pueden ser también inventores, no son inventores por naturaleza20.
Además, Schumpeter señala claramente que “la personalidad del capitalista no corresponde con nuestra idea de liderazgo”21. En muchos sentidos, el típico emprendedor está muy centrado en sí mismo en comparación con otros actores económicos, porque descansa menos que los otros actores en la tradición. Su tarea “consiste precisamente en la destrucción del pasado y la creación de nuevas formas de acción”. Esto no solamente caracteriza su actuar económico, sino que también comprende las consecuencias morales, culturales y sociales. “El típico emprendedor se retira de la arena sólo cuando sus esfuerzos se agotaron y son insuficientes para cumplir con la tarea que él se ha propuesto”. Esto no se verifica en el caso del hombre económico, que pondera los resultados de acuerdo a la utilidad o falta de utilidad de sus esfuerzos. Este llega a un punto en el cual está convencido que debe haber un equilibrio entre costo y beneficio. Los esfuerzos que el emprendedor hace no constituyen una razón para abandonar el emprendimiento: “una actividad del tipo del emprendedor es obviamente un obstáculo al goce hedonístico de los bienes que son adquiridos usualmente mediante el dinero. El consumo supone ocio. En términos hedonísticos la conducta del emprendedor sería irracional”22.
La competencia schumpeteriana
Schumpeter abogó contra el modelo de competencia en equilibrio predominante en su tiempo y en la actualidad. Este equilibrio es eficiente en el sentido de que nadie podría mejorar sino en detrimento de otro individuo. Se trata del modelo de la oferta y la demanda, en el cual los monopolios son un “azote”, debido a su poder de coartar la producción y elevar los precios. Sin embargo, para Schumpeter, los monopolios serían funcionales al proceso de innovación que constituye el “núcleo” del capitalismo. “La competencia schumpeteriana sustituyó la competitividad en el mercado por competitividad por el mercado”23. La competencia perfecta sería un impedimento para que los innovadores obtuviesen beneficios de sus ideas y sin innovación las economías se estancarían.
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