El autocontrol es una energía que aumenta o disminuye según la gastemos o recarguemos.
Funciona como la batería de un dispositivo electrónico: cuando esté bajo seremos incapaces de controlarnos, pero cuando esté alto resultará muy fácil reprimir todas esas conductas que no deseamos realizar. De esta reflexión surgen varias preguntas: ¿cuánto dura esa batería? ¿Cómo se recarga? ¿Cómo se gasta? Intentaremos dar respuesta a todas ellas en las siguientes líneas.
Pongamos que tu batería tiene diez puntos de carga, es decir, la máxima carga es de diez. Entonces, ¿con cuánto autocontrol te levantas por la mañana? La respuesta parece depender, principalmente, de si pasas buena o mala noche: si has dormido mal tendrás menos energía que de haberlo hecho correctamente. Normalmente, todo el mundo responde a esta pregunta indicando que se despierta con ocho o diez puntos de autocontrol; entonces, llega la segunda pregunta: ¿con cuánto autocontrol te levantarías en unas vacaciones ideales? En vacaciones nos despertamos con más capacidad para soportar las adversidades de la vida; lo que en nuestro día a día supone un problema, durante el periodo de descanso pasa a ser algo sin importancia. Pero, si durante las vacaciones te levantas con diez puntos de autocontrol, entonces, ¿con cuánto autocontrol te levantas en realidad por la mañana? Pues normalmente te levantas con cinco o seis puntos. Esto es un ejemplo, pero es una respuesta muy común que recibo cuando trabajo con mis clientes y entiendo que es algo bastante normal y aplicable al resto de la población. También veremos que esto solo es una percepción y que, en verdad, todos nos levantamos con diez puntos cuando hemos pasado una buena noche; lo trataremos más adelante.
¿Cómo se gasta el autocontrol?
Esta energía se gasta con cada situación que requiera una gestión emocional. A mí me gusta llamar a estas «estúpidos diarios», ya que es algo muy gráfico. Por ejemplo, sí estoy conduciendo y un estúpido se salta un semáforo poniéndome en una situación apurada, el mero hecho de no gritarle o agredirle hace que pierda un punto de autocontrol; he necesitado cierta energía para controlar mis impulsos: «¡Menuda faena! ¡Al salir de casa tenía seis puntos y ahora solo me quedan cinco!». Cuando llego al trabajo, alguien ha ocupado mi plaza de garaje o me ha dejado un sitio insuficiente para aparcar y tengo que perder diez minutos buscando una nueva: ahí pierdo otro puntito. Si no funciona el ordenador pierdo otro y si un cliente me grita pierdo otro más; si se cae café encima del teléfono, no me han mandado ese correo tan urgente o me obligan a hacer un trabajo que yo creo que no me corresponde, acabo por perder todos mis puntos y termino la mañana con mi batería de autocontrol vacía. Cada problema que surge en nuestro día a día requiere una energía extra, ya sea para controlar mis emociones, planificar nuevas estrategia o enfrentarnos a personas o situaciones que no deseamos, etc.
Responde a la pregunta antes de continuar: ¿qué problemas o situaciones te suelen quitar más energía durante el día?
También gastamos esta energía cuando nos preparamos para abordar un problema: esta anticipación es la causa de percibir que tenemos más autocontrol durante las vacaciones que en los días laborales. Al despertarnos, si hemos dormido bien, todos disponemos de una carga completa de autocontrol, es decir, con diez puntos. En nuestro día a día hemos de enfrentarnos a ciertos problemas y nuestra mente reserva, al despertarse, la energía necesaria para solucionarlos; durante las vacaciones, en cambio, no tenemos muchas cosas de qué preocuparnos y nuestra mente no necesita reservarla, de forma que nos sentimos con más autocontrol. Por ejemplo, yo hoy me despierto, como todos los días, con diez puntos de autocontrol; como tengo una reunión importante en el trabajo, me reservo dos puntos, de forma que, aún sin haberlos gastado, yo ya sé que solo me quedan ocho. Si, además, mi hijo tiene un problema en el colegio, reservo otros dos puntos para ese tema y, si me siento culpable porque hace un mes que no llamo a mi padre, reservo otro para no percibir esta culpa durante el día. En total, he perdido o reservado nada más despertarme cinco puntos, por lo que solo me quedan otros cinco para abordar el resto del día. Normalmente durante las vacaciones no tenemos tantos problemas inmediatos que solucionar y, por tanto, nuestra percepción del autocontrol es distinta.
Responde a la pregunta antes de continuar: ¿en qué pierdes tu autocontrol nada más despertarte?
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.