En este libro, el lector constatará una actitud permanente de búsqueda de una síntesis del conocimiento válido existente. Lo cual involucra el rescatar el conocimiento válido, dondequiera que se encuentre, a fin de poder realizar una especie de "arqueo de caja"… del conocimiento válido que la psicoterapia ha venido acumulando en el tiempo.
Sin embargo, no se trata de rescatar para "amontonar"; se trata de rescatar para integrar; organizadamente, en el contexto de una totalidad coherente. Y este rescatar lo válido, organizadamente, pasa a ser fundamental a la hora de nutrirnos de nuestra historia.
Es así que, en estas páginas, el lector encontrará una búsqueda "omnipresente" de integración… la cual desde nuestra óptica involucra el conectar – en una totalidad coherente – las partes válidas diferentes que vayamos encontrando.
Los autores coinciden en que la principal diferencia entre una aproximación ecléctica, y un enfoque integrativo, consiste en que este último involucra la presencia de una teoría integrativa guiadora… para todo el quehacer del enfoque. Es así como, la calidad de la teoría integrativa involucrada en cualquier enfoque integrativo, determinará en definitiva la calidad del enfoque en cuestión. El tema no es menor; enfoques integrativos – carentes de teorías realmente integrativas – pueden aportar desorden y pueden parecerse mucho a aproximaciones meramente eclécticas.
Es así que, aquí, procuramos proponer algo diferente. Una teoría integrativa que "califique para el cargo"… y que sea capaz de guiar el desarrollo y la práctica clínica de una psicoterapia realmente integrativa.
Por lo tanto, en estas páginas, se procurará el ir generando una teoría completa, integrativa y no reduccionista, la cual surge a partir de los datos válidos que han venido aportando las evidencias. Una macro-teoría, capaz de abarcar los 360 grados de la dinámica psicológica, sin dejar conocimientos válidos "en el tintero", y sin permitir el ingreso de conocimientos de dudosa validez o simplemente no válidos. Y capaz de ayudar a guiar la evolución de la disciplina.
En estas páginas, se propondrá una psicoterapia integrativa capaz de aportar potencia al cambio, con la consiguiente contribución a nuestros pacientes.
A través del libro veremos cómo, el dar "profundidad a la comprensión", se relaciona directamente con lo que entrega nuestro Supraparadigma Integrativo. Y cómo, el aportar "potencia al cambio", se relaciona directamente con nuestra Psicoterapia Integrativa (EIS). Tan fundamental es esto, que ha sido llevado al título del libro que aquí estamos iniciando.
Por supuesto, el "procurar y el buscar" son diferentes del "alcanzar y el lograr". De este modo, el grado en el que se vayan alcanzando los loables objetivos recién expuestos, lo decidirán otros; entre ellos, quien esté leyendo estas líneas. Y lo ratificará -o refutará -el tiempo.
En estas páginas estamos aportando un enfoque psicoterapéutico diferente. Enfoque que – por exigencias del conocimiento y de los pacientes – necesitamos que sea "mejor" que los enfoques existentes. Si se tratara tan solo de "otro enfoque más", este se agregaría a los cientos de "empatantes" enfoques existentes. En ese caso, simplemente, no merecería existir.
Lo anterior, sin embargo, no significa desconocer la importancia de la persona del terapeuta. Sí involucra asumir que, una persona adecuada, potenciará su accionar a través de un enfoque a su vez adecuado. Por tanto, mientras mejor sea el enfoque, y entre más adecuada sea la persona del terapeuta, mayores serán los beneficios para los pacientes.
En el contexto explicitado, nuestro interés en "superar" a los demás enfoques no deriva de motivaciones mezquinas, competitivas o prepotentes; constituye más bien una necesidad evolutiva. La disciplina, y los pacientes, no necesitan en modo alguno de "un mero enfoque más".
Entiendo que estas afirmaciones puedan generar "anticuerpos" en muchos colegas. Como lo hemos señalado tantas veces, los psicoterapeutas hemos venido prefiriendo estilos más humildes; en línea con "estas propuestas pueden valer tanto o menos que las tuyas". Grato en lo afectivo… inconducente en lo evolutivo.
Es el conocimiento el que nos exige que un nuevo enfoque sea mejor. Y son los pacientes los que nos exigen, con urgencia, tratamientos mejores… y a un costo menor. Es así como los pacientes no nos dirían "llévense bien"; nos dirían "ayúdennos más y mejor".
No deja de ser curioso que, existiendo alrededor de trescientos enfoques de psicoterapia, ninguno nos resulte satisfactorio. ¿Es que evaluamos desde la descalificación excesiva? ¿Es que, a través del criticar a otros, deseamos "abrirnos un espacio" para justificar nuestra propia existencia? ¿O es que tenemos razones válidas para no optar por ninguno de los enfoques existentes? Estas páginas contribuirán a despejar estas interrogantes.
A nuestros lectores les haré una promesa; y se trata de una promesa no menor. Cursa así: el leer este libro valdrá realmente la pena, para todo psicoterapeuta… sea para coincidir, sea para discrepar. Por supuesto, una vez más, corresponderá al lector el ir estableciendo el grado en el cual seré capaz de ir cumpliendo esta promesa.
Con las exigencias que me he venido autoimponiendo, los lectores quedan empoderados en un grado superlativo. Como para concluir: "el libro no le hace honor a lo ‘prometido’ por su autor"; o bien: "sí, ha cumplido". O… "ha cumplido parcialmente". Este riesgo evaluativo, mayúsculo, lo asumo con la mejor de las disposiciones. Es que, así como existe el "derecho de autor", podemos enfatizar aquí que existe el "derecho del lector".
El lector podrá preguntarse, también, acerca de los méritos que se requieren para escribir un libro de esta envergadura; la inquietud es de la mayor importancia. Sin embargo, no soy yo el indicado para responder a esto.
Lo que sí puedo aseverar es que, en estricto rigor, no existe una condición que garantice que un autor hará bien un trabajo como este.
Dicho lo anterior, solo quisiera intentar una argumentación en mi favor. Por supuesto, el escribir un libro como este requiere de esfuerzo, seriedad, información amplia, creatividad, experiencia clínica y mil otros requisitos… los cuales puedo cumplir en mayor medida o menos. Sin embargo, entre las condiciones requeridas para escribir este libro hay una que, a mi juicio, resulta esencial. Una condición con respecto a la cual creo poseer "alguna" ventaja comparativa... estoy ingresando al territorio de las actitudes.
Se trata de un territorio que integra cogniciones y afectos. En estas latitudes, mi argumentación pasa a cursar así: "El autor de este libro reúne un requisito importante para escribirlo; y es el que ha procurado construir – en sí mismo – una actitud en la cual, decididamente, el conocimiento válido – venga de donde venga – está primero".
Reclamo para mí esta "ventaja comparativa". Porque, a través de gran parte de mi trayectoria profesional, he venido cultivando una actitud de apertura amplia y completa… en busca del conocimiento. Una actitud que me permita acceder al conocimiento válido, en todas sus dimensiones, esté donde esté, me "convenga" o no, lo haya propuesto este o aquel… Purificando – en la línea de las reducciones "eidéticas" y "fenomenológicas" – he procurado, con una motivación muy profunda, el colocar al conocimiento válido como mi "punto omega": prioritario, en todo mi quehacer profesional.
Se trata, en mi opinión, de la condición más necesaria de todas... Se trata, en un sentido de fondo, de una condición absolutamente necesaria para escribir este libro. Necesaria, pero ni remotamente suficiente. Sin un intento serio por ubicar al conocimiento válido en primera prioridad, simplemente no podría escribir este libro. Sin embargo, el cumplir con este requisito no "garantiza" – en modo alguno – la calidad del libro.
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