El enjuiciamiento del Manifiesto bolivariano se dirige contra quienes consideran las Farc-EP son los directos responsables de la situación de pobreza, desocupación y hambre que vive el país; contra quienes generan la violencia y son los representantes de los intereses del gran capital:
Desterrar del ejercicio de gobierno a todos aquellos comprometidos en tanto terror y tan grandes injusticias. Cómo pensar que los Gavirias, los López Michelsen, los Samper, los Pastranas, los Santos, los Bedoyas Pizarros, los Serrano Cadena, los Víctor Carranza, los Sabas Pretel, los Santodomingos, los Ardilas Lulles, los Sarmiento Angulos y tantos otros de la misma calaña, con tanta riqueza, con tan abultadas cuentas en los bancos nacionales y extranjeros, con tan millonarios ingresos mensuales, ¿van a defender los intereses de las mayorías empobrecidas del país? No, no lo hacen, simplemente porque no lo necesitan. Ellos defienden sus intereses y los de sus amigos ricos. (Noviembre de 1997)
El manifiesto termina con un llamado a poner punto final a la dispersión social de las clases subalternas, a construir un proceso de confluencia y unidad que origine un nuevo movimiento político, clandestino, comprometido con la defensa de los intereses nacionales:
A todo esto hay que colocarle un punto final. Estamos invitando al país que anhela una sociedad deliberante pero respetuosa del criterio ajeno, en progreso pero justa y amable, a que construyamos un nuevo movimiento político comprometido con los intereses mayoritarios de los colombianos, extraño a la intolerancia y al engaño, para llamar a cuentas a tanto sinvergüenza, a tanto ladrón, a tanto vende patria e instaurar un gobierno de dignidad que reconstruya democráticamente la nación […]. Porque aquí en Colombia, entre todos los gobiernos acabaron la oposición legal a los tiros, con la guerra sucia, las desapariciones y el terror, el nuevo movimiento debe ser estructurado para trabajar en la clandestinidad. Que lleve aliento, organización y razonamientos a los diferentes sectores que forman nuestra nacionalidad y que proteja con el secreto de su pertenencia a todos quienes lo integren, hasta cuando seamos millones y podamos con la fuerza de la razón y de la lucha desterrar para siempre el terror del Estado, la corrupción y la injusticia. (Noviembre de 1997)
El llamado final del manifiesto es a que todos los colombianos rompan con la indiferencia y se comprometan en hacer algo por ellos mismos:
Porque en Colombia las mayorías aún nos indignamos ante las injusticias y tenemos la decisión de no permanecer indiferentes, invitamos a los inconformes; a los trabajadores que forjan el progreso económico y social, víctimas de los bajos salarios, los atropellos y la explotación; a los campesinos, eternos olvidados con cuya sangre se han regado todos los surcos y bosques de nuestra nación; a los desempleados y a los trabajadores de la llamada economía informal; a los estudiantes; a los nuevos profesionales y técnicos que ingresan en el incierto mercado del trabajo; a las mujeres, verdadero ejemplo y aliento en la lucha de los pueblos por la convivencia y la igualdad; a los intelectuales y artistas pues su creatividad y altiva presencia debe volver a ser luz en las jornadas populares; a los periodistas independientes; a los militares patriotas cansados de ser verdugos de sus propios hermanos; a los desplazados por la violencia que llenan los tugurios de las ciudades o andan errantes; a los habitantes de los barrios marginales y de las comunas; a los sacerdotes sensibles ante la cruel arrogancia de los poderosos; a los creyentes de todas las religiones porque la libertad de cultos es premisa del respeto por el prójimo; a los indígenas de todas las comunidades pues solo un gobierno de mayorías será garante de sus culturas, de sus milenarias tierras y de su organización; a los negros para alcanzar plenos e iguales derechos; a los luchadores por el respeto a los derechos humanos, defensores de presos políticos y familiares de desaparecidos; e invitamos especialmente a la juventud, convocamos su histórica rebeldía contra la injusticia, su generosidad con los débiles, su irreverencia creadora porque solo con audacia e imaginación colectiva seremos capaces de abrir los nuevos caminos de la patria amable en la que queremos vivir y dejar como herencia a nuestros hijos.
A todos los invitamos a organizar esta nueva herramienta de lucha que llamaremos MOVIMIENTO BOLIVARIANO POR LA NUEVA COLOMBIA para cimentar futuro sobre nuestros históricos valores patrios, para juntar esfuerzos y esperanzas y concluir lo que el Libertador Simón Bolívar empezó y está por terminar: la independencia nacional y la justicia social.
[...]
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo colocan al servicio de la construcción del Movimiento Bolivariano sus armas y combatientes, su influencia, su esfuerzo, experiencia y compromiso con las luchas populares, para crear una opción política distinta a los partidos tradicionales. (Noviembre de 1997)
A partir de entonces las Farc-EP tomaron distancia definitiva del PCC y se tornaron en constructores de su propio proyecto político de masas y de cuadros, el cual construyeron sobre la base de la experiencia de la UP.
En marzo del 2000 se da a conocer un documento con el nombre de “Carta de reunión. ‘El pueblo no puede seguir disperso’”, en el que, de manera breve, caracterizaron la naturaleza del movimiento y definieron sus propósitos:
1) El Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia reúne a todos los patriotas que anhelen los objetivos libertarios y de unidad latinoamericana por los que combatió Simón Bolívar. En él caben y se integran quienes deseen aportar su grano de arena a la reconstrucción y la reconciliación nacional.
2) Expone su ideario en el Manifiesto Bolivariano y en la Plataforma para un Gobierno de Reconciliación y Reconstrucción Nacional.
3) Es un movimiento amplio, sin estatutos, reglamentos, ni discriminaciones con excepción de los enemigos declarados del pueblo. No tiene oficinas y su sede es cualquier lugar de Colombia donde haya inconformes. Su base la constituyen millones de colombianos vinculados a los núcleos clandestinos, de múltiples y variadas formas como círculos, juntas, talleres, malokas, familias, uniones, combos, hermandades, lanzas, grupos, clubes, asociaciones, consejos, galladas, parches, barras, mesas de trabajo, mingas, cofradías, comités y todas las formas que a bien tengan sus integrantes adoptar y que, a su juicio, les garantice el secreto de pertenencia y la compartimentación.
4) Los bolivarianos de corazón y de convicción, luchan y se expresan de muchos y variados modos en pro de la causa del pueblo.
5) Las Farc-EP ponen toda su capacidad para impulsar y organizar el Movimiento Bolivariano. Destacan a un miembro de su Secretariado Nacional para que lo encabece y se asesore de un Consejo Patriótico Bolivariano.
6) Este consejo se conformará con cien colombianos destacados por su actividad en bien del país y su pulcritud moral, postulados por el pueblo a través de los núcleos bolivarianos, que obtengan las cien mayores votaciones y luego de ser consultados en secreto, acepten esta responsabilidad.
7) Cada núcleo bolivariano propone a diez colombianos destacados. Luego de reunir todos los nombres se elegirán los integrantes del Consejo Patriótico Bolivariano.
Este proyecto se inauguró, oficialmente, el 29 abril del 2000, cuando se hizo el acto de lanzamiento y el pronunciamiento respectivo de tipo oficial que reconoció a Alfonso Cano como su director nacional, por medio de las palabras de Manuel Marulanda Vélez:
Camarada Alfonso Cano, jefe nacional del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, Estado Mayor Central, mandos y combatientes en general:
Reciban un cordial y revolucionario saludo en unión de quienes hoy asisten al lanzamiento del Movimiento Bolivariano, como única alternativa de poder, distinto al de los partidos tradicionales por los cambios estructurales en contra de quienes han gobernado por muchos años, sin que hasta ahora hayan logrado solucionar los gravísimos problemas políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales, manteniendo sumido al pueblo en una confrontación armada en beneficio de sus privilegios y en defensa del gran capital nacional y extranjero, apoyados en los instrumentos del Estado para reprimir y someter a los trabajadores de la ciudad y el campo, y al mismo tiempo perseguir la verdadera oposición revolucionaria como las Farc-EP en lucha por los cambios.
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