Denis Fortin - Enciclopedia de Elena G. de White

Здесь есть возможность читать онлайн «Denis Fortin - Enciclopedia de Elena G. de White» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Enciclopedia de Elena G. de White: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Enciclopedia de Elena G. de White»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La Enciclopedia de Elena G. de White es el recurso bibliográfico más destacado que produjo la iglesia en los últimos 50 años. Consta de más de 1.300 artículos que abarcan descripciones sobre multitud de temas; entre ellos: los lugares donde vivió Elena de White, personas que se relacionaron con ella, y su postura sobre cientos de temas. También encontrarás una cronología detallada de su vida y artículos exhaustivos sobre su ministerio, su teología y sus declaraciones. Todo detallado con más de 15.000 referencias y citas a sus escritos. Un material sencillo de usar, útil tanto para quienes no conoces mucho sobre el tema, como para un especialista.

Enciclopedia de Elena G. de White — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Enciclopedia de Elena G. de White», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Un análisis de los escritos de Elena de White revela que ella usaba la palabra “expiación” de tres formas diferentes, desde un significado específico, concentrado, hasta uno amplio. En varios casos, se usa la palabra para describir el Calvario como una expiación completa ( cf . PP 60; ST , 25/8/1887, 30/12/1889, 28/6/1899; RH , 24/9/1901). En estos casos, el significado de expiación es específico y está concentrado en un solo evento: la Cruz. En otros lugares, la expiación toma un significado más amplio e incluye la obra de la expiación en el ministerio sacerdotal de Cristo en el Santuario celestial. En estas ocasiones, ella se refiere a Cristo ministrando los beneficios de su sacrificio expiatorio por los pecadores arrepentidos ( cf . Ms 29, 1906, en CBA-7A 475; PE 286) o, en unos pocos casos, se refiere a esta obra de Cristo como expiación también ( cf . FEC 410, 411; Ms 69, 1912, en MR 11:54). Así, se ve el ministerio celestial de Cristo como parte integral de su obra de expiación y redención. Una declaración de 1901 apoya esta segunda comprensión de “expiación” cuando ella describió las dos fases del sacerdocio de Cristo: “[Cristo] cumplió un aspecto de su sacerdocio al morir en la cruz por la raza caída. Ahora está cumpliendo otro aspecto: aboga delante del Padre por el caso del pecador arrepentido y creyente, presentando a Dios las ofrendas de su pueblo” ( Ms 42, 1901, en CBA 7:940).

Su tercer uso de la palabra “expiación” es aun más amplio y emplea el término “expiación” en referencia a toda la vida de sufrimiento de Cristo. “Debemos adquirir una visión más amplia y profunda de la vida, los sufrimientos y la muerte del amado Hijo de Dios. Cuando se considera correctamente la expiación, se reconoce que la salvación de las almas es de valor infinito” ( TI 2:194; la cursiva fue añadida). En este y en otros casos, su comprensión de la obra expiatoria de Cristo se vuelve casi sinónimo de la obra redentora completa de Cristo, y así abraza no solo la Cruz como evento central de la expiación, sino también todo lo que Cristo ha hecho para salvar a la humanidad, desde el momento en que se ideó el plan de redención antes de la fundación del mundo hasta la erradicación final del pecado al final del tiempo ( cf . DTG 457, 458, 518, 519; CS 557; CBA 5:1.076, 1.077; Ms 21, 1895, en SE 2:110-114). Aquí, la expiación es un proceso en el tiempo cuyas partes no se pueden separar.

A menudo se ha criticado la opinión de Elena de White sobre la expiación por su falta de enfoque en la singularidad del evento de la Cruz o por incluir otros aspectos de la obra de Cristo. Sin embargo, para entender mejor su comprensión de la expiación, se debe tener en cuenta que el adventismo primitivo no concebía su sistema teológico dentro de los supuestos aristotélicos de los sistemas agustiniano y calvinista, en los que un Dios inamovible e impasible solo existe en atemporalidad. Desde estas perspectivas, los eventos cruciales del plan de redención son, en consecuencia, los resultados de decretos que Dios ha proclamado para toda la eternidad, nada nuevo como tal puede ser hecho por Dios y todo el plan de redención está predeterminado en la presciencia eterna de Dios. Entonces, las referencias bíblicas al cielo, al Santuario celestial y al ministerio intercesor de Cristo son consideradas, en definitiva, como metáforas de los eternos decretos divinos de salvación.

El adventismo adoptó un sistema de pensamiento diferente en el cual Dios, de hecho, interactúa con la humanidad dentro del tiempo y del espacio en varios eventos de la historia de la salvación. En este sistema, la presciencia divina de eventos futuros es solo descriptiva de las respuestas humanas, y no prescriptiva. Esta diferencia importante en supuestos filosóficos y teológicos permitió a Elena de White y a otros escritores adventistas ver todos los eventos del plan de redención, incluyendo la expiación, como un proceso lineal en el cual Dios está involucrado genuinamente, en vez de solo una serie de eventos predestinados puntuales, formados en la mente de Dios en la eternidad pasada. Así, para Elena de White, el cielo y su Santuario son lugares reales donde Cristo oficia un ministerio intercesor genuino. Esta diferencia en supuestos teológicos y filosóficos es crucial para entender la teología de la expiación de Elena de White.799

La centralidad de la Biblia

Otro tema importante en los escritos de Elena de White es la Biblia, la Palabra escrita de Dios. A lo largo de los años, se han dirigido muchas críticas a sus escritos respecto de sus opiniones sobre varias doctrinas bíblicas y el nivel de autoridad que debemos darles; no obstante, uno no puede leer sus escritos sin llegar a la honesta conclusión de que ella conocía la Biblia, y la conocía bien. Un tema recurrente en sus escritos es la relevancia que, repetidamente, ella daba a la Biblia. Al final de su primer libro, A Sketch of the Christian Experience and Views of Ellen G. White (1851), Elena de White escribió: “Recomiendo, al amable lector, la Palabra de Dios como regla de su fe y práctica” ( PE 108). Cuando uno lee sus libros, en particular la serie del Gran Conflicto, es obvio que Elena de White amaba la Biblia y la hacía el tema de su meditación. Casi no hay una página en sus escritos que no incluya un texto de la Escritura o, por lo menos, una alusión. A menudo, sus escritos están llenos de expresiones o analogías bíblicas. Los que conocían sus hábitos devocionales afirman que ella leía la Biblia cada día. Así, es entendible que hiciera las siguientes declaraciones sobre la importancia de la Biblia en la vida y el pensamiento cristianos, y afirmara que la Biblia debe tener un lugar muy destacado en la determinación de la fe y de la práctica. Las opiniones de Elena de White sobre la Biblia caen dentro de la Reforma radical y del contexto restauracionista que analizamos antes.

La excelente opinión que Elena de White tiene de la Escritura se hace evidente en su creencia de que la Biblia es la Palabra de Dios, aunque dada por medio de autores humanos y en un lenguaje que no es el del cielo ( MS 1:24). Basados en este supuesto, se requiere que la Palabra de Dios sea respetada por todos los que la lean o escuchen. “En la Biblia se revela la voluntad de Dios a sus hijos. Dondequiera que se lea, en el círculo familiar, en la escuela o en la iglesia, todos debieran prestarle atención en quietud y devoción, tal como si Dios estuviese realmente presente y les hablase” ( TI 5:79).

En la introducción de El conflicto de los siglos , Elena de White escribió esta declaración crucial de su fe en la Escritura: “En su Palabra, Dios comunicó a los hombres el conocimiento necesario para la salvación. Las Santas Escrituras deben ser aceptadas como una revelación autorizada e infalible de su voluntad. Son la norma del carácter, las reveladoras de doctrinas y las examinadoras de la experiencia. ‘Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra’ (2 Tim. 3:16, 17, NVI)” (p. 7).

Durante un período en que los líderes de la Iglesia Adventista estaban debatiendo acaloradamente algunas cuestiones de interpretación bíblica, Elena de White exhortó claramente a quienes se estaban preparando para reunirse en el Congreso de la Asociación General de 1888, en Minneapolis: “Examinen las Escrituras con cuidado para ver qué es verdad. La verdad no puede perder nada si se la investiga detenidamente. Dejen que la Palabra de Dios hable por sí misma; que sea su propio intérprete [...] Nuestro pueblo individualmente debe entender más a fondo la verdad bíblica, porque ciertamente serán llamados ante concilios; serán criticados por mentes agudas y críticas. Una cosa es estar de acuerdo con la verdad, y otra cosa es saber, por medio de examen profundo como estudiantes de la Biblia, cuál es la verdad. [...] Muchos, muchos se perderán porque no han estudiado la Biblia de rodillas, orando fervientemente a Dios para que, al recibir la Palabra, sea iluminado su entendimiento. [...] La Palabra de Dios es la gran detectora de error; creemos que todo se debe llevar a ella. La Biblia debe ser nuestra norma para cada doctrina y práctica. [...] No debemos aceptar la opinión de nadie sin compararla con las Escrituras. Aquí está la autoridad divina que es suprema en cuestiones de fe. Es la Palabra del Dios vivo la que debe decidir todas las controversias” ( 1888M 38-45).

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Enciclopedia de Elena G. de White»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Enciclopedia de Elena G. de White» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Enciclopedia de Elena G. de White»

Обсуждение, отзывы о книге «Enciclopedia de Elena G. de White» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x