Antonio Escohotado - Sesenta semanas en el trópico

Здесь есть возможность читать онлайн «Antonio Escohotado - Sesenta semanas en el trópico» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Sesenta semanas en el trópico: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Sesenta semanas en el trópico»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Pero seguir amando, más cada día, es lo único que consuela Hay trece horas de avión por delante, desde el ascua de luz parisina que vamos dejando atrás hasta los paisajes ignorados de Tailandia. Llevo el corazón muy maltrecho. Hace medio año me separé de una mujer a quien había prometido no dejar nunca. Antes de confesarle que hice un hijo con otra huyo a la cara opuesta del mundo, para no asistir al dolor causado por la confesión en mi antigua casa, un dolor que me resulta insufrible, desmedido, monstruoso. Tengo razones para romper ese matrimonio, desde luego, pero nada cambiará que podía haberme sacrificado y no lo hice. Es algo que repite el ánimo cada mañana cuando despierto, percibiendo el atardecer avanzado de la vida como una navegación diametralmente distinta de la previa. Siempre recorrí el filo de la navaja, guardado por una alegría estoica que repartía suerte en los peores percances. La propia estima quedó enganchada al dar el último salto, y ahora toca seguir con pasiones que gobiernan mezquinamente, como el metabolismo.

Sesenta semanas en el trópico — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Sesenta semanas en el trópico», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

El lado desnudamente político de los nenúfares tampoco falta. La Sociedad del Loto Blanco planteó en China central una heroica resistencia al conquistador manchú, entre finales del siglo XVIII y comienzos del XIX. Budistas por confesión, aunque afines a la derrocada dinastía Ming, los miembros de esta sociedad secreta libraron una guerra de guerrillas que tuvo en jaque a un ejército tan enorme como corrupto, dirigido por cortesanos ladrones, en la época enmarcada por dos guerras a propósito del opio. Incapaz de sofocar IR revuelta, el gobierno cortó el suministro de alimentos a esas regiones, quemó todos los depósitos de víveres y construyó grandes empalizadas para hacinar a adeptos y sospechosos, provocando lo que se considera la guerra civil más costosa en vidas de la historia universal.

La mayoría de estas noticas pueden relacionarse con el hecho de que las semillas de loto sean extraordinariamente longevas. Las del loto indio, en concreto, tienen la mayor retención de viabilidad conocida hasta hoy, justificando que allí se relacione a estas plantas con sexo, mucha prole y vida sempiterna. A media noche cruzamos ante una tinaja llena de agua oscura, y de madrugada —cuando volvemos a cruzar— una enhiesta flor saluda la primera luz. También sucede al revés, porque algunos lotos se yerguen sólo de noche, saludando a la Luna e incluso a las tinieblas. En vez de macetas con tierra, y frutos que van brotando mes a mes, grandes flores se alzan del agua y se sumergen en cuestión de horas. Sus tallos son jugosos y limpios, con la misma consistencia aterciopelada del pétalo. No hay rastro de fustes áridos y rugosos de plantas terrestres, como los que acumula el secarral castellano. La hoja menuda del fresno es la desmesurada hoja del banano; la flor minúscula y austera de la manzanilla son hibiscos con forma de antena parabólica, pintados por alguna paleta psiquedélica; el enjuto almendro mediterráneo es el opulento almendro tropical, que arraiga sobre arena de las playas y puede competir en altura con grandes pinos; las negras bayas de la zarzamora son aquí más bien los dorados y enormes cocos, rebosantes de carne y leche.

En ciertas estaciones llueve varias veces cada día, e inmediatamente después de la lluvia sale un sol radiante, tan al contrario de lo que pasa entre nosotros, donde unas temporadas llueve siempre y otras nunca. Mientras en el trópico es fácil vivir recogiendo frutos no sembrados, en zonas templadas y frías hace falta industria para no sucumbir cada año. Y, sin embargo, los thai nos imitan en innumerables cosas, ansiando el tipo de accesorios que nuestra civilización ha inventado y difundido ampliamente. Como el exterior les es benévolo, sus aposentos apenas remedan nuestras acogedoras casas. La mayoría duerme sobre terrazo o cemento, iluminada por algún tubo de neón o una bombilla sin pantalla, entre zumbidos de mosquito, junto a un canalón por donde pasan abiertamente aguas negras, reunida la familia en torno a algún televisor que difunde imágenes arenosas por falta de antena. No conocen el frío, y sólo pueden imitar parcialmente aquello que la intemperie despertó en otros. Quieren irse a lo más «desarrollado», aunque en realidad aman tanto su tierra como sus costumbres. Aquí nuestro antiguo «sí..., mañana» se lee «sí..., la semana o mes próximo». Pero devuelven casi siempre cualquier sonrisa, tratan bastante bien a los perros (para empezar, no se los comen como en buena parte del Sureste) y adoran a los niños.

Luego resulta que se matan, como nosotros, por rencor y dinero; que algunos jóvenes se embriagan por aburrimiento —como entre nosotros—, o que prefieren privilegios a libre competencia. Quién sabe hasta qué punto esa suma de rasgos traspone de algún modo la vida del lirio acuático, tan bello como requerido de estanque y tiempo cálido. Cuando no hay intemperie la vida se mira desde otro prisma, y mañana los lotos del jardín ya no serán los mismos, aunque las semillas de los sumergidos se mantengan fértiles durante décadas. La rosa dura a la larga más que la montaña, y esto sin necesidad de que el dolor sea una ilusión y el mundo un paraíso, como cree La Buena Ley. Tampoco hay necesidad de que el dolor sea lo más real y el mundo un purgatorio, como sugiere el credo hinayana. Tan distintas de estos estanques con lirios acuáticos, nuestras rosaledas sugieren que el mundo no es ni un paraíso ni un infierno, sino más bien algo esencialmente incierto o abierto, donde trabajar ayuda.

14/10

Mahayana («vehículo mayor») se contrapone a hinayana («vehículo menor») en términos despectivos, lo cual ha llevado a comparar «democratismo» hinayana o teravadista a «aristocratismo» mahayana. Quizá haga más justicia al caso verlas como orientaciones libertaria y autoritaria respectivamente. Los teravadistas, que ocupan Ceilán y el Sureste, identifican sabiduría con santidad. Eso les lleva a subrayar dukka (tensión, incumplimiento, enfermedad), annica (transitoriedad de todo) y anatta (inanidad o falta de sustancia de lo real). Los mahayanistas, que ocupan el norte —Tíbet, China, Corea, Japón— identifican sabiduría con la compasión de ciertos humanos felices hasta la médula ( bodhissatvas ), que aplazan el tránsito a otros mundos para colaborar en la iluminación del prójimo. En vez de cierto hombre, el buda sería una naturaleza, tan anterior a Sidharta Gautama como accesible a cualquier espíritu bien nacido. Los mahayanistas resultan igual de heréticos que la iglesia hinayana para el hinduismo clásico, pero son menos ajenos al júbilo de las figuras cantadas por el Mahabbarata (Judistira, Arjuna, Krisna). La rama zen, por ejemplo, que tiene bastantes monasterios en los Estados Unidos y Europa, ignora la renuncia mundanal teravadista para cultivar cualidades básicamente sociales; en concreto, persigue equilibrio, intrepidez y espontaneidad.

Son rasgos distintos de los preconizados por el budismo sureño, y apuntan al peso de la geografía sobre el arraigo de tales o cuales consuelos. Lo que no cambia es perseguir consuelo, por unos métodos o por otros. Cuando encuentre una religión basada realmente en celebrar, y no en ofrecer lenitivos, me apunto al censo de sus fieles. Ayudaría a cantar las alabanzas del merecimiento y la belleza, a llorar de entusiasmo con hazañas de bravura y perspicacia, a rezar por los bondadosos y tiernos, sin degradar lo sublime a proyectos de hospital y sanatorio. La falta de templos para este tipo de religiosidad colaboró no poco a que se inventara la vocación de poetas y otros creadores sin ánimo de mando en plaza, a la estacional filosofía y a que siga enorgulleciéndonos hacer o responder la pregunta:

—Ciudadano, ¿dónde votamos?

Конец ознакомительного фрагмента.

Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.

Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Sesenta semanas en el trópico»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Sesenta semanas en el trópico» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Sesenta semanas en el trópico»

Обсуждение, отзывы о книге «Sesenta semanas en el trópico» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x