Además del impacto causal de los procesos biológicos o el daño biológico sobre nuestra experiencia subjetiva, existe una multitud de otros procesos y regularidades observadas que se encuentran fuera del ámbito de la perspectiva estrictamente subjetiva que deben ser incluidas en una buena teoría y práctica de la psicoterapia. En cierta medida, los éxitos o fracasos, las circunstancias sociales, económicas y políticas, los rechazos y acogidas de otros pueden ser filtrados por nuestras proclividades subjetivas, pero también tienen un impacto que deber ser explicado fuera del foco exclusivo de la subjetividad. La investigación revela regularidades poderosas entre los eventos y la conducta y la experiencia subjetiva que va asociada. Aquí otra vez nos encontramos con lo que Opazo denomina "la realidad" y "la subjetividad". La gran cantidad de estudios sobre, por ejemplo, las contingencias de refuerzo, necesita ser parte de nuestro entendimiento, complementando el conocimiento obtenido mediante un punto de vista empático o subjetivo. Al igual que con la paciente de Claparede, a veces hacemos cosas debido a razones que son distintas a nuestra explicación subjetiva de nuestro comportamiento o experiencia. Asimismo, al intentar superar la ansiedad asociada a una circunstancia o experiencia particular, la comprensión de la dinámica de la exposición necesita complementarse con la inmersión empática o el esfuerzo por explorar la construcción subjetiva de la experiencia. De manera similar, aludiendo a la importancia de un punto de vista "externo" o más "objetivo" para complementar lo interno o la subjetividad, la investigación discutida por Dollard y Miller y otros sobre la dinámica de los conflictos de aproximación-evitación, los gradientes de ansiedad o temas similares, entrega un significado y una ventaja a formulaciones desarrolladas originalmente desde puntos de vista distintos. Tal como discute Opazo, existe un gran cuerpo de investigaciones sistemáticas que complementan bastante la inmersión empática al facilitar nuestros esfuerzos por construir una teoría efectiva y concebir las intervenciones terapéuticas más efectivas. No prestar atención a la evidencia sistemática sobre cuándo y cómo los eventos presentes impactan nuestra experiencia subjetiva o de cómo son en parte un producto de procesos impersonales característicos de nuestra especie, o incluso compartidos con otras especies, es ser injustos con la misma experiencia subjetiva. Y, desde el punto de vista de Opazo, es también fallar en ser suficientemente integrativo.
Al desarrollar el concepto tanto de la subjetividad como también de los factores que tienen un impacto sobre la subjetividad, Opazo presta bastante atención a la cognición y a los afectos. Somos seres pensantes y sintientes, y en el trabajo de Opazo la cognición y el afecto figuran de manera prominente, sin que ninguno se reduzca a la causa primaria o secundaria, tal como aparentemente algunos teóricos sugieren. Al elaborar sobre la dinámica compleja y multifacética de la personalidad y de la personalidad en relación a cuerpo y el contexto, Opazo no se restringe a lo que está inmediatamente disponible a la consciencia (y por ende de fácil acceso mediante los paradigmas de investigación más "convenientes" que facilitan la vida del investigador pero limitan la trascendencia de sus investigaciones). La experiencia consciente es la punta del iceberg del funcionamiento psicológico, y Opazo le presta bastante atención a los procesos no-conscientes, desde aquellos que simplemente denomina "no conscientes" a los que llama inconscientes subliminales, a lo inconsciente reprimido que ha sido un fundamento clave de la psicoterapia moderna desde sus primeros años. Al evaluar e integrar estas distintas dimensiones no-conscientes, se mueve desde las fuentes tradicionales de evidencia e ideas clínicas, pasando por los fenómenos de la hipnosis, la neurociencia cognitiva y una gama de otras perspectivas y paradigmas de investigación en esta área.
Opazo mantiene un foco considerable en la experiencia de la individualidad y la identidad. Con esto, ofrece un planteamiento innovador, distinguiendo seis dimensiones diferentes de la identidad personal; relacionando la identidad personal a la biología, cognición, afecto, procesos inconscientes, ambiente y el sistema familiar. Ciertamente, estas seis dimensiones se traslapan. No son seis dimensiones ortogonales. Sin embargo, son formas de mirar la identidad y cada una aporta algo importante, y Opazo está en lo cierto de que muchas discusiones sobre la identidad no incluyen completamente estas seis perspectivas.
A lo largo de este libro, Opazo presta particular atención al sentido. En comparación a otros autores integrativos, se apoya bastante en el trabajo de Viktor Frankl, y le presta un grado considerable de atención, no solo a lo que significa una experiencia particular (el vínculo entre los eventos "externos" y los fenómenos y experiencias "internas" o subjetivas), sino que también a las importantes dimensiones del sentido y la falta de sentido. De esta forma, ofrece un puente entre los fenómenos sociales y culturales que influyen tan profundamente en nuestras vidas y la individualidad, que es el foco principal del terapeuta cuando trabaja con personas (o, en una escala un poco mayor – pero aun así una escala de un orden diferente de la cultura y la sociedad – con parejas, familias o grupos). Los fenómenos culturales no operan sobre receptores pasivos del mensaje cultural. Afectan probabilísticamente a la gente, en la medida en que son filtrados por la subjetividad y la elaboración de sentido de los individuos que viven en la cultura. Este es un punto que Opazo destaca repetidamente.
En este libro, Opazo revisa las ideas y fenómenos clave, siempre desde un ángulo ligeramente distinto, cada vez agregando un elemento más de complejidad. Utilizando un conjunto de visiones características pero que se superponen, observa desde una perspectiva y luego desde otra. Su propósito, en cada una de estos sondeos, no es aditivo sino integrativo. La teoría y la elaboración de la teoría toman un rol central. El lienzo de Opazo es amplio, pero su foco es agudo y detallado. Cada nueva observación, cada nuevo insight requiere de una modificación de una perspectiva en evolución. El lector está a punto de embarcarse en un viaje con un guía que busca ver todo. Puede terminar cansado de este viaje, pero ciertamente no se aburrirá.
PAUL L. WACHTEL
Psychologist, University of Columbia
Ph.D., Yale University
Este libro estuvo a punto de no existir. A través de los años, fueron muchas las veces en las que me vi tentado de abandonarlo.
¿Por qué?
Simplemente porque el esfuerzo era demasiado. El escribir este libro me ha tomado más de 12 años. En horas, son literalmente miles; porque suman miles las horas de trabajo invertidas en lecturas de artículos, de libros, de fichas clínicas, de apuntes, en reflexiones, en redacción… Esto, sin contar mi trabajo clínico cotidiano, el cual he ido volcando – al menos parcialmente – en el libro que presento ahora. Esfuerzos, todos, trasladados finalmente al computador. Si el lector constata solamente la extensión del libro – y la amplitud de la bibliografía revisada – coincidirá conmigo en concluir que el esfuerzo no ha sido menor.
Desafortunadamente, los esfuerzos desplegados no garantizan en modo alguno la calidad de una obra. Bastaría un operar "con las tintas cargadas", para que los sesgos comiencen a cercenar el valor de los esfuerzos.
Читать дальше