Tercero,los pactos nos ayudan a ver la naturaleza progresiva del plan redentor de Dios. Como cristianos modernos quienes siempre han tenido una Biblia completa, podemos tener una perspectiva simplista sobre la verdad del Evangelio. Nos olvidamos que literalmente hace miles de años Dios ha estado desarrollando progresivamente un plan para salvar a los pecadores el cual fue consumado en la muerte, sepultura, y resurrección de Cristo. Un estudio de los pactos nos permite recorrer todo el trayecto desde la promesa de Dios a Adán y Eva en el Huerto hasta la inauguración del Nuevo Pacto el cual fue sellado con la sangre de Jesucristo. Nos permite ver las cosas desde la perspectiva de los hombres y mujeres que oyeron estas promesas por primera vez y nos hace apreciar de una forma más completa lo limitado de su conocimiento; pero a la vez nos muestra la unidad esencial entre su fe y la nuestra. Al mismo tiempo, vemos cuán vastos e detallados fueron los designios de Dios en la salvación de su pueblo. En este sentido, estudiar los pactos es como volver atrás y mirar fotografías de la construcción de una masiva e detallada obra maestra arquitectónica. Podemos ver cómo son el fundamento, la estructura, y las obras internas del desarrollo del reino de Dios. Esto nos ayuda a apreciar más plenamente la salvación que disfrutamos actualmente, y también maravillarnos de la sabiduría de Dios como el Diseñador del plan de redención.
Cuarto,los pactos nos permiten apreciar la centralidad de Cristo en las Escrituras .A medida que las piezas del mosaico de los pactos sean unidas en el transcurso de este libro, es mi esperanza que usted reconozca crecientemente el rostro de Cristo en el estudio de los pactos. El predicador tenía razón cuando dijo: “Así como todos los caminos conducen a Roma, así todos los textos conducen a Cristo.” Esa no es sola una manera agradable de pensar acerca de la Biblia, sino que es la regla bíblica de interpretación. Debemos esperar encontrar a Cristo en todas las Escrituras (Lucas 24:27; Juan 5:39). Si usted ama encontrar a Cristo en las Escrituras, amará estudiar los pactos. Cada uno revela una faceta diferente de Su persona y de Su obra.
Quinto,los pactos son el patrimonio y la herencia de todos los cristianos. ¡Esta es una razón poderosa para estudiar los pactos! Ellos le pertenecen por nacimiento como un hijo de Dios. En el libro de los Efesios, Pablo describe la maravilla de nuestra salvación por la libre gracia del Señor Jesucristo. Él muestra nuestra posición de muertos en nuestros pecados y enemigos de Dios, y luego describe cómo Dios nos dio vida por Su poder. Hablando primordialmente a los gentiles, (no judíos), él sigue relatando que antes de que se volviesen Cristianos, ellos estaban “sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.” (Efesios. 2:12-13).
Eso significa que todos los cristianos, de cualquier trasfondo étnico o religioso, son hechos cercanos a Cristo, tanto por haber sido adoptados como por haber sido hechos herederos. ¡Estos pactos son nuestros pactos! Las bendiciones pronunciadas en los pactos son la propiedad de los descendientes espirituales de aquellos que originalmente oyeron esas promesas, y por consiguiente, estudiar los pactos puede ser como descubrir un montón de riquezas y bendiciones familiares que usted ni siquiera sabía que existían. Así como la oración de Pablo era que los efesios pudiesen comprender plenamente la altura, profundidad, y anchura del amor de Cristo, es mi oración que usted comprenda crecientemente la altura, profundidad, y anchura de la heredad que Dios ha preparado para usted como Su hijo.
Acabamos de rascar la superficie del significado e importancia de los pactos. Mientras nos movemos hacia los detalles de cada sección, las características comunes de los pactos que identificamos en este capítulo serán resaltadas y, al mismo tiempo, veremos cómo nuestra visión de la revelación progresiva del plan de redención de Dios causa tanto impacto a nuestra vida cristiana diaria y a nuestro caminar con Dios. Comenzando con los eventos claves en los primeros capítulos de la Biblia que declaran la promesa de redención, estudiaremos cada uno de los cinco grandes pactos del Antiguo Testamento, y luego seguiremos mirando el Nuevo Pacto, el cual reúne todos los demás, y muestra su cumplimiento en Cristo.
RECOMENDADOS PARA MÁS ESTUDIO:
Hendriksen, William. Survey of the Bible . [Panorama de la Biblia] Grand Rapids, MI: Baker Book House, 1995.
Gonzales, Robert. “The Covenantal Context of the Fall: Did God Make a Primeval Covenant with Adam?” [El Contexto del Pacto en la Caída: ¿Hizo Dios un Pacto con Adán?] in Reformed Baptist Theological Review . 4:2 (2007): 5-32.
Coxe, Nehemiah and Owen, John . Covenant Theology from Adam to Christ . [La Teología del Pacto, Desde Adán hasta Cristo] Palmdale, CA: Reformed Baptist Academic Press, 2005.
La Necesidad y El Propósito de los Pactos
He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto,pero ellos buscaron muchas perversiones. Eclesiastés 7:29
Hay formas de autoengaño que pueden llevarlo a uno a una institución mental. Si usted se cree ser Elvis, Abraham Lincoln, o Zeus el dios griego, padece de una enfermedad que lo hace incapaz de funcionar en el “mundo real.” Lo mismo es verdad si cree que es algo menos que humano, como un perro o un mono. Estas formas absurdas de comportamiento serían casi cómicas si no supiéramos que hay personas cuya salud mental está tan comprometida que realmente llegan a convencerse de su falsa identidad, y comienzan a vivir de acuerdo a ese engaño.
Aunque los dos tipos de falsa identidad que acabamos de considerar afortunadamente son raros en nuestra sociedad, hay muchas más personas viviendo con un problema de identidad de lo que usted podría percatarse a simple vista. Por todas partes a nuestro alrededor la gente está desorientada en su concepto de sí mismas. Por un lado, creen ser esencialmente animales evolucionados sin ninguna conexión con Dios o la eternidad; por el otro lado, se ven como personas esencialmente buenas, casi como dioses que controlan sus vidas y las de otros. Simultáneamente participan del estilo de vida de una bestia impulsiva y del de una reina de belleza vanidosa; son dados a las pasiones carnales, pero luego se ven sí mismas como una “diva.”
La diferencia entre estas personas y las que están en instituciones mentales es asunto de cuán consistentemente viven en su autoengaño. La mayoría de las personas no llevan a su conclusión lógica lo que creen de sí mismas, porque su cosmovisión simplemente no se puede vivir; ellas realmente no pueden vivir como si fuese verdad lo que han llegado a creer sobre la humanidad. Hay demasiadas cosas que no pueden ser explicadas, y se contradicen una con otra, por lo que se contentan solo con tener una manera borrosa e inconsistente de verse a sí mismas y a la realidad. De esa forma, sienten que no deben rendir cuentas a Dios (creyendo que no son responsables ante El), que hay propósito y significado para su existencia, y que son únicos y especiales (creyendo ser su propio “dios” o que “hay un dios dentro de cada uno de nosotros,” etc.).
Sin embargo, solo la cosmovisión cristiana de la naturaleza de la humanidad (como creada por Dios y a la vez caída en Adán) da una respuesta satisfactoria a nuestra verdadera identidad, como criaturas caídas hechas a la imagen de Dios. Es esta doble realidad la única que explica cómo podemos ser brillantes y brutales al mismo tiempo, cómo podemos diseñar edificios y administrar compañías a escala masiva, y aún así estar haciéndole daño a nuestros cuerpos con el alcohol, las drogas, el tabaco y la glotonería; cómo podemos crear tecnología para viajar de un lado del mundo al otro en cuestión de horas, y aún así estar en guerra unos con otros alrededor de toda la tierra.
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