Emociones y funcionamientos autistas y psicóticos
F. Tustin (1992) describió cómo los objetos y vínculos animados se vuelven inanimados. En la zona autista no puede haber significado puesto que faltan las emociones y tampoco puede hacerse un aprendizaje por la experiencia emocional. En los funcionamientos psicóticos las emociones son atacadas, fragmentadas, evacuadas. Las fallas en el desarrollo emocional y cognitivo se deben a que las transformaciones se hacen en un medio de des-conocimiento activo (-K) vinculado al Super-superyó, descrito por Bion como una conciencia moral sin moral. Las fallas simbólicas en los funcionamientos autistas se relacionan no con un ataque sino con una no diferenciación. Si hay fusión autista, no puede haber dos, no puede haber una relación, y menos aún un tercero.
Las ideas de Bion de la mente como algo vivo y en crecimiento implican la posibilidad de abordajes técnicos en que primero es necesario construir funciones cuando hay fallas en ese sentido, para que puedan darse las condiciones de un desarrollo mental. Tanto Bion como Meltzer se refieren a que el analista tiene que “soñar” la sesión y “soñar” al paciente. “Soñar” aquí significa que el analista necesita usar su función α para construir conjunciones constantes de elementos α que posibiliten encontrar un significado. Este “soñar” implica un sueño construido artificialmente, por medio de un artificio. Con los niños que no juegan y con los adultos con enclaves autistas a los que es necesario llegar para poner en marcha un crecimiento mental detenido, antes de interpretar contenidos, es necesario construir un espacio lúdico como continente y personificaciones para poner en marcha la expresión de contenidos. Esto significa desarrollar una zona lúdica, una zona de juego en que el “ dale que ” el “ como si ” pueda tener lugar y que son factores para el desarrollo de un espacio potencial interno para “soñar” y “jugar”.
Salida del autismo - Problemas clínicos
Uno de los desafíos en el tratamiento de niños autistas y de adultos con enclaves autistas es cómo sacarlos de ese páramo defensivo de desconexiones que genera vacío. El otro punto es cómo lograr que toleren los desarrollos de la conciencia, desarrollos que parecen vivir como desgarros. Uno de los problemas clínicos es que la penetración del encapsulamiento desarrolla contacto y darse cuenta y eso es sentido como trayendo la lacerante experiencia de los agujeros terroríficos y de una invasión de estímulos, frente a lo cual esa conciencia naciente es de nuevo truncada y amputada por los mecanismos de desconexión.
Espacio de juego - El sueño construido artificialmente
Winnicott (1972) sostuvo que la psicoterapia debía realizarse en un espacio de juego y que si éste faltaba era necesario construirlo. Si la transferencia implica una relación, en los niños autistas en lugar de una transferencia infantil lo que puede observarse es una norelación. Los pacientes adultos también necesitan poder desarrollar el equivalente de lo que es el juego en los niños que se manifiesta en el “soñar”, en el sentido del humor y en la tolerancia a la metáfora y a la paradoja. El juego y el jugar implican un acceso a un proceso de transformación simbólica. Necesitamos un abordaje técnico que posibilite generar una relación y una transformación en ese nivel.
Construcción de un espacio lúdico
Propongo la idea de introducir como abordaje técnico la construcción de un espacio lúdico cuando falta y la personificación de las emociones a través del juego. Esta construcción es un modo de posibilitar una formulación dramática y estética de la experiencia emocional que establezca contacto y los saque del mundo autista. El juego, el “sueño” construido artificialmente a través de mitos y modelos, permite expresar una experiencia emocional no sensorial en una forma sensorial, que la encarna pero que no se confunde con la experiencia en sí.
Viraje estético y construcción de funciones: “soñar”
Utilizo aquí “soñar” entre comillas porque quiero usar este término en el sentido en que lo usa Bion cuando se refiere a que la realidad tiene que ser soñada. Lo que esto significa es que los hechos en sí mismos no tienen significado y que para encontrar un significado estos hechos necesitan ser “soñados”. Generalmente cuando vemos pacientes autistas nos encontramos con niños o adultos con un alto grado de sensibilidad y esto favorece el viraje hacia lo estético, como un modo de expresión sensorial de cualidades psíquicas no sensoriales, una vez que esta sensibilidad deja de estar al servicio de los funcionamientos autistas. Como ya lo dije la concepción de la mente como algo vivo y en crecimiento brinda la posibilidad de abordajes técnicos en que primero es necesario construir funciones cuando hay fallas en ese sentido, para que puedan darse las condiciones de un desarrollo mental. Además, de ese modo se construye un continente para los contenidos emocionales y un espacio para soñar.
Elementos sensoriales autistas y abordaje técnico
La observación clínica de niños autistas y también de adultos muestra que el desarrollo de la fantasía está detenido, no hay espacio para la imaginación en su mundo bidimensional y los vínculos emocionales están congelados. Los elementos sensoriales autistas no son primitivos, son espurios y no pueden de ningún modo tener un nacimiento psíquico. El abordaje técnico tiene que ser distinto. Si el encapsulamiento está al servicio de una no-relación, es necesaria una técnica que posibilite penetrar la cápsula de un modo no traumático.
Implicancias técnicas de las observaciones sobre el mundo autista
Las ideas de Bion proporcionan elementos para pensar la relación analítica no solo como reedición o una externalización de las fantasías inconscientes. Con pacientes severamente perturbados y quizás en cierto modo con todos los pacientes, se trata de construir en el campo relacional de la sesión y el espacio potencial para “soñar” que ya mencionamos. Construir instrumentos para el crecimiento mental a partir de un modelo relacional continente-contenido. El trabajo de sueño del analista para “soñar” al paciente es vital para este desarrollo emocional. En este capítulo estoy incluyendo la idea del juego o su equivalente como una de las formas del “soñar”.
Personificación y creación de espacio lúdico
En los pacientes autistas nos encontramos con el problema de penetrar la barrera de encapsulamiento y poner en marcha las identificaciones proyectivas detenidas. La identificación proyectiva implica espacialidad. El encapsulamiento genera un no-lugar, un vacío. La personificación es un método privilegiado para poner en marcha un espacio de externalización. La construcción de un espacio lúdico posibilita el desarrollo de lo distal e ideogramático.
Introducción de personajes
La introducción de personajes no sólo sirve para expresar emociones en un contexto de “como si” sino que implica la diferenciación de dos, a partir del diálogo y la introducción del tercero a través de lo lúdico. A través de la personificación el miedo, el enojo, la ira, etc., pueden ser transformados en personajes con los cuales se puede dialogar; se trata de emociones recogidas en tranquilidad como lo expresa el poeta inglés Shelley. Esta técnica permite poner una cierta distancia con las emociones y al mismo tiempo posibilita un diálogo con la propia personalidad. La formación de configuraciones del Edipo temprano (M. Klein) requiere que la pre-concepción necesaria para aparearse con la experiencia (Bion, 1963) no esté dañada y también necesita de la distancia y diferenciación brindada por lo sensorial distal. Si la fantasía se detiene, si la mirada se apaga y no ve y los sonidos son el equivalente de un saltar o agitar las manos para generar sensaciones tranquilizantes, no es posible la introducción del tercero.
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