Tabla 4. Modelos predictivos de las conductas externalizadas, internalizadas y cualidadespositivas como indicadores de adaptación |
Modelo/Pasos |
Predictores |
Criterio |
β |
Wald |
Exp(β) |
95% I.C. |
1 |
Presiones económicas |
ConductasExternalizados |
-.223 |
20.316 |
.977 |
(.882, 953) |
|
Afrontamiento productivo |
|
-.221 |
12.924* |
.979 |
(.955, 1.003) |
2 |
Afrontamiento no productivo |
|
.216 |
4.303* |
.994 |
(.971, 1.017) |
|
Con referencia a otros |
|
.158 |
8.345** |
1.060 |
(1.009, 1.113) |
3 |
Funcionamiento familiar |
R2 = .477 |
-.022 |
4.632* |
.980 |
(.959, .998) |
1 |
Afrontamiento no productivo |
Conductasinternalizadas |
.199 |
11.200* |
.991 |
(1.031, 1.172) |
|
Afrontamiento productivo |
|
-.086 |
4.141* |
1.090 |
(1.003, 1.184) |
2 |
Apoyo social percibido |
|
-.122 |
9.018** |
1.130 |
(1.043, 1.224) |
3 |
Funcionamientofamiliar |
R2 = .345 |
-.124 |
2.321 |
.884 |
(.756, 1036) |
1 |
Presiones económicas |
Cualidades positivas |
-.189 |
16.003* |
1.002 |
(.844, 1.063) |
|
Afrontamiento productivo |
|
.280 |
14.296** |
1.083 |
(1.034, 1.136) |
|
Afrontamiento no productivo |
|
-.197 |
11.157** |
.948 |
(.870, 960) |
2 |
Apoyo social percibido |
|
.096 |
2.138 |
1.006 |
(.977,1.035) |
3 |
Funcionamientofamiliar |
R2 = .286 |
-.345 |
10.341** |
.893 |
(.919, .978) |
N=278; p < 0.05*; p < 0.01*.
Discusión y conclusiones
El primer objetivo general de este estudio fue examinar el valor predictivo de variables como presión económica, afrontamiento, apoyo social percibido y funcionamiento familiar en la adaptación usando como indicadores las conductas internalizadas, externalizadas y las cualidades positivas en adolescentes de contextos de marginación y AE. Para garantizar la presencia de adversidad económica se construyeron variables para identificar a chicos y chicas que presentaban marcadores de adversidad diferenciándose de los que no presentaban. De esta forma se constató que la adaptación puede estar dada por otras variables y no necesariamente sólo por el contexto de marginación en el que viven los adolescentes. Se observaron diferencias significativas entre los adolescentes identificados con AE y los que se consideraron sin adversidad económica, por no cubrir con todos los criterios (SAE) (Conger y Conger, 2008). Las diferencias fueron en casi todas las variables, excepto en el afrontamiento con referencia a otros y apoyo social percibido. El grupo con AE mostró mayor percepción de presión económica, mayor nivel de conductas externalizadas y también internalizadas, aunque con diferencias significativas a nivel casi marginal, con una potencia por debajo de lo esperado (80%) y con un tamaño del efecto pequeño. Los modelos predictivos de cada una de las conductas confirman la importancia del afrontamiento en los procesos adaptativos en contextos de AE (Rutter, 2007; 2013). Se constató la asociación entre un estilo de afrontamiento productivo y las conductas positivas, mostrando su rol predictor en este tipo de conductas (Wadsworth y Compas, 2002; Wadsworth et al., 2013). Por el contrario, se encontró que el estilo no productivo contribuye a la presencia de conductas internalizadas. En los tres modelos de adaptación (conductas internalizadas, conductas externalizadas y cualidades positivas), que se examinaron, el afrontamiento productivo o funcional resultó ser un factor protector común para los tres tipos de comportamientos e indicadores de adaptación (Santiago et al., 2012; Wadsworth et al., 2011; 2013). En concordancia con Camara et al. (2017) el papel del afrontamiento con referencia a otros no resulta del todo claro. Aunque se encuentra relacionado tanto con las conductas externalizadas como internalizadas, sólo fue predictor de las conductas externalizadas, pero no de la internalizadas, ni de las cualidades positivas. Este resultado es similar a datos previos que señalan que el apoyo social percibido puede tener un doble papel, ya que el afrontamiento con referencia a otros y relacionado con la búsqueda de apoyo social, por ejemplo, de pares, en ambientes de desventaja económica o de clase socioeconómica baja puede representar un riesgo (Santiago et al., 2011; Taylor, 2010). No obstante, la presión económica no parece asociarse a las conductas internalizadas cuyo predictor más fuerte parece ser el afrontamiento no productivo.
Esto parece apoyar el hecho que el afrontamiento con referencias a otros fue un predictor de las conductas externalizadas, generalmente de mayor prevalencia en estos contextos de riesgo, a diferencia del grupo de conductas internalizadas, las cuales parecen asociarse más al uso de estrategias no productivas como la rumiación o la autoculpa, siendo su principal predictor en esta muestra, junto con un menor apoyo social percibido (Hampel y Petermann, 2006). Contrariamente a otros estudios (Camara et al., 2017; Malecki, y Demaray, 2006), la percepción del apoyo social no fue de los mejores predictores de la adaptación global como podría haberse esperado. Sin embargo, para el grupo de conductas internalizadas resultó ser un predictor negativo, es decir, la menor percepción de apoyo social se asoció a la presencia de conductas internalizadas como la depresión, la ansiedad y el retraimiento, como se menciona previamente (Barrera et al., 2019). Tampoco el funcionamiento familiar global presentó una asociación significativa con la adaptación general, en el modelo global, cuando se analizó con otras variables de manera conjunta, a pesar de que los análisis correlacionales bivariados mostraron relación con todos los indicadores de adaptación (conductas internalizadas, externalizadas y cualidades positivas) de forma similar a otros estudios (Schwartz et al., 2015; Youngblade et al., 2007). Cuando los análisis de regresión se hicieron tomando como variables criterios los tres tipos de conductas, externalizadas, internalizadas y cualidades positivas por separado, el funcionamiento familiar mostró un valor predictivo en las primeras, por ejemplo, rompimiento de reglas, delincuencia y agresividad de manera similar a reportes previos (Cavendish et al., 2014; Dekovic et al., 2004). Sin embargo, aunque sí hay relación entre el funcionamiento familiar y las conductas internalizadas, no resultó ser un predictor significativo como se informa en otros estudios (Francisco et al., 2016; Sheidow et al., 2014).
Asimismo, las cualidades positivas tuvieron como primer predictor, aunque negativo, la presión económica, lo cual parece indicar que los adolescentes a pesar de tener algunas condiciones de AE no perciben su situación económica con presión, lo que parece reflejar una diferencia importante con los adolescentes que presentan conductas internalizadas y externalizadas (Conger y Conger, 2008; Wadsworth et al., 2011). El afrontamiento productivo y el no productivo también fueron predictores de las cualidades positivas, el primero con una asociación positiva y el segundo negativa. Es decir, parece que el afrontamiento productivo, junto con las otras variables, entre ellas un funcionamiento familiar positivo, contribuye a que los adolescentes presenten conductas positivas a pesar del contexto de marginación en el que viven (Traub y Boynton-Jarrett, 2017). Sin embargo, se observa que el modelo de cualidades positivas fue el más débil, tal vez debido a que los reactivos que evalúan los recursos son relativamente escasos en comparación con el número de reactivos con los que se evalúan las conductas internalizadas y externalizadas (Barcelata y Márquez, 2019).
Читать дальше