Al realizar el balance del primer año de los acuerdos de La Uribe, las Farc-EP, en carta dirigida al presidente de la Comisión Nacional de Verificación, Dr. Jhon Agudelo Ríos, señalan que el camino de la paz ha estado lleno de obstáculos y de grandes dificultades, lo cual, en particular, se debe a que los enemigos de la paz han dividido el país en dos: uno formal, gober- nado por el presidente Betancur, y otro real bajo el control de los militares:
El primer escollo en el camino de la paz lo constituye el estado de sitio. El segundo, la incomprensión y el sectarismo de la cúpula militar actual, del militarismo y en general de la reacción más oscurantista del país. El tercero, las vacilaciones y la conciliación del señor presidente de la República frente a la campaña habilidosamente orquestada por los reaccionarios contra la política de paz, en la que llevan la voz cantante los altos jerarcas militares.
[...]
Esto es posible porque en realidad hay en Colombia dos poderes: uno, el del presidente constitucional de la República, o sea el poder formal y otro, el de los militares reaccionarios al mando de la Fuerza Pública, o sea el poder real. (AH-Farc-EP, 1984)
En este documento se encuentra un extenso inventario de los actos de provocación desarrollados por las Fuerzas Militares contra las distintas estructuras de los frentes guerrilleros en el país, y se señala que su trabajo estaba, en lo fundamental, dedicado a construir las condiciones que les permitieran avanzar en la conversión de la organización en un movimiento político (la Unión Patriótica). Señalan el número de muertos y presos que han colocado, y convocan a la comisión para que transmita al presidente Betancur la situación por la que atraviesa el proceso no solo con las Farc-EP, sino con los demás movimientos guerrilleros, en particular con el M-19.
La carta de las Farc-EP al presidente de la comisión responsabiliza de la existencia del movimiento guerrillero a la intransigencia de los militares:
[L]os verdaderos impulsores del movimiento guerrillero colombia-no han sido los reaccionarios, los militares pro-yanquis y los militaris-tas. De esto no debe quedar la menor duda. Por eso, ponerles camisas de fuerza a los enemigos de la paz es la gran tarea de los colombianos, comenzando por el propio presidente Belisario Betancur. Por eso, la política de cese al fuego, tregua y paz democrática, apertura y reformas es la única política conveniente y justa en la actualidad. La vía contraria es la guerra civil o la insurrección popular.
[...]
Como nosotros somos conscientes de estas cosas, no nos resultó difícil plantearnos la cuestión de convertirnos en la plataforma de lanzamiento de un nuevo movimiento político. Próximamente dará a la luz un millón de ejemplares de la plataforma nacional de lucha de la Unión Patriótica. El nuevo movimiento político contará en las ciudades con oficinas abiertas al público y un semanario que llevará el mismo nombre del movimiento. En todas las áreas de los diversos frentes de las Farc se estarán creando comandos departamentales, regionales y municipales y amplios comités de la base de la Unión Patriótica y ya comenzamos a organizar el nuevo movimiento político en las ciudades. (1984)
La Unión Patriótica
A lo largo del proceso de paz adelantado por las Farc-EP se gestan dos propuestas unitarias. Una se expresa en el ámbito político con la Unión Patriótica, y la otra en aspectos organizativos, políticos y militares en la Coordinadora Guerrillera 19.
El 11 de mayo de 1985, a pocos días de cumplirse un año de la firma de los acuerdos de La Uribe y en medio del crecimiento de los obstáculos y las dificultades para sacar adelante el proceso, aparece públicamente una nueva organización política de izquierda impulsada por las Farc-EP y concebida, en un comienzo, como su expresión política, a la cual se le denomina “Unión Patriótica”.
En noviembre del mismo año se realiza el Primer Congreso Nacional, en el cual se plasma la visión del perfil político y social que va a tener la UP:
La Unión Patriótica es un amplio movimiento de convergencia democrática que lucha por las reformas políticas, económicas y sociales que garanticen al pueblo colombiano una paz democrática […]. Es un movimiento amplio donde caben: los obreros, los campesinos, los intelectuales, los estudiantes, los profesionales, los artesanos, los artistas, los pequeños y medianos comerciantes, los pequeños y medianos industriales, los sectores democráticos de la burguesía no monopolista, las personalidades democráticas de cualquier tendencia política, los liberales, los conservadores, los socialistas, los comunistas, las personas de cualquier credo o religión, los militares amigos de la democracia y de la paz, las organizaciones indígenas, las organizaciones cívicas, las juntas de acción comunal, los comités barriales, las organizaciones sociales, las amas de casa, los usuarios de los servicios públicos y en general todas las corrientes de opinión y las gentes sin partido que quieren luchar por las reformas y la paz democrática. (Unión Patriótica, 16-17 de noviembre de 1985)
Esta caracterización amplia e incluyente sería muy útil tomarla en consideración en el actual momento de la transición; constituye un patrimonio heredado que no sería pertinente desechar en la ruta a seguir en la vida democrática e institucional de la nación.
En el Primer Congreso Nacional, la Unión Patriótica establece los objetivos generales por los cuales se propone trabajar:
[T]enemos como [...] objetivo construir un frente político y social de millones de colombianos comprometidos con los cambios democráticos que el país está reclamando […]. Millones de colombianos independientes que están cansados de tanta politiquería tradicional y esperan cambios democráticos que hagan posible su participación política. Este es un proyecto […] que se caracteriza por su amplitud, contrario a toda concepción sectaria, excluyente o hegemónica.
[...]
La UP debe mostrarse capaz de formular un mensaje apropiado para que se adhieran muchos ciudadanos y organizaciones políticas a quienes se les debe tratar con deferencia, se les debe respetar su perfil liberal, conservador, socialista, independiente o cívico. Lo correcto es ir ampliando la convergencia. No hay que escatimar esfuerzo alguno para mantener la unidad, respetando los criterios y buscando permanentemente el consenso. (Unión Patriótica, 16-17 de noviembre de 1985)
La lucha por la democracia constituye el eje central sobre el cual gira el proyecto político de la UP. La organización centró su discurso en el desconocimiento de la democracia existente, concebida como democracia representativa, la que considera excluyente, construida por los intereses de los dos partidos tradicionales apoyados en el militarismo.
Para la UP, la alternativa es la democracia participativa:
La existencia de minorías privilegiadas y mayorías marginadas, explica el conflicto social resultante y las condiciones de injusticia e inequidad. Esta situación de crisis del desorden tradicional no podrá resolverse sino a través de la construcción de un nuevo orden social democrático y mediante la organización y movilización consciente del pueblo, para la participación directa en los centros de decisión y poder del Estado. El pueblo debe tener canales políticos propios para acceder a las instituciones donde se definen los planes y programas de desarrollo socio-económico y en donde se asignan los recursos para su ejecución. La participación popular directa en las instituciones del Estado no puede ser simplemente consultiva sino que debe ser decisoria. (AH-Farc-EP, Documentos del II Congreso de la UP)
De esta forma, configuran el concepto de democracia, el cual constituye el eje fundamental del discurso político de UP.
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