2 Escala de depresión de Hamilton. Es muy utilizada para analizar los índices de depresión en una persona.
Para analizar la calidad de las relaciones sociales y del entornoexisten otras escalas que valoran otros aspectos como:
1 Índice del Esfuerzo del Cuidador (IEC) (Caregiver Burden Scale), que mide la carga de trabajo asumida y el esfuerzo de los cuidados por los familiares.
2 La escala de valoración sociofamiliar de Gijón permite detectar situaciones de riesgo o problemática social.
Objetivos y actividades
Una vez valoradas las necesidades hay que fijar los objetivos y diseñar las actividadesen un plan individualizado. Para determinar los objetivos hay que priorizar los más importantes: mejorar la autonomía de la persona con discapacidad, mejorar la calidad de vida de los miembros de la familia, etc.
La formulación de los objetivos debe ser realista, alcanzable y tienen que ser redactados con un verbo en infinitivo. Una vez determinados los objetivos, estos van a determinar las actuaciones. Estas actuaciones deben tener una finalidad, preventiva, educativa, asistencial y rehabilitadora. Hay que tener en cuenta los apoyos o recursos necesarios para realizar las actuaciones y la persona o profesional que las va a llevar a cabo.
Una parte muy importante en la planificación de la intervención es la gestión del tiempo, la elaboración de un cronograma con las actividades a realizar diariamente, semanalmente y mensualmente. Hay que determinar el horario y la persona responsable de cada una de las actividades.
Importante
Para la planificación de las actividades hay que tener en cuenta los recursos materiales, personales y la gestión del tiempo.
Evaluación
También se necesita planificar la evaluación de toda la intervención. Se debe realizar una evaluación continua que permita introducir cambios para una mejora de la calidad de la intervención. La evaluación es necesaria para observar la evolución del trabajo realizado y la eficacia de las actuaciones para la consecución de los objetivos formulados.
4.2. Conflictos y soluciones
A la hora de llevar a cabo las actuaciones pueden ocurrir conflictos o bien con la persona usuaria, con los familiares o con cualquier profesional que participe en la intervención. El conflicto ocurre en toda relación humana, es un hecho natural que va a acontecer cotidianamente.
Los conflictos pueden tener consecuencias negativas o positivas. Aunque los conflictos pueden generar tensión y ansiedad, sus consecuencias no siempre son negativas, ya que la energía que mueve un conflicto puede dar como resultado soluciones creativas, la evolución de una situación e incluso mejorar la calidad de las relaciones. La actitud ante un conflicto y la motivación para solucionarlo hacen que los aspectos positivos del mismo aparezcan.
La definición de conflicto dada por la RAE no implica la parte positiva del conflicto, solo hace referencia a la parte negativa:
1. Combate, lucha, pelea.
2. Enfrentamiento armado.
3. Apuro, situación desgraciada y de difícil salida.
4. Problema, cuestión, materia de discusión.
5. Coexistencia de tendencias contradictorias en el individuo, capaces de generar angustia y trastornos neuróticos.
6. Momento en que la batalla es más dura y violenta.
Los estilos para la resolución de un conflictopueden ser asertivos, conflictivos o pasivos. El estilo asertivo es aquel en el que se tiene en cuenta los sentimientos y la visión de la otra persona, pero sin renunciar a los propios derechos. El estilo conflictivo es aquel en el que se invaden los derechos de la otra persona, imponiendo la solución a esta. Y, por último, el estilo pasivo es la evitación de los problemas. Una persona con estilo pasivo no se implica o enfrenta hacia el conflicto.
Técnicas de resolución de conflictos
Existen distintas técnicas para resolver un conflicto. Las más conocidas son las siguientes:
1 Negociación: esta técnica tiene como finalidad acercar las partes enfrentadas en el conflicto, para que cada parte ceda en su postura hasta llegar a un acuerdo que satisfaga a todas las partes implicadas en el conflicto. La negociación tiene lugar a través del diálogo, la comunicación de las partes implicadas.
2 Conciliación: en esta técnica participa un agente externo (órgano judicial) al conflicto para que las partes lleguen a un acuerdo para evitar que haya un pleito. Este agente propone distintas soluciones para que las partes enfrentadas lleguen a una gestión del conflicto lo más satisfactoriamente posible.
3 Mediación: una persona externa al conflicto de manera neutral e imparcial ayuda a las partes a comunicarse, dialogar para que se pongan en el lugar de la otra persona, puedan ver su postura y esto les ayude a hallar una solución pactada. Esta figura se conoce con el nombre de mediador.
Actividades
12. Busque al menos otras cinco escalas que se utilicen para analizar las necesidades de personas con discapacidad.
13. Indique la diferencia entre mediación, conciliación y negociación.
14. Defina el concepto de persona mediadora e indique cuáles deben ser sus características.
Existen distintas técnicas de mediación, como la escucha activa, la descontextualización, la desdramatización, normalización del conflicto, la reformulación del conflicto, etc. En función de la naturaleza del conflicto y el contexto se pueden distinguir distintos tipos de mediación. En este apartado cabe destacar la mediación familiar.
La mediación familiar busca soluciones y el acercamiento entre las partes del conflicto que tiene lugar en el sistema familiar, para mejorar las relaciones existentes entre sus miembros. En España, las comunidades autónomas tienen las competencias sobre la mediación familiar y cada una de ellas establece protocolos y planes para su ejecución.
El tipo de familia ha ido evolucionando de manera paralela y recíproca a la sociedad. La estructura familiar, la organización y las funciones se han ido adaptando y modificando en función a las necesidades y demandas de los miembros. En la familia es donde tiene lugar el desarrollo de toda persona y se satisfacen sus necesidades fisiológicas, de seguridad, su desarrollo y afecto.
La existencia de una persona con discapacidad en un sistema familiar implica la aparición de unas circunstancias específicas y factores de riesgo que impulsan a cambiar toda la organización familiar. Esta situación lleva a nuevas necesidades y a la búsqueda o de la demanda de servicios profesionales, sanitarios y sociales, que ayuden a mejorar la calidad de vida de toda la familia y a favorecer la autonomía de la persona con discapacidad.
La sociedad y el estado de bienestar han establecido una red de servicios para conseguir estos fines. Dentro de los recursos sociales destinados a las familias con miembros con discapacidad se pueden encontrar servicios de atención domiciliaria, centros residenciales o residencias, servicios de centro de día o centros intermedios, servicios de alojamiento alternativo y recursos económicos; y distintos tipos de intervenciones, como la preventiva, la rehabilitadora, la social, etc.
Para planificar la intervención con las familias hay que estudiar y analizar las características y necesidades de la situación en las que estas viven. Se deben analizar cuáles son las limitaciones y los recursos que posee la familia de la persona con discapacidad, y una vez estudiados hay que determinar unos objetivos en función a las necesidades detectadas y a partir de estos objetivos se construyen la intervención y las actuaciones.
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