Los resultados son un componente integral del diseño instruccional e investigativo. Educadores, clínicos e investigadores utilizan las medidas de resultado para determinar el impacto de las experiencias basadas en simulación. El modelo Kirkpatrick es comúnmente usado para evaluar programas de entrenamiento y transferencia de resultados de aprendizaje. Este modelo describe cuatro niveles secuenciales de evaluación: 1) Reacción – mide la satisfacción de los participantes con el entrenamiento; 2) Aprendizaje – mide conocimientos, habilidades y actitudes adquiridas desde el entrenamiento; 3) Comportamiento – mide los cambios que ocurren como un resultado del entrenamiento; 4) Resultados - mide la calidad de mejoría en el proceso de aprendizaje ( 8, 19).
La facilitación de una experiencia basada en simulación requiere de un facilitador que tenga la educación, destreza y habilidad para guiar, apoyar y buscar formas que ayuden a los participantes a lograr los resultados esperados. La selección de un método de facilitación está guiada por la teoría y la investigación. Los métodos de facilitación pueden variar según el nivel de los participantes, los objetivos de la simulación y el contexto de la experiencia basada en simulación; a la vez que se consideran las diferencias culturales e individuales que afecten el conocimiento, las habilidades, las actitudes y los comportamientos de los participantes. Los métodos de facilitación también pueden variar si la simulación se realiza entre profesores y participantes que interactúan en tiempo real, o si lo hacen de manera individual con una simulación asistida por computador. A través del uso de métodos de facilitación, el rol del facilitador es ayudar a los participantes a desarrollar su destreza y a explorar sus procesos mentales en cuanto a pensamiento crítico, resolución de problemas, razonamiento clínico, juicio clínico, así como a aplicar su conocimiento teórico en el cuidado del paciente ( 8, 19).
El aprendizaje depende de la integración entre la experiencia y la reflexión. La evidencia es clara en cuanto a que el aprendizaje ocurre en la fase de la reunión informativa ( debriefing ) de la experiencia basada en la simulación. La reflexión es la consideración consciente del significado y la implicación de una acción que incluye la asimilación del conocimiento, destrezas y actitudes hacia el conocimiento previo. La reflexión puede llevar a nuevas interpretaciones por parte de los participantes; de hecho, la reformulación cognitiva es esencial para el aprendizaje. Las habilidades de la persona a cargo del debriefing son importantes para asegurar los mejores resultados posibles en el aprendizaje ( 21).
La integración entre el proceso de información y las experiencias basadas en la simulación fortalece el aprendizaje e intensifica la consciencia y autoeficacia del participante. La reunión reflexiva de cierre ( debriefing ) promueve el entendimiento y respalda la transferencia de conocimiento, destrezas y actitudes enfocadas en las mejores prácticas para promover seguridad, calidad en el cuidado y desarrollo del rol profesional del participante; en esta se tienen en cuenta las emociones y reacciones de los participantes como punto de partida de dicha reflexión. Es importante tener en cuenta que el término debriefing en las experiencias de aprendizaje basadas en la simulación también se considera como una realimentación. Cant afirma que la realimentación formativa es importante en el aprendizaje experiencial y con frecuencia se aplica como una forma estructurada de debriefing . Este término es comúnmente utilizado en el desarrollo de destrezas clínicas y como parte del entrenamiento de simulación a nivel individual y en equipo. Además, debrief es una forma común de análisis retrospectivo de incidentes críticos en profesiones de la salud. También ha sido descrito como una técnica de reducción de estrés que incluye etapas estructuradas de discusión en grupo ( 8, 20, 22).
Estándar VII: Evaluación del participante
Las experiencias basadas en la simulación apoyan la evaluación del conocimiento, las destrezas, las actitudes y los comportamientos demostrados en los dominios del aprendizaje: cognitivo (conocimiento), afectivo (actitud) y psicomotor (destrezas). La evaluación formativa promueve el desarrollo personal y profesional de los participantes ayudándolos a lograr los objetivos o resultados. La evaluación sumativa se enfoca en la medición de resultados o el logro de objetivos en un momento discreto en el tiempo, usualmente al final de un programa de estudio.
La evaluación se refiere a una valoración con mayores implicaciones o consecuencias, basada en los resultados por mérito, progreso o calificación. La evaluación auténtica del participante, a partir del uso de las experiencias basadas en la simulación, incluye los siguientes elementos: a) determina el intento de la experiencia basada en la simulación, b) diseña la experiencia basada en la simulación a fin de incluir el momento de la evaluación, el uso de una herramienta válida y confiable para tal fin, y el requerimiento de entrenamiento para el evaluador; c) completa la evaluación e interpreta los resultados ( 8, 19).
Estándar VIII: Educación interprofesional promovida por la simulación
Las complejas necesidades de la asistencia médica en la sociedad actual requieren que los profesionales de la salud trabajen como un equipo colaborativo. La seguridad y la calidad en el cuidado de la salud dependen de la habilidad del equipo de salud para cooperar, comunicar y compartir destrezas y conocimientos de manera apropiada. La educación interprofesional promovida por la simulación es un enfoque colaborativo para el desarrollo y dominio de las competencias de práctica interprofesional. Las experiencias basadas en la simulación son reconocidas como una manera efectiva para promover el trabajo en equipo en salud ( 21).
La educación interprofesional (EIP) promovida por la simulación está diseñada para que los individuos “aprendan sobre, desde y entre sí para facilitar la colaboración efectiva y mejorar los resultados de salud” ( 15), a fin de crear oportunidades para un aprendizaje con un propósito determinado. Crear estas oportunidades de aprendizaje puede ser difícil dada la gran cantidad de variables naturales presentes en la educación por simulación (por ejemplo, simulación, simulador, programa de simulación, currículo, horarios, participantes y educadores), que pueden tener un impacto en el aprendizaje ( 21).
Una manera para lograr el máximo aprendizaje interprofesional que pueda sobrellevar estas variables es que los educadores usen teorías publicadas (educativas, organizacionales o gerenciales), conceptos, marcos, estándares y competencias que guíen el desarrollo, la implementación y la evaluación de la EIP promovida por la simulación. Las estrategias que surgen de la educación basada en simulación y en la EIP deben integrarse en todos los aspectos de la experiencia. Asimismo, las estrategias que surgen de la investigación de los factores humanos y del desempeño en equipo son esenciales para una comunicación y colaboración efectivas en la simulación de la EIP ( 21).
Para lo anterior debe considerarse un plan de evaluación al diseñar una actividad de EIP promovida por la simulación a fin de medir los resultados de la metodología, la experiencia y el aprendizaje, lo que contribuye al cuerpo de la ciencia específica en esta. La simulación y la EIP están vinculadas a la seguridad del paciente, aunque existe poca evidencia que valide este vínculo, y la mayoría de las herramientas disponibles carecen actualmente de desarrollos psicométricos. De esta manera, se hace necesaria la investigación que utilice medidas válidas y confiables para determinar la efectividad del vínculo simulación-EIP e incluir cambios en actitudes, práctica clínica y resultados de los pacientes. Se anima a investigadores y educadores a difundir resultados de las experiencias de este vínculo ( 8, 19).
Читать дальше