Las desconexiones dejan agujeros en el lugar de la relación. Toda separación es vivida como un agujero terrorífico en el propio cuerpo. Al no tolerarse la noción de ausencia tampoco pueden desarrollarse las nociones de espacio y tiempo que son factores en el desarrollo de la relación continente-contenido ♀ ♂ en evolución. Estos pacientes no conciben límites espaciales ni temporales. La recomendación técnica de F. Tustin –de impedir que ignoren estos límites– tiene uno de sus fundamentos en que al evitarlos detienen el desarrollo de la conciencia evolucionada del darse cuenta . Este es uno de los puntos a los que me referí anteriormente a señalar que la técnica activa forma parte de encuadre analítico en el autismo.
Un niño autista de 5 años tenía un ritual de comienzo y terminación de la sesión: tomaba dos planchas de goma, vaciaba un frasco de engrudo y las pegaba entre sí cuando terminaba la sesión. Al comienzo de la siguiente sesión las despegaba, al final los volvía a pegar y así sucesivamente. Con una evolución en su tratamiento, por momentos yo empecé a existir para él y antes de una interrupción por vacaciones dibujó una cara, dijo mi nombre y la introdujo entre las dos hojas de goma antes de pegarlas. Con la evolución de su análisis comenzó a intentar dibujar y más adelante pidió una cartuchera para sus lápices y una carpeta para guardar los dibujos. La carpeta y la cartuchera eran manifestaciones que una relación continente-contenido ♀ ♂ que evoluciona hacia crecimiento mental había comenzado a establecerse.
La función continente-contenido (♀ ♂ ):la función ♀ ♂ de beneficio mutuo supone un continente con un interior receptivo y un contenido con capacidad de penetración. Estos pacientes no tienen noción de interior ni de un objeto que puede tener cabida dentro de otro. Una niña autista de 6 años intentaba meter un cubo más grande dentro de uno más chico. Lo intentaba una y otra vez, parecía no comprender el problema ni poder aprender de la experiencia que le mostraba que tenía que intentar meter el cubo más pequeño dentro del más grande. Lo que ella mostraba a través de esos reiterados intentos era su incapacidad de concebir un continente donde poder alojar sus emociones no desintoxicadas. Como se aferraba a sus sensaciones táctiles seguía insistiendo sin poder prestar atención y observar cómo era el problema y poder por lo tanto descubrir su solución.
Oscilación entre estados mentales de dispersión y estados mentales de integración o armonización a través del encuentro del hecho seleccionado. Bion tomó la idea de las posiciones de M. Klein y las transformó en una función mental: la oscilación PS ⇔ D. Esta función delinea el objeto total y el campo de investigación psicoanalítico, posibilitando una tolerancia a vivencias de incertidumbre y dispersión en momentos de “no entender” y también a los momentos transitorios de integración, con emociones asociadas al hallazgo del hecho seleccionado que armoniza lo disperso. Es un poderoso estímulo para el crecimiento mental cuando se desarrollan emociones facilitadoras de la capacidad de la conciencia del darse cuenta que son: la duda tolerada, la tolerancia a un sentido de infinito y a la ignorancia.
Oscilación PS⇔ D:en el autismo no se produce una desarticulación por splitting violento, hostil, como en los funcionamientos psicóticos, sino que lo que se da es una interrupción por ausencias lacunares cuando se retraen a su aislamiento, que daña la observación y la capacidad de atención. En este proceso se produce un daño a la función PS⇔ D diferente de la transformación en alucinosis. Se relaciona más con experiencias de vacío que con despojo de significado y destrucción. En el autismo lo que fracasa es la posibilidad de acceder a conjunciones de experiencias, articularlas y transformarlas. En síntesis en la parte autista de la personalidad no hay conexión con experiencias emocionales, por lo tanto no hay ansiedad ni necesidad de modularla.
Una niña de 6 años alineaba en una fila a muñecos, cubos, vasos de plástico, animales o apilaba dentro de una camioneta toda clase de objetos. Todo tenía que quedar como ella lo ponía, así creaba un mundo inmóvil, aislado y bajo control. No tenía importancia qué objetos apilaba sino el aislamiento y la inmovilidad. En el mundo autista no se producen ni experiencias de satisfacción ni de frustración. La experiencia se desarma a través de una segmentación no violenta ni hostil, violencia y hostilidad que sí encontramos en los funcionamientos psicóticos. El desmantelamiento, el aislamiento y las lagunas en la observación no permiten tampoco que la experiencia pueda articularse. Cuando un chico juega, los tigres pueden ser animales peligrosos que comen, muerden, pueden representar una parte de sí mismo o del objeto y generar angustia ya sea persecutoria o depresiva. En el autismo observamos un modo de evitar el contacto con la experiencia emocional, para eludir el dolor mental, que consiste en anular la función del los objetos incluyendo su propia boca. La separación no implica la diferenciación de un objeto sino una vivencia de un agujero en su propio cuerpo. Una niña de 8 años muestra esta anulación de la función de los objetos envolviendo la boca y los dientes del tigre con plastilina y lo mismo hace con su boca. Cierra los ojos, cierra la boca y se cierra a toda posibilidad de diferenciarme y diferenciarse como otro.
En los funcionamientos autistas en lugar de desarticulación se produce aislamiento, anulación y desmantelamiento. Estos mecanismos impiden cualquier posibilidad de articulación y de encuentro del hecho seleccionado que armonice las experiencias. Los autistas no viven experiencias sino eventos sin significado, la conjunción constante se forma con eventos y también a través de mecanismos obsesivos, que no tienen la función de articular sino de producir un mundo alineado, estático e inanimado.
En mi experiencia clínica he podido observar también que cuando los momentos de salida del autismo posibilitan el hallazgo del Hecho Seleccionado, esto suele ser seguido por un intento de aislarlo y de borronear su función a través de la indiferenciación. Estas características me fueron mostradas en el tratamiento de una nena que podría decirse que tiene el arte del no contacto. Esta niña de 6 años cuando accedía a darse cuenta de sus dificultades de dibujar y escribir, intentaba anularlo haciéndome atar un hilo alrededor de los lápices, ponía un lápiz junto con un muñequito adentro de un cubo hasta que llenaba todos los cubos, que eran colocados prolijamente en una fila. Obviamente este método no sirve para intentar escribir o dibujar, es una forma de anular la función de los objetosy el dolor mental del encuentro con la dificultad. (Ver imágenes de p. 30).
Ilustración de la relación continente-contenido en el autismo
Oscilación PS ⇔ D en el autismo
Maniobras autistas y retraso cognitivo-emocional
A través de las maniobras autistas evitan darse cuenta de la separación y de sus implicancias. Su retraso cognitivo-emocional y sus dificultades para aprender están vinculados a estas maniobras autistas. El mundo humano es un mundo de significados que están en función de los vínculos emocionales con el sí mismo: amor a sí mismo (L), odio a sí mismo (H) y disposición al conocimiento de sí mismo (K). Estos vínculo son factores centrales para que pueda emerger el sí mismo y el sentimiento de existir. El mundo humano realiza la transformación de inanimado en animado. Esto lo podemos observar en el juego de los niños que cuando proponen un juego suelen decir: “ dale que ” sellando un compromiso de ficción con el compañero de juego. El significado está ligado al sentimiento de existir y sentirse real. Los fracasos en el desarrollo de estos vínculos perturban también las relaciones con los objetos y la disposición al conocimiento. En el mundo autista fallan todos los vínculos y es notorio el fracaso del vínculo K. Los terrores atávicos quedan encerrados y aislados por las barreras autistas y cualquier contacto emocional es evitado.
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