LAS MUJERES DE SARA
LAS MUJERES DE SARA
© Eley Grey
© De la ilustración de portada, Manuel Gutiérrez Tejedor
Diseño de cubierta: Dpto. de Diseño Gráfico Editorial La Calle
Iª edición
© Editorial La Calle, 2014.
Editado por: Editorial La Calle
C.I.F.: B-92.041.839
Avda. El Romeral, 2. Polígono Industrial de Antequera
29200 ANTEQUERA, Málaga
Teléfono: 952 70 60 04
Fax: 952 84 55 03
Correo electrónico: editoriallacalle@editoriallacalle.com
Internet: www.editoriallacalle.com
Reservados todos los derechos de publicación en cualquier idioma.
Según el Código Penal vigente ninguna parte de este o cualquier otro libro puede ser reproducida, grabada en alguno de los sistemas de almacenamiento existentes o transmitida por cualquier procedimiento, ya sea electrónico, mecánico, reprográfico, magnético o cualquier otro, sin autorización previa y por escrito de EDITORIAL LA CALLE; su contenido está protegido por la Ley vigente que establece penas de prisión y/o multas a quienes intencionadamente reprodujeren o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica.
ISBN: 978-84-16164-09-7
Nota de la editorial: Editorial La Calle pertenece a Innovación y cualificación S. L.
ELEY GREY
LAS MUJERES DE SARA
Editorial La Calle
ANTEQUERA 2014
Índice
Portada
Título ELEY GREY LAS MUJERES DE SARA Editorial La Calle ANTEQUERA 2014
Copyright LAS MUJERES DE SARA © Eley Grey © De la ilustración de portada, Manuel Gutiérrez Tejedor Diseño de cubierta: Dpto. de Diseño Gráfico Editorial La Calle Iª edición © Editorial La Calle, 2014. Editado por: Editorial La Calle C.I.F.: B-92.041.839 Avda. El Romeral, 2. Polígono Industrial de Antequera 29200 ANTEQUERA, Málaga Teléfono: 952 70 60 04 Fax: 952 84 55 03 Correo electrónico: editoriallacalle@editoriallacalle.com Internet: www.editoriallacalle.com Reservados todos los derechos de publicación en cualquier idioma. Según el Código Penal vigente ninguna parte de este o cualquier otro libro puede ser reproducida, grabada en alguno de los sistemas de almacenamiento existentes o transmitida por cualquier procedimiento, ya sea electrónico, mecánico, reprográfico, magnético o cualquier otro, sin autorización previa y por escrito de EDITORIAL LA CALLE; su contenido está protegido por la Ley vigente que establece penas de prisión y/o multas a quienes intencionadamente reprodujeren o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica. ISBN: 978-84-16164-09-7 Nota de la editorial: Editorial La Calle pertenece a Innovación y cualificación S. L.
Índice Índice Portada Título ELEY GREY LAS MUJERES DE SARA Editorial La Calle ANTEQUERA 2014 Copyright LAS MUJERES DE SARA © Eley Grey © De la ilustración de portada, Manuel Gutiérrez Tejedor Diseño de cubierta: Dpto. de Diseño Gráfico Editorial La Calle Iª edición © Editorial La Calle, 2014. Editado por: Editorial La Calle C.I.F.: B-92.041.839 Avda. El Romeral, 2. Polígono Industrial de Antequera 29200 ANTEQUERA, Málaga Teléfono: 952 70 60 04 Fax: 952 84 55 03 Correo electrónico: editoriallacalle@editoriallacalle.com Internet: www.editoriallacalle.com Reservados todos los derechos de publicación en cualquier idioma. Según el Código Penal vigente ninguna parte de este o cualquier otro libro puede ser reproducida, grabada en alguno de los sistemas de almacenamiento existentes o transmitida por cualquier procedimiento, ya sea electrónico, mecánico, reprográfico, magnético o cualquier otro, sin autorización previa y por escrito de EDITORIAL LA CALLE; su contenido está protegido por la Ley vigente que establece penas de prisión y/o multas a quienes intencionadamente reprodujeren o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica. ISBN: 978-84-16164-09-7 Nota de la editorial: Editorial La Calle pertenece a Innovación y cualificación S. L. Índice CAPÍTULO I. GÉNESIS CAPÍTULO II. ÉXODO CAPÍTULO III. ¿ALGO O ALGUIEN? CAPÍTULO IV. LEVÍTICO CAPÍTULO V. NÚMEROS CAPÍTULO VI. VUELTA A CASA CAPÍTULO VII. ESTER CAPÍTULO VIII. SALMOS APOCALIPSIS
CAPÍTULO I. GÉNESIS
CAPÍTULO II. ÉXODO
CAPÍTULO III. ¿ALGO O ALGUIEN?
CAPÍTULO IV. LEVÍTICO
CAPÍTULO V. NÚMEROS
CAPÍTULO VI. VUELTA A CASA
CAPÍTULO VII. ESTER
CAPÍTULO VIII. SALMOS
APOCALIPSIS
Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis y siete. Otra vez contaba las vigas del techo, antiguas como la casa pero firmes como sus muros. Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis y siete. Sus ojos se proyectaban en el espejo de la pared, alargado, ancho, fiel al paso del tiempo y testigo de la habitación, colocado en la pared a pocos centímetros de la séptima viga. Desde su posición podía seguir contando, ocho, nueve, diez, once… el resto de vigas estaban en ese otro techo, el techo del espejo, cuya imagen daba una profundidad irreal a la habitación, haciendo creer que el espacio era mucho más amplio de lo que en realidad era.
Había decidido que necesitaba cambiar de aires. En realidad no lo había decidido, la situación la había forzado a decidir. Esa mañana de agosto de 2013 se levantó demasiado pronto y desayunó en la cocina, café, zumo y una sola tostada. Lectura rápida de la prensa digital y chequeo del correo (nada nuevo). Deprimente. Se ducharía y empezaría su nueva vida. Cogió cuatro prendas, las más cómodas, las que mejor le hacían sentir y bajó la maleta del altillo. Hacía mucho tiempo que ese vejestorio marrón oscuro no veía la luz. Había sido un regalo de Claudia, un regalo de aniversario, el segundo juntas. Se lo había regalado aquellas navidades cuando Claudia todavía era una persona adorable, tranquila, la persona de la que Sara se había enamorado. La chica de la discoteca que le había deslumbrado con su mirada.
Salir de allí era en lo único que podía pensar ahora. Se ahogaba, perdía la visión, las lágrimas no le permitían ver la cremallera de la maleta vieja, marrón y gastada. Saldría ya de aquel piso. Peine, cepillo de dientes, ordenador, móvil y unas zapatillas de deporte para poder caminar por la montaña. No necesitaba nada más. Se cerraba una puerta y una ventana se abría para dejar pasar la luz del nuevo día.
Mientras conducía el coche alejándose de Madrid pensaba en que aquella ciudad le había gustado siempre, desde pequeña. Había visto la ciudad en las películas de la tele y en el cine, sabía que todas las series que se veían en su casa estaban rodadas allí: las casas, las calles, los parques, los monumentos, los coches, la gente… La gente. Toda esa gente que parecía salir de un sueño. Eran de película, irreales. La gente que ella conocía no era como esa gente. La gente de su pueblo era gente normal: los niños iban a la escuela entre semana y el fin de semana al parque; los adultos trabajaban entre semana y el fin de semana se iban al monte a pasarlo con toda la familia; los ancianos… bueno, los ancianos pasaban su semana en los bancos, sentados desde su calma, viendo pasar a los niños y a los adultos, con sus ajetreadas vidas, charlando sobre el tiempo, el nuevo vecino, el gobierno, el alcalde… y por las tardes iban a misa.
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