– Las Mafias de cualquier tipo, de narcóticos, de armas y sobre todo las financieras llegarán a controlar la economía del país y del mundo si siguen a ese ritmo. Para ellos nunca existe la depresión, ¡pero pueden generarla a los demás para absorberlos!
– Esto es muy serio. Si el negocio de las drogas y las finanzas sucias continúa, en unos cuantos años, dominarán los negocios globales.
– ¿Qué futuro le espera a nuestra Nación?
– Todos creemos, o al menos deberíamos creer, que el desarrollo de un país debe basarse en la decencia. Pero en los últimos tiempos, ¡los grandes negocios son precisamente los ilegales! Los narcotraficantes de los carteles colombianos, antes de la Operación Anaconda, tenían unos ingresos brutos... ¡casi cinco veces superiores a los de Colombia!
– ¿Qué pueden hacer los gobiernos, en el remoto caso que el problema les interese en verdad, contra ese tremendo poder económico?
– Nuestro país, quedó desde hace un par de meses con pocas drogas derivadas de la coca y marihuana sudamericanas. Sin embargo, nuestros drogadictos no dejaron de consumirla. Buscaron sucedáneos farmacológicos... ¡o cambiaron hacia la heroína asiática! ¡Tenemos una enorme jauría de perros con hambre patológica y perseguimos a los que buscan alimentarlos!
– ¿Qué futuro nos espera?
– La gran desventaja de la DEA es que debe respetar la ley, una ley anticuada que sospecho redactada para proteger narcos. ¡Y ellos no respetan nada! Nosotros gastamos dinero del pueblo, mientras ellos ganan fortunas incalculables.
– Cuando ubicamos a un narcotraficante, lo seguimos durante meses, juntamos pruebas que resultan muy onerosas, arriesgando en cada instante la vida de nuestros agentes, a veces logramos arrestarlos... ¡y hasta le debemos leer sus derechos!
– ¡Y sale libre por la otra puerta por falta de antecedentes penales, amenazas a los jueces y jurados o artimañas legales de sus abogados!
– Hemos gastado mucho dinero y estamos iguales o peor que antes…
– Cuando ellos detectan a nuestros agentes les pegan un tiro en la nuca. ¡Les cuesta una sola bala y eliminan el problema de raíz!
– ¿Es una situación justa?
– Analicemos la situación empresarial. Tenemos el poder económico repartido en dos sectores: El grupo formado por las grandes Corporaciones transnacionales, bancos, fábricas, hoteles, turismo, petróleo, comunicaciones y todas las que podrían denominarse actividades legítimas, que sospecho que en algunos casos las llamamos legítimas tan sólo porque pagan sus impuestos y son compatibles con las leyes. Y por otro lado, el grupo de las actividades ilegales, que englobarían las controladas por los sindicatos del crimen organizado, que casi siempre son dueños a su vez, de algunas empresas legales.
– Las relaciones económicas entre esos dos grupos financieros, son más fluidas de lo que sospechamos…
– Cuando hay un gran negocio en vista, no conozco empresario que pida antecedentes de santidad a su cliente, y salvo aspectos relacionados con la solvencia y la legalidad, todo lo demás no interesa a nadie.
– ¡Y mucho menos le interesa la procedencia de su fortuna! El dinero sucio tiene el mismo olor que el limpio.
– La solvencia financiera de la Mafia y los narcotraficantes es muy superior a la de empresas legítimas, muchas de las cuales, las realmente sin corrupción, sufren los problemas del mercado competitivo y llegan a la quiebra por falta circunstancial o programada de dinero.
– Cuando un mafioso tiene deudas de pago problemático, elimina al acreedor de un balazo o volándolo aparatosamente en su automóvil, ¡y la cancela definitivamente! ¡Ni los herederos se atreverán a intentar cobrarla!
– Las reglas de juego no son parejas...
– El pago de los impuestos afecta directamente a los del primer grupo, pero nada a los del segundo. Gran parte de sus fabulosas utilidades no son conocidas ni pueden declararse. ¡Sería gracioso pensar que pagasen impuestos por el narcotráfico, la trata de blancas, el juego clandestino o las cuotas de protección!
– ¿Vieron alguna vez la declaración de impuestos de un narco?
– En nuestras Universidades estudian Economistas, Administradores de Empresas, Abogados, Químicos y cientos de profesiones, que capacitan las personas técnicamente para desarrollar una función social con el esfuerzo económico de la comunidad. ¡Pero muchos de esos profesionales, quizás los más inteligentes, usan su ciencia para ponerla al servicio del delito! Allí está el negocio…
– Si nos vieran los extraterrestres capacitar en nuestras mejores universidades a un brillante abogado durante años, jurar solemnemente defender la justicia, y ulteriormente, ese mismo personaje, asesorar y defender a los delincuentes para eludirla, ¡pensarían que somos una manada de pelotudos que bien merecemos lo que nos pasa!
– ¡El paquete económico de muchas empresas es un apetecido atún que pescan con anzuelos recubiertos de dólares!
– Otro asunto sin solución son los drogadictos... ¿Por qué existen drogadictos?
– Para que alguien piense en drogarse, sabiendo a qué se expone, debe faltarle la sensatez, la madurez o el afecto, ¡y sobrarle dinero! Si le falta el raciocinio, necesitaría tratamiento médico. Si le falta madurez y se deja influenciar por los demás, se debe a un problema de educación. ¿No estará fallando la educación que les damos a nuestros hijos?
– La pregunta podría ser mejor expresada diciendo: ¿Lo que le damos a nuestros hijos, es la educación que precisan?
– Nuestra sociedad permite la libertad de trabajo excesivamente laxa...
– Analizaré esa simple ley, uno de tantos ejemplos. La industria de la pornografía y del puterío… ¡existe porque hay libertad de trabajo que enriquece a unos pocos degenerados a costa de la degradación de muchos!
– Esos muchos… ¡son nuestros hijos!
– Pareciera que todo lo malo y perverso es lo apetecible por la sociedad actual... ¡y los delincuentes se llenan de dinero a cambio de llenar de mierda el cerebro de nuestros propios hijos!
– Cuando los adolescentes ven que sus padres permiten que otros adultos lucren degenerando la sociedad, dejando en duda si nacen varones o mujeres, aceptando como constitucional las actividades que afectan la formación y la convivencia social, con espectáculos de sadismo, relaciones con animales y otras aberraciones, videos de pura violencia y sexo a troche y moche de cualquier tipo... ¿Podemos luego impedir que se droguen? ¿O es la razón por la que se drogan?
– ¡Toda esa permisividad destructora está defendida por nuestras leyes!
– ¿Eso es libertad? ¿O somos una cruza de pelotudos con idiotas?
– Las degeneraciones sexuales y el libertinaje, hace unos años atrás, eran rechazados por la comunidad en pleno. Hoy, desde el poder político parece divertido y de última moda ser homosexual. Tanto, que pareciera se fomenta conscientemente su protección y desarrollo por encima de todo lo normal. ¡Los proxenetas son hoy unos respetados ciudadanos, muy apreciados en las altas y bajas esferas!
– ¡Nuestros hijos no sabrán si son hombres o mujeres! Los estamos mareando con ideas antinaturales surgidas de alguna mente macabra con fines ciertamente inconfesables. ¿Que serán? ¿Qué padres les daremos a nuestros nietos?
– Si les falta afecto, es porque los padres no comparten los problemas ni las casas de sus hijos. Norteamérica se está haciendo famosa por estar llena de andariegos emocionales, cada uno vive su vida egoístamente, buscando como objetivo su exclusivo placer. ¿A costa de qué? A costa de la desintegración familiar y los valores éticos que hicieron grande nuestra nación, no solamente en el plano económico, sino en lo familiar y en todo lo que hace a la integridad del hombre. Antes, también se respetaba el plano de la moral natural, y no hablo de moral religiosa, sino la moral natural, básica para la supervivencia del hombre. Estamos precisamente contra la naturaleza, ¡y esa dama jamás perdona! La inmoralidad no hizo grande a ningún imperio, más bien fue la causa de su ruina.
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