FERNANDO DANIEL SILVA
LA FUGA DE LA CIUDAD ETERNA
Editorial Autores de Argentina
Silva, Fernando
La fuga de la Ciudad Eterna / Fernando Silva. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2020.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-87-0772-3
1. Novelas. 2. Narrativa Argentina. I. Título.
CDD A863
Editorial Autores de Argentina
www.autoresdeargentina.com
Mail: info@autoresdeargentina.com
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
Índice
I I LA CIUDAD ETERNA
. La ciudad eterna I LA CIUDAD ETERNA
II II LA CENTRALIDAD DE LA PERIFERIA
. La centralidad de la periferia II LA CENTRALIDAD DE LA PERIFERIA
III
. La periferia de la periferia
IV
. La ciudad eterna II
V
. La centralidad de la periferia II
VI
. La fuga de la ciudad eterna (todos dentro en la esfera de pascal)
EPÍLOGO.
Metempsicosis
Las ciudades grandes no tienen tiempo para
mirar el cielo. El hombre de las ciudades se
hace cruel. Caza mariposas de chico. De grande
no. Las pisa. No las ve. No lo conmueven.
Enrique Santos Discépolo.
I
LA CIUDAD ETERNA
“A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires,
la juzgo tan eterna como el agua y el aire.”
Jorge Luis Borges.
Fundación Mítica de Buenos Aires.
*****
Será mejor que nos presentemos, no sé quién es usted, ni siquiera sé quién me escribe, quién me cosifica en estos símbolos raros, que ustedes, mortales simples, llaman letras. Pero hagamos el intento. Me presento yo, usted interesa poco, porque, sépalo, usted al lado mío es nada, es insignificancia pura. Yo soy el Espíritu que todo lo sabe, sobrevuelo estas tierras desde hace siglos, desde que un marino tosco navegó mis aguas. Vino con muchos, y muchos vinieron después de él, llegaron agresivos, dispuestos a matar, y lo hicieron, erradicaron a mi pre conciencia, a mi nada previa, que era salvaje, que debía perecer para que avance mi Ser, que es el Ser puro, que no deja de fluir, que no deja de avanzar, de conquistarlo todo y a todos, a usted también estúpido. Usted pensar á lo que yo determine que piense , hablará lo que yo le dicte, será mi marioneta humana, como lo son todos, nadie escapa a mi magnificencia. Desde aquella eyección, desde aquel precario fuerte de aires buenos, desde mi propia concepción no dejo de crecer, de abarcarlo todo, soy la mejor, y ahora soy eterna, soy el Espíritu gobernante de esta Nación, mis veintitrés hermanitas menores, ranchos atrasados, son apenas figuras bobas a mi lado, extensiones de tierra sin sentido, entes cósicos sin Ser. Me presento a usted que lee, me presento también a quien me escribe, sean ustedes quienes sean, no vale la pena diferenciar, son para mí microorganismos arcaicos, inútiles, perecederos. Me presento solo yo, la eterna, usted, ya le dije, absténgase, no me interesa su vida, ni siquiera me interesa su muerte, usted solo me habita, usted es un ínfima parte de m í, usted es prescindible, es solo una minúscula célula de mi infinito cuerpo abstracto. Soy, lector ridículo, soy, escritor soberbio, la Conciencia omnipotente de la CABA, soy el Espíritu que todo lo puede, que todo lo sabe, no se atraviesen, lector incauto, escritor de cuarta, en mi camino, no hay en mí lugar para la duda, nunca lo hubo, soy un Ser pragmático, soy una resolución permanente, los aplastaré, a usted lector inservible, y a usted escritor sin talento, otros los reemplazaran, otros me escribirán, otros me leerán, y así será por la eternidad, porque humanos bobos yo soy eterna, nací, es verdad, pero mi Espíritu es anterior a mi génesis geográfica, los esperaba a ellos, a los que vinieron en barcos desde el mar, a los que mataron a los salvajes, a los bárbaros, fueron mis instrumentos para eyectarme aquí, en la Atenas del Sur, logré situarme, logré desplegar mi Espíritu y me eternicé, jamás moriré, y usted, lector inconstante, y usted escritor más inconstante aún, me ayudarán, aunque no quieran, a mantener mi inmortalidad, porque ustedes me constituyen en la modalidad de la obediencia, porque ustedes son mi extensiones cósicas, mis tentáculos cárnicos, mis pequeñas conciencias dominadas, y si se rebelan, si se les ocurre pensar en la modalidad del otro, del exterior, del que viene de fuera o de adentro, pero que no soy yo, si usted, lector, escritor o quien mierda sea, se desvía siquiera un centímetro de lo que es mi voluntad sabia, usted, quien sea que es, morirá, será reemplazado por una conciencia más dócil, más sumisa, y, porque no, más sabia, porque al menos podrá conservar la vida, y de eso se trata la torpe humanidad de ustedes, de vivir, de evitar la muerte, son seres mortales, seres angustiados por su finitud, son nada, y la nada no debe ser obstáculo, ya se lo dije, a usted lector distraído, a usted escritor auto sobrevaluado, no se atraviesen en mi camino, tengo una teleología, un fin, un meta, no la entorpezcan, voy por la conquista total, por el dominio final del mundo óntico, dominar los entes desde mi conciencia superior, omnipotente y, hay que admitirlo, asesina. Soy la totalidad, no puedo ser explicada simplemente por la sumatoria de ustedes, mis partes, mis parcialidades efímeras, estúpidas. Soy la Idea, la Sabiduría, la Providencia de estos lares del sur. Todo lo sé, todo lo puedo, y sin embargo algo pasa, algo que no entiendo, Yo, la sabia, la eterna, la magnífica, estoy confundida, y lo confieso ante usted, lector mortal, ante usted escritor finito. Me pasa lo que nunca, porque tuve mis momentos difíciles, esos gauchos del siglo XIX, esa barbarie que pisó mi suelo sagrado y busco apropiárselo, ese insulto llamado federalismo, no existe la igualdad, existe la supervivencia del más apto, y yo, la eterna, soy la mejor preparada de este país ignaro, de este sur agreste, de este patio trasero del Gran Imperio, tengo prosapia, pertenezco en alma a la civilización europea, pertenezco en ambición al gran norte, a los Estados Unidos y, como les advertí antes, en aquel entonces no dudé, mis hombres, mis ramificaciones, mis cristos en la tierra, acabaron con la barbarie, el Padre del Aula, don Bartolo, el Zorro fueron mis brazos, dispararon mis balas, acabaron con el país paralela. La equidad equivocada, la justicia injusta, acabaron, como debía ser, siendo mi abono, dándome mayor fertilidad, permitiendo mi mayor eyección. Momentos difíciles tuve también en el siglo que acaba de terminar, aquella década de pillaje, de pardos gobernando, de ellos, los negros, refrescándose en mis fabulosas fuentes de agua, en mis manás de placer, la peronchada grasa, la tuve difícil, pude perder, pero, como el ave fénix, resurjo de las cenizas, me elevo, como se elevaron los Glosters Meteors sobre mi querida plaza, las bombas de libertad me salvaron, me permitieron crecer, seguir conquistando, y acá estoy, victoriosa sobre todos, triunfadora del resto salvaje, los veintitres ranchos me alaban, soy la ermita donde rezan pidiendo ser como yo, eterna, esplendorosa, civilizada. Soy el Gran Espíritu Argentino, la única salvación de este país, la amalgama que nos une al primer mundo. Y sin embargo. Pasa desde hace un tiempo, no sé cuánto, ese es un problema, uno más de tantos, mi memoria ya no es lo que era, cuestiones de la edad quizás, lo dudo, ya le dije infeliz, yo soy eterna. Y sin embargo me siento cansada, el sueño, a veces, logra vencerme y, raro en algo tan supremo, tan unívoco como yo, me siento partida, me siento a veces otra, otra distinta, otra que me aterra, otra que se piensa igual al resto, otra que no se sabe superior, otra que peca de tolerancia, de similitud en la mediocridad. A veces el sueño me domina, como ahora que me aletargo, y siento que la otra se acerca a mí, adviene la otra distinta, e intenta tomar el control. ¡Pobre de Ella! Será terrible mi furia. Se enfrenta a Mí, la suprema, el Gran Espíritu del Sur, la Conciencia Terrible de la CABA. La aplastaré, sea quien sea, cometió un grave error al desafiar mi poder omnímodo, morirá, será aplastada por mi furia devastadora, por mi apetito asesino. Pero no será hoy, hoy no puedo hacerlo, hoy, al menos por un rato necesito descansar, debo dormir, tomar fuerzas para, luego, arrasarlo todo. Dormir. Relajar mis sentidos siempre alertas. Dormir, pero solo un poco...
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