Carlos Camacho - Tamara

No lo sé, lo más seguro es que el tiempo me dé la respuesta de lo que percibo, tal vez me equivoque pero pienso que Tamara puede ser una mujer con muchas más sorpresas de lo que realmente espera Karl de ella.

Alfo – Pues para ser honesto ella es lo mejor que le ha pasado a nuestro amigo desde hace mucho tiempo, lo menos que podemos hacer por él es apoyarlo en esta nueva etapa de su vida para que sepa que estamos ahí por él, teniendo en mente que siempre estaremos para lo que se le ofrezca, no importando que pueda pasar, ¿no lo crees?

Tom – Sí, creo que tienes razón, eso es en lo que debemos de estar enfocados para que Karl sienta que estamos apoyándole como siempre lo hemos hecho.

Karl – ¡Que pasa! ¿Cómo están?

Alfo – Muy bien, Karl, Tom y yo estábamos platicando acerca de lo feliz que eres ahora con Tamara, te has sacado la lotería, de eso no hay duda alguna.

Tom – Así es, Karl, estaba comentándole a Alfo que hay algo que me parece extraño en Tamara, pero a decir verdad no puedo decir con precisión que es.

Karl – Lo único inusual que yo he notado en Tamara es el hecho de que nunca he encontrado a nadie como ella, en verdad, lo cual es extremadamente extraño. Creo que esta fue una oportunidad única que se me dio para conocer a alguien que realmente se acopla a mí en muchos sentidos, tanto mental, ideológico, sexual y romántico, no creo que tenga una segunda oportunidad en mi vida para encontrar a alguien como ella.

Voy a ser completamente honesto con ustedes como siempre lo he sido, desde que la vi en el bar supe que debía entablar una conversación con ella, porque de no hacerlo me iba a arrepentir por el resto de mi vida, tuve miedo de perderla aunque aún no la conociera, lo más extraño es que ningún hombre le habló desde que la estuve observando, así que tuve una oportunidad de oro aquel día. Hasta ahora la conocen porque ni siquiera yo creía el monumento de mujer que estaba a mi lado, me enamoré desde que mis ojos la vieron, esto es el principio y todavía hay muchas cosas que tenemos que vivir ella y yo.

No estoy diciendo que la vida va a ser color rosa, que no tengamos diferencias o problemas, pero estos son cotidianos y no interfieren o tienen que ver con la relación que tenemos día a día, como todas las parejas siempre tendremos algo en qué mejorar, el tiempo nos dirá en qué debemos poner atención para evitar problemas cotidianos, pero es lo único que les puedo decir, por lo demás no tengo ninguna queja o algo malo que tenga que ocultarles acerca de ella.

Por cuestiones del destino nos conocimos accidentalmente cuando ella se encontraba en el país, ustedes mejor que nadie conocen cómo fueron mis relaciones anteriores, error tras error, fijándome en quien no debía o en quien no debería de haber confiado en lo absoluto. La pasé mal, qué les puedo decir si vieron la clase de problemas en los que me metí a causa de mis mujeres anteriores; no es por nada pero no seguiría con vida de haberme quedado con alguna de ellas, eso no lo van a negar.

Primero con Karla, ¿recuerdan lo entrometida y celosa que era?, al principio estaba bien porque todos necesitamos un cierto nivel de celos, pero después se volvió bastante incómodo hasta el punto de decir basta, la gota que derramó el vaso fue cuando contrató a ese investigador privado para que me siguiera todo el tiempo y ver a dónde iba, con quién me encontraba o a qué hora estaba respirando, fue una situación bastante brusca, quiero decir, yo no hacía nada malo, no la engañaba o estaba haciendo algo indebido que atentara contra nuestra relación o integridad.

Creo que de haberla engañado o de haber hecho algo que no estuviese bien me hubiera matado en cualquier momento, no tengo ninguna duda de ello, fue bastante difícil. ¿Recuerdas, Tom, cómo te llamaba a cada rato para saber si estaba contigo o para saber mi paradero?

Tom – Sí, lo recuerdo perfectamente, fue algo que siempre me molestaba de ella, simplemente no te daba tu espacio para que hicieras tus cosas o trabajaras, creo que solo le faltaba insertarte un chip en el cerebro para ver dónde te encontrabas. Hubo una llamada donde me gritó por teléfono porque ella estaba cien por ciento segura de que tú estabas conmigo, cuando en realidad habías salido de la ciudad por una convención de tu empresa.

Cuestión que ella sabía pero no creía que fuera cierto como le habías dicho, todo a causa de sus celos sin fundamento. Cuando te dije lo que había sucedido te encabronaste bastante, voy a ser sincero, nunca te había visto tan enfadado como ese día y la verdad no espero verte así nuevamente por lo que me resta de vida, siempre has sido una persona tranquila pero cuando te enciendes lleno de coraje, ni quien te detenga.

Estoy seguro de que nunca habías conocido a una mujer tan insegura de sí misma en toda tu vida, la verdad es que la inseguridad ha matado más relaciones de pareja de la que te puedes imaginar, Karl, sea el hombre o la mujer que sufre celos hasta el límite, la confianza se va deteriorando, eventualmente ya no se puede seguir más en la relación. Bueno, en este caso ella te rogó y rogó innumerables veces que no la dejaras porque estaba tan enamorada y no sabría qué hacer si no estabas en su vida.

Karl – Es correcto, incluso amenazó con quitarse la vida si es que la dejaba o planeaba irme definitivamente de su lado, fue bastante peligroso pero al final no le funcionó esa técnica. Cuando me di cuenta del juego nada agradable que estaba haciendo solamente para retenerme fue algo que me marcó como no se imaginan, sabía que ella ya no me amaba en lo absoluto, solo era una mujer controladora que tenía muchos problemas existenciales.

Cuando estábamos viviendo juntos yo había llegado de una conferencia que había tenido lugar en Salt Lake City, Utah, resulta que no llegué a la hora que le había dicho porque hubo un retraso en el vuelo de regreso a casa; pues ella no lo entendió y me dijo que con qué mujer me había ido para llegar a una hora diferente, que de seguro había contratado una acompañante para divertirme un rato o que me había ido con una gringa que había conocido en algún lugar de la ciudad, en fin, por más que le daba razonamientos lógicos simplemente no la podía calmar.

Peleamos un par de horas por el teléfono a pesar de que le había mandado la información a su correo del retraso del vuelo, eso no fue suficiente para ella porque seguía con su negligencia. Al final de cuentas cuando llegué a casa pensé que se le había quitado lo loca, lamentablemente no fue así, todavía seguimos discutiendo durante un buen rato; tan enojada estaba que tomó un cuchillo de un cajón de la cocina, me amenazó con matarme si no le decía la verdad, la cual ya le había previamente explicado.

Karla – ¿Crees que soy tan estúpida para no darme cuenta de que cambiaste la hora de vuelo de regreso a México con tu celular?

Karl – No hay ningún indicio de que eso haya pasado si revisas la imagen detenidamente, mira, acá tengo el boleto con la confirmación del retraso del vuelo de regreso por parte de la aerolínea, no tienes que ponerte en ese plan.

Karla – Esta no es la primera vez que pasa algo así, de seguro te la pasaste con alguien más en el aeropuerto, una de esas mujerzuelas que seguramente conociste en Utah y claro, como ibas solo, pues tuviste que aprovechar la oportunidad.

Karl – ¿Cuántas veces te he engañado? ¿De qué carajos estás hablando? Estuvimos comunicándonos todo el tiempo que estuve fuera del país, estás delirando al cien por ciento.

Karla – ¡No te hagas pendejo! Esa vez que estabas con tu prima en la fiesta que ella te estaba tocando la pierna y te veía con ojos de quererte besar, a mí no me engañas, sé muy bien que tus intenciones eran simplemente acostarte con ella porque es muy atractiva y solo le mirabas los senos. Qué raro que siempre estaban juntos y se llevan muy bien desde que me la presentaste, eres un maldito caliente degenerado, seguramente te tiraste a tu prima mil veces, no sé cómo pude terminar con un puerco como tú.