Dr. Francisco Valdés Ugalde
Director General Flacso México
La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Sede México, a través del Grupo de Políticas Educativas, organizó el seminario internacional “Reforma educativa: ¿qué estamos transformando?”, el cual tuvo lugar los días 25 y 26 de septiembre de 2013. Uno de sus principales propósitos fue comenzar a construir espacios de discusión, reflexión y diálogo entre distintos actores, en torno a los contenidos de la reforma educativa, a fin de generar información útil y relevante para la sociedad mexicana.
Recientemente se aprobaron reformas y adiciones a los artículos 3° y 73° constitucionales, por lo cual nos interesó crear un espacio de reflexión y discusión en torno a los principales ejes de la reforma educativa. Para ello organizamos cuatro mesas de discusión, en las que se abordaron diversos temas relevantes sobre la reforma educativa, los cuales responden a ejes centrales de la reforma: el servicio profesional docente (SPD); las implicaciones laborales de la reforma educativa; el federalismo y la gestión en el marco de la reforma educativa, y la evaluación y la política educativa.
La relevancia de este debate tiene que ver con que los cambios aprobados y los objetivos señalados en el marco de la reforma actual se convertirán en la referencia de la política pública educativa de esta década, por ello es necesario sumar reflexiones y análisis que aporten elementos a los diversos actores involucrados, para que los cambios y acciones emprendidas tengan siempre como mirada estratégica la calidad de la enseñanza y el logro educativo, pero sin perder de vista las necesidades de pertinencia, equidad y atención a la diversidad educativa en nuestro país.
El debate comprendió cuatro mesas de discusión, bajo la conducción de un moderador. En la primera se retomaron las dimensiones técnica y política de la creación del servicio profesional docente, así como las perspectivas de una nueva relación entre la autoridad educativa y el magisterio, con implicaciones para los nuevos y futuros contenidos de la gobernabilidad del sistema educativo y una orientación clara hacia el desempeño profesional. En la segunda se buscó debatir sobre las posibles implicaciones laborales del SPD y su necesaria conexión con el aseguramiento de la calidad de la enseñanza, con miras a la complementariedad entre el derecho a una educación de calidad y el derecho laboral de los docentes y directivos.
La tercera mesa se propuso ubicar los ejes de la reforma en el contexto y realidad del federalismo educativo, con énfasis en los compromisos y atribuciones de los estados y del poder federal, en la gestión de la educación que realizan. En la mesa cuatro, se reflexionó sobre los temas, cuestiones y criterios para institucionalizar la evaluación, con la finalidad de definir sus aportaciones para la mejora efectiva del sistema educativo y articular mejor la relación entre evaluación y política pública.
En este volumen, el lector encontrará los contenidos relativos a las mesas 1, 2 y 4, esta última se la ha renumerado como “Mesa 3”.
Gloria Del Castillo, Lorenzo Gómez Morín, Francisco Miranda, Maura Rubio, Giovanna Valenti
Grupo de Políticas Educativas
Mesa 1
El Servicio Profesional Docente: los ejes de discusión y debate
Gloria Del Castillo Alemán
La discusión de esta primera mesa con la cual abrió el seminario-debate tuvo el propósito de discutir y hacer visible en la agenda política y de políticas educativas de qué forma se imbrican aspectos técnicos y políticos en la reforma educativa 2013, en la cual la Ley General del Servicio Profesional Docente ocupa un lugar central y estratégico, derivado de que la apuesta gubernamental radica en detonar cambios en la calidad, mediante una ruta aparentemente técnica: la profesionalización docente.
Para valorar y visualizar los alcances y límites de la reforma de 2013, se sugirió tener en cuenta dos grandes preguntas relacionadas con la reforma de 1992: qué ha cambiado desde entonces en términos de cobertura, calidad, equidad y pertinencia educativas y, por qué después de poco más de veinte años de reformas persisten problemas de antaño, como los relativos a la baja eficacia en los procesos de enseñanza-aprendizaje, la débil pertinencia en la formación continua del magisterio en servicio y los magros resultados en términos de logro educativo. Tener en mente ambas interrogantes sirvió, en buena medida, para recuperar la discusión de hoy a la luz de por lo menos dos aspectos que nos permiten comprender la imbricación entre lo técnico y lo político. Estos dos aspectos son 1) la lógica bajo la cual se ha construido y ha cambiado el sistema educativo mexicano, a fin de visualizar de qué manera se ha priorizado lo político (gobernabilidad) frente a lo técnico (políticas efectivas) en coyunturas de cambio; y 2) qué aspectos intervienen en el origen más estructural de la no resolución de problemas asociados con la baja calidad o magros resultados en términos de logro educativo. De ahí que el título de esta mesa de discusión haya buscado recuperar y comunicar la tensión entre lo técnico y lo político que generan la naturaleza de los cambios propuestos por la reforma educativa 2013.
La dimensión técnica está dada a partir de la búsqueda de la eficacia (mejor logro educativo) a través del diseño de un servicio profesional docente (de carrera), cuya intención es regular el ingreso, promoción, reconocimiento y permanencia de docentes, directores y supervisores escolares; en tanto que lo político se hace patente desde el momento en que la autoridad educativa manifiesta la necesidad de recuperar la rectoría del Estado en asuntos educativos, a través de un pacto político entre las principales fuerzas partidarias del país (PRI, PAN, PRD) y no mediante un acuerdo político con la representación sindical, como sucedió en 1992. Al respecto podemos decir que está parte del sello político de la reforma. El otro componente político central radica en la tensión que se genera, en la medida en que la reforma trastoca derechos político-laborales adquiridos por el magisterio desde hace casi siete décadas. Así, la reforma en cuestión tiene sobre todo un cariz político y laboral, como premisa para cambios de orden educativo.
En esta mesa de discusión se partió de la idea de que lo que detonó la reforma de 2013 tiene un fondo político-laboral que entra en tensión con su dimensión técnica; esto es, el cambio aparentemente técnico vía un servicio profesional docente está acompañado de un trasfondo político, difícil de desconocer y, en consecuencia, obviar. Dicho trasfondo radica en derechos políticos adquiridos que, de manera simultánea, han sido, durante décadas, componentes centrales de la gobernabilidad del sistema educativo e incluso del sistema político mexicano.
Hasta el momento podemos identificar diversas respuestas del porqué en el sistema educativo mexicano persisten problemas de baja calidad. Desde la perspectiva gubernamental, el origen de esta situación guarda un estrecho vínculo con los rasgos que caracterizan la relación entre la autoridad educativa (es decir, la SEP) y la representación sindical. Implícitamente, se reconoce una pérdida de autoridad y autonomía en la toma de decisiones por parte de esta secretaría. De aquí el énfasis inicial de la reforma en la necesidad apremiante de recuperar la rectoría del Estado en el ámbito de la educación. Esta postura, en principio, dio pie a pensar en la posibilidad de una nueva gobernabilidad, [1]sin embargo, al paso de los meses, lo que vemos es que priva una gobernabilidad cuyos componentes continúan siendo el centralismo, el control (como fin) y la desconfianza.
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