La primera condición que debe cumplir cualquier instalación deportiva es que sea accesible. Para ello, debe estar bien comunicada con líneas de transporte público, contar con aparcamientos adaptados en función del tamaño de la instalación (1 por cada 40-50 plazas), rebajes adecuados en las aceras y estar señalizada correctamente por medio de paneles y señales informativas exteriores.
La entrada principal debe ser accesible. Si se encuentra elevada, debe poseer escalones y rampas, estas últimas con menos del 6 % de pendiente.
Las puertas deben tener una apertura mínima de 1,20 m y deben ser de colores que destaquen respecto a su entorno. A ambos lados de las mismas, debe existir un espacio adecuado para la realización de maniobras por parte de personas con movilidad reducida.
El vestíbulo debe permitir la circulación de personas con movilidad reducida. No debe poseer menos de 1,5 m de diámetro.
Las discontinuidades del pavimento nunca excederán los 6 mm.
Las áreas y mostradores de recepción deben ser accesibles. Es recomendable que los mostradores posean dos alturas, 1,10 m y 0,80 m, y espacio debajo de los mismos para que puedan acceder personas con silla de ruedas.
La iluminación y el contraste han de ser suficientes para que personas con deficiencias visuales puedan detectarlo.
No deben existir mamparas de cristal, ya que dificultan la audición y crean dificultades visuales por reflejos.
Vestuarios y rampa adaptados (Foto 1 © Buffoleo vía Wikimedia commons. CC-BY-SA 3.0; Foto 2 © BrokenSphere vía Wikimedia commons. CC-BY-SA 3.0)
Desplazamientos
El diseño de las instalaciones debe asegurar la movilidad interior. Para alcanzar este propósito, todas las salas y espacios tanto interiores como exteriores deben ser accesibles y estar señalizados adecuadamente.
La iluminación debe ser uniforme y los pavimentos antideslizantes, cumpliendo con los criterios establecidos en el Código Técnico de la Edificación (CTE).
Los pasillos deben estar libres de obstáculos que dificulten el tránsito y, en caso de que se detecten objetos que lo hagan, se retirarán de inmediato.
La altura del techo debe ser de 2,20 m. en el caso de que sea menor, deberá señalizarse con el fin de evitar golpes.
Barreras arquitectónicas
Según la Ley 3/1997, de 7 de abril, de Promoción de la Accesibilidad y Supresión de Barreras Arquitectónicas, Urbanísticas, de Transportes y de la Comunicación, se entiende por barreras arquitectónicas aquellos obstáculos, trabas o impedimentos de carácter permanente o temporal, que limitan o dificultan la libertad de movimientos, el acceso, la estancia, la circulación y la comunicación sensorial de las personas que tienen limitada o disminuida, temporal o permanentemente, su movilidad o capacidad de relacionarse con el entorno.
Estos obstáculos se suelen encontrar en accesos y desplazamientos.
Los tipos de barreras se pueden clasificar en físicas y sensoriales.
Dentro de las físicas, se distingue entre urbanísticas (vías urbanas y espacios libres de uso común), en la edificación (acceso o interior de edificios públicos o privados) y en los transportes (aquellas que dificultan el uso de los medios y modos de transportes).
Por otra parte, las barreras sensoriales comprenden todos aquellos obstáculos que dificulten recibir o expresar mensajes por medio de los sistemas de comunicación sensorial.
Ejemplo de barrera arquitectónica (© Tony Tong vía Wikimedia commons. CC BY-SA 3.0)
Aplicación práctica
Se está terminando la construcción de una nueva instalación deportiva que usted va a dirigir. Faltan tan solo unos días para su apertura y tiene que comprobar que la instalación esté correctamente adaptada para personas con minusvalías. Debe elaborar una pequeña hoja de control para que los obreros comprueben que se cumplen los requerimientos mínimos necesarios para que la instalación sea accesible.
Solución
La hoja de control puede poseer distinto número de ítems, pero es imprescindible que hagan referencia a accesos, desplazamientos y barreras arquitectónicas.
Un ejemplo podría ser el siguiente:
ÍTEMS |
SÍ |
NO |
1. ¿Existen rampas de acceso con menos del 6 % de pendiente? |
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2. ¿Tienen los accesos a la instalación los rebajes adecuados? |
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3. ¿Existen plazas de aparcamiento adaptado? |
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4. ¿Las puertas de acceso poseen anchura mínima de 1,20 m? |
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5. ¿Los mostradores tienen la altura adecuada? |
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6. ¿Se puede desplazar libremente por los pasillos sin necesidad de sortear obstáculos? |
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7. ¿Dentro de la sala existen escalones sin rebajes o rampas adecuadas? |
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8. ¿Existen barreras sensoriales, como por ejemplo uso de mamparas en zonas de comunicación o carteles y puertas mal señalizados? |
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* Se pueden incluir más ítems siempre y cuando los mismos vayan orientados a la comprobación de los
parámetros más importantes.
3. Puesta a punto de la instalación y los medios
Para conseguir que las instalaciones deportivas se encuentren en condiciones óptimas, son necesarias distintas tareas de mantenimiento.
Hay que lograr que la instalación sea accesible, eliminar barreras arquitectónicas y comprobar que todo el equipamiento y los materiales se ajustan a la normativa correspondiente.
A continuación, se desarrollan las labores de supervisión, corrección, control y medios informativos para alcanzar la excelencia en el funcionamiento de la instalación deportiva.
3.1. Supervisión y corrección de accesos y desplazamientos
Los accesos son las características del medio, del urbanismo, de las edificaciones y de los transportes que permiten su uso y disfrute a cualquier persona, independientemente de su condición física y sensorial.
Cuando se habla de accesos a las instalaciones deportivas, se hace referencia al grado de facilidad de paso o entrada y los traslados realizados en el interior de la misma.
La instalación se considera accesible cuando permite el libre desplazamiento de personas con dificultades de forma óptima sin necesidad de ayudas externas.
Se trata de un derecho básico de todas las personas.
No es suficiente con que se cumplan las medidas que garantizan la accesibilidad al centro deportivo si estas no vienen acompañadas de las labores de mantenimiento adecuadas. El objetivo de estas tareas no es otro que preservar el nivel de accesibilidad y detectar posibles puntos negros que no se hayan identificado con anterioridad.
Se debe elaborar un test de control o lista de comprobación que ayude a controlar el mantenimiento, la seguridad del equipamiento deportivo y la accesibilidad de la instalación. Estos documentos se deben desarrollar teniendo en cuenta las indicaciones que se recogen en los documentos técnicos de referencia y descomponerlos en ítems sencillos de aplicar.
Actividades
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