En el año del 2006, la Conaie recobró parte de su influencia política gracias a sus protestas en contra de acontecimientos como la firma del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, la participación de Ecuador en el Plan Colombia, la adjudicación a la potencia del norte de la base de Manta, la terminación de un contrato petrolero con la empresa Occidental, así como por su convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente (Cruz, 2012, pp. 13-14). Estas exigencias resultaron claves en la campaña presidencial que comenzó ese mismo año, para las cuales Pachakutik decidió presentar a Luis Macas como candidato.
Por su parte, Rafael Correa se presentó como integrante del Movimiento Alianza PAIS (Patria Altiva i Soberana), una coalición de fuerzas políticas de izquierda creada con el propósito de vencer a Álvaro Noboa y llevar a Correa a la presidencia. Su campaña política se encargó de presentarlo como un “humanista cristiano, izquierdista moderno, bolivariano y alfarista” (Báez, 2010, p. 189), así como un ferviente crítico del neoliberalismo y de la partidocracia que sometía al país a las corruptelas de la clase política tradicional desde el retorno a la democracia en 1979.
Luego de que el candidato de la derecha resultara victorioso en la primera vuelta electoral, el movimiento Pachakutik y otras fuerzas de izquierda decidieron apoyar a Rafael Correa, lo que le permitió alcanzar la presidencia del país. El gobierno de Correa –que, paradójicamente, se compondría por distintos funcionarios formados en organismos multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo e incluso el propio Banco Mundial (Dávalos, 2014)– propuso la realización de una revolución política, a la que bautizó Revolución Ciudadana20, que tendría como propósito acabar con la “larga noche neoliberal”. Una de sus primeras disposiciones fue la realización de una Asamblea Constituyente plenipotenciaria, con lo cual demostró una confluencia con la agenda del movimiento indígena. Sin embargo, este colectivo no fue protagonista activo de la transformación política, sino más bien un subsidiario con “poco margen de maniobra” (Cruz, 2012, p. 14).
Si bien la promulgación de la Constitución del 2008 (también conocida como Constitución de Montecristi) reconoció los derechos de la naturaleza, el carácter plurinacional y multiétnico de Ecuador21, y elevó a rango constitucional la cosmovisión ancestral del sumak kawsay o buen vivir, el proceso constituyente mismo evidenció diferencias políticas entre Pachakutik y Alianza PAIS, que derivaron en el rompimiento de relaciones el 13 de mayo del 2008 (Cruz, 2012, p. 16) y en la paulatina profundización del distanciamiento entre ambos bandos en el transcurso de los periodos presidenciales de Correa.
En el 2013, con la terminación de la Iniciativa Yasuní-ITT y el comienzo de los preparativos para explotar el bloque petrolero 43, las expresiones organizativas de los distintos pueblos y naciones indígenas de Ecuador asumieron diversas posturas frente a las políticas de extracción de recursos en la Amazonía ecuatoriana, pasando por el abierto rechazo (Confeniae, Conaie, entre otras), manifestaciones de apoyo (Nacionalidad Waorani del Ecuador –NAWE–), así como procesos de división y polarización interna, con la conformación de facciones tanto de apoyo como de oposición al gobierno de Correa dentro de la misma colectividad (Nacionalidad Achuar del Ecuador –NAE–)22.
En retrospectiva, el triunfo electoral de Rafael Correa se produjo como consecuencia de una confluencia electoral en torno a un proyecto que prometía acabar con el modelo neoliberal en el país y recuperar la soberanía nacional frente a los Estados Unidos de Norteamérica, en un contexto de agotamiento de la clase política tradicional y de las políticas neoliberales. Aunque en un principio contó con el apoyo de distintos sectores de izquierda y de organizaciones de los pueblos indígenas –con los cuales estableció nuevas pautas para el ejercicio político–, posteriormente evidenció fuertes discrepancias programáticas con estos, que a la postre derivaron en la abierta oposición de dichos grupos ante el manejo gubernamental de temas como la soberanía, el cambio de matriz productiva y la superación del desarrollo capitalista, así como de las políticas de depredación de la naturaleza, dentro de las cuales el Yasuní-ITT es uno de los casos más emblemáticos.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.