En esta vicisitud, refiere el autor que se incorporaron elementos que el matrimonio tradicional no tomaba en cuenta o eran secundarios, tales como la sexualidad y el afecto, mismos que se antepusieron a los elementos irrevocables que las familias de los miembros de la pareja imponían anteriormente con el fin de establecer alianzas entre ellas y condicionar la unión, generalmente motivadas por intereses económicos y de estatus social o político. Tomando estas consideraciones y apreciando una transformación en los elementos de la pareja y su constitución, define a la relación de pareja como “la unión convivencial entre dos individuos por motivos de atracción sexual y vinculación afectiva decidida de forma libre y voluntaria”.
Rescatando elementos de su concepto, se destacan para su apreciación:
Unión
Convivencia
Dos individuos
Atracción sexual
Afecto
Libertad
Voluntad
El análisis de Fernández en esta dimensión de su artículo, intenta mostrar una sociedad donde las relaciones de pareja han dejado de ser, en gran parte, un asunto decisivo de las familias entre sí, o un trato de intereses y condicionantes para la convivencia, para ser entonces una decisión libre y voluntaria entre dos personas para unir sus vidas, razón por la cual la concepción de pareja que se vislumbra en la actualidad ha incorporado otros aspectos motivacionales.
Otro autor importante del tema tratado es Melero (2008), quien en un marco explícito de las dinámicas y calidad de las relaciones de pareja, apunta que éstas están determinadas tanto por las características individuales de quienes las conforman, como por el contexto sociocultural en el que se desenvuelven. Concibe así un contexto sociocultural enfatizado en la prevalencia de la individualidad por parte de cada miembro, misma que prioriza los logros personales más que los logros de la relación en su conjunto, tales como la solvencia económica, el éxito laboral, una sobrevaloración personal y la anteposición de deseos propios.
Por otro lado, el autor muestra un escenario diverso de relaciones de pareja en la actualidad, mismo que es resultado de una mayor complejidad sociocultural, razón por la cual estima que ofrecer una definición que acapare todas las formas de relación implicaría una excesiva generalización debido a las características que las integran y definen.
Dichas diferencias importantes en relaciones diversas van desde la sexualidad hasta aquellas que se articulan en “parejas casadas, con cohabitación, parejas de hecho, parejas divorciadas que se reagrupan con hijos de diversos matrimonios, etc.” (p. 100): por lo tanto, Melero (2008) considera la relación de pareja como “la unión de dos personas entre las que existe un deseo de unión exclusiva y un proyecto de vida en común con un claro sentimiento de compromiso entre ellos” (p. 100), afirmando que diversos especialistas coinciden en que es el compromiso lo que las caracteriza como pareja.
Tomando su concepto, se constituye una definición aproximada de lo entendible en cuanto a las relaciones de pareja, por lo que se distinguen elementos que, más allá del marco jurídico civil con que se estudian, unifican aspectos comunes que dan lugar a una conjugación del significado.
Dichos elementos son:
Unión
Dos personas
Deseo de unión exclusiva
Proyecto común
Sentimiento de compromiso
Por otro lado, de acuerdo con una investigación del Instituto Politécnico Nacional (IPN) denominada Género y amor: principales aliados de la violencia en las relaciones de pareja que establecen los estudiantes del IPN, realizada en el año 2012, se describe a la pareja como la “forma de relación que implica un acuerdo legal o consensual entre dos personas para el intercambio erótico-afectivo, haya o no cohabitación; es sostenida por un fuerte vínculo sexual y amoroso” (p. 5). De este concepto, se extraen los elementos:
Forma de relación
Acuerdo
Dos personas
Erotismo y afectividad
Haya o no cohabitación
De esta manera, si se integran todos estos elementos, se puede apreciar la siguiente red que permite colocarse en un plano conceptual de lo que se entiende por una relación de pareja a partir de diversos enfoques disciplinares.
Esquema III. Relación de pareja.
Fuente: elaboración propia con base en Melero (2008); IPN (2012); Fernández (2014).
Desde este enfoque, se parte de una concepción genérica de lo que significa establecer relaciones en pareja con elementos que han persistido con el paso de las generaciones, pero que también se han desplazado por añadidura de otros, mismos que otorgan un carácter fluctuante, diverso e innovador, como por ejemplo los acuerdos y que exista cohabitación o no, y es justo esta incorporación lo que atribuye diversas ramificaciones de las relaciones de pareja como las siguientes.
Domingo (2003) ofrece un atractivo universo diversificado de la multitud de cambios que ha vivido la cultura occidental, donde han surgido diversas formas de establecer la vida en pareja, aludiendo a que muchas de las uniones existentes “no siguen los esquemas de lo que tradicionalmente se ha entendido como pareja” (p. 9).
Por esta razón, y pensando en la variedad de cambios que han sufrido las relaciones sentimentales a lo largo de los últimos años, muestra una recapitulación de experiencias que confluyen en las siguientes categorías teóricas, mismas que fueron ilustradas con fotografías reales que se estrechan a las características documentadas por la autora, las cuales fueron donadas voluntariamente por quienes aparecen en ellas, en una solidaria y atenta muestra de coparticipación para la producción de este capítulo.
Son parejas formales con acuerdos de incluir a un tercero en la relación, o bien que formulan su convivencia con base en libertades propias de cada uno. En algunos casos se da lugar al swinging (intercambio de pareja) que resulta “una nueva forma en que las parejas estables pueden mantener relaciones sexuales con dos o más de dos personas” (p. 52).
Las relaciones que optan por establecer el vínculo sin contratos de exclusividad o de unión, mantienen afianzados otros canales de fortaleza, tales como la amistad, lealtad, comunicación, empatía, afinidades, permisibilidades, confidencialidades, etc., lo que permite que ambos obtengan satisfacción de sus propias autodeterminaciones y códigos de afectividad.
Buba Stone (25 años), alcaldía Gustavo A. Madero y John Goringa (24 años), alcaldía Iztacalco, Ciudad de México.
Parejas con diferencia de edad
Son aquellas uniones donde la edad es distinta y un elemento que afianza la relación, según los especialistas. Este tipo de relaciones, donde uno de los dos es mayor, van ligadas a factores como “sabiduría, experiencia, imágenes paternas o maternas, o la simple química” (p. 64). En ciertos contextos, la concepción de hombres y mujeres de cómo llevar su vida en pareja, deja atrás aquellas limitantes que imponían los demás miembros familiares.
Mónica B. (34 años) y César C. (23 años), alcaldía Iztapalapa, Ciudad de México.
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