Por cierto muchos cuestionarán lo que decimos, pero hay algo que resulta incuestionable: ¡¡¡ funciona!!! Esto ya lo vivimos con el propóleo; se lo denostó, se argumentó que no reunía suficientes evidencias, se lo boicoteó… pero quién lo probó, experimentó que no mata a nadie, es barato y funciona.
Como titulara Andrés Percivale en su libro: “Quién es feliz, tiene razón”. Como negar algo que no hace daño y nos permite resolver padecimientos crónicos. De eso se trata: estar bieny convertir a la vida en un gocey no en un padecimiento que se arrastra. Es poco sensato no intentarlo, máxime cuando tenemos todo por ganar y nada por perder!!!
Generalmente es más fácil que la gente implemente cambio de hábitos en lo depurativo que en lo nutricional. Hemos convertido la comida en un problema. Por un lado la usamos como “descarga” de nuestro desorden emocional. Por otro lado, es algo que nos hace “perder tiempo”.
En el primer caso, inconscientemente desarrollamos hábitos por alimentos que generan sensaciones estimulantes y tranquilizantes. Así generamos adicción a lácteos, trigo, azúcar, grasas… Como veremos luego, la dependencia adictiva(con potentes razones biológicas) es el principal obstáculo para modificar patrones equivocados. Siempre habrá excusas, generalmente inconscientes, para rechazar cambios…
Los nuevos roles laborales son ampliamente demandantes y atrapantes, con lo cual se margina el tiempo necesario para la preparación de nuestros alimentos. A tal punto que el tema alimentario se convierte en una molestia: “no tengo tiempo”.
Como en los filmes del oeste, presto llega el “sexto de caballería” en nuestro auxilio. Allí está la “abnegada” industria alimentaria, ofreciéndonos la solución perfecta: comida rica, barata, práctica… y a domicilio. Así generamos un condicionamiento difícil de remover, reforzado por la utilización de los alimentos “adictivos” del párrafo anterior.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LIMPIAR Y NO ENSUCIAR?
Supongamos que usted compra un buen automóvil; una joyita de alta tecnología, un Mercedes Benz... Pero por ignorancia o “pijoterismo”, en lugar de buena naftalo alimenta con combustible inadecuado o de baja calidad. Al tiempo apreciará las fallas y los tironeos en la marcha, consecuencia de un motor carbonizado y fuera de punto.
¿Qué hace entonces? No podrá argumentar que el vehículo vino “fallado de fábrica”. Seguramente hará limpiar el motory cambiará el tipo de combustible. Y por cierto que hará ambas cosas al mismo tiempo. No se le ocurriría hacer solo una de las dos. ¿Lógico, no? ¿O es de los que busca algún aditivo que disimule la falla?
Con el cuerpo pasa exactamente igual. De poco sirve una sola acción. Hay que depurarpara eliminar la vieja escoria que impide el normal funcionamiento. Y también hay que cambiar la calidad del “combustible”para que no vuelva a “carbonizar” la estructura.
Ojala la simplicidad de este ejemplo sirva para estimular la lectura de los siguientes capítulos y una actitud consciente y madura. A menudo somos más conscientes con los “fierros” que con nuestro organismo. Al auto lo cuidamos porque nos costó, aunque podamos cambiarlo. En cambio el cuerpo vino “gratis”… pero olvidamos que es el únicoque tenemos y que no tiene recambio.
[1] Grupo de Trabajo Ambiental - Human Toxome Project - Washington DC - Julio 2005 - www.ewg.org/sites/humantoxome/
[2] New Scientist/La Nación, 19/8/07 - The New York Times/Clarín, 24/7/10
[3] Se recetan antibióticos innecesarios, estudio Cemic, La Nación 2/11/10.
[4] Reduccionismo: método científico basado en que el mundo que nos rodea puede ser comprendido en términos de las propiedades de sus partes constituyentes.
[5] New Scientist - 19 de agosto de 2007
[6] Helicobacter pylori infecta al ser humano desde hace más de 60.000 años. Una investigación publicada en "Nature" ha revelado que la bacteria migró y se propagó por el planeta desde África al mismo tiempo que el hombre primitivo - La Nación, 15/2/07
[7] www.nestorpalmetti.com ("Fármaco que cura, no es rentable") ó en www.lavanguardia.es/free/edicionimpresa/20070727/53380162760.
Capítulo 2
¿Enfermos o ensuciados?
Ensuciamiento corporal
Allá por los años 70, un doctor en medicina, investigador en química y biología, inmunólogo y catedrático de la Universidad de Montpellier (Francia), comenzó a investigar la relación entre las enfermedades y la alimentación.
Nos referimos al Dr. Jean Seignalet, quién durante 30 años trató miles de pacientes a través de pautas nutricionales, volcando sus observaciones en más de 200 publicaciones en las principales revistas médicas en lengua inglesa y francesa, y en varios libros que detallan las evidencias recogidas [1] .
Antes de fallecer, en 2003, el Dr. Seignalet concluyó que la acumulación de residuos alimenticios, bacterianos y metabólicos, conforma un estadio que denominó “ ensuciamiento”, el cual basta para explicar en gran medida la generación y cura de las principales enfermedades modernas. Seignalet fue un pionero en esta visión, reuniendo el poco conocimiento disponible por entonces, dándole un sentido que fue validado con sus experiencias de remisiones y abriendo un nuevo camino de exploración. Como todo pionero, fue ignorado y criticado por sus pares, pero sus éxitos son incuestionable evidencia y su efectiva “dieta ancestral” es todo un punto de partida para quienes se atreven a bucear en una nueva problemática, subestimada pero que nos golpea duro.
El trabajo del Dr. Seignalet individualizó perfectamente a la moderna alimentacióncomo principal responsable de las enfermedades contemporáneas: nuestras enzimas digestivas y nuestra mucosa intestinal no están adaptadas a las moléculas alimentarias que estamos ingiriendo.
En condiciones normales, el alimento es fisiológicamente procesado por una flora intestinal equilibrada, mediante una compleja serie de procesos enzimáticos. La delgada mucosa que reviste los intestinos opera como una barrera “inteligente” encargada de protegernos.
La mucosa intestinal deja pasar al flujo sanguíneo, solo aquellas micromoléculas, correctamente desdobladas y listas para poder ser utilizadas por el hígado. En tales circunstancias, las macromoléculas no digeridassiguen su curso y se evacuan como materia fecal. Muy simple: el alimento nutre y no ensucia.
El problema comienza cuando los alimentos que ingerimos no están adaptados a nuestra fisiología. Entonces la digestión de la comida es insuficiente, la flora se desequilibra, se genera putrefacción, inflamación, enlentecimiento del bolo alimenticio y sobre todo, la mucosa intestinal se hace más permeable.
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