Miguel Ángel Romero Muñoz - El ladrón de la lechera

Здесь есть возможность читать онлайн «Miguel Ángel Romero Muñoz - El ladrón de la lechera» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El ladrón de la lechera: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El ladrón de la lechera»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El ladrón de la lechera es una historia de superación que, como todas, necesita una dosis de solidaridad, amistad y amor. El protagonista ti ene que superar muchos obstáculos desde su infancia, pero nunca viaja solo en su camino. Familiares, amigos y vecinos lo acompañan. Los personajes y paisajes son ficticios, pero el lector reconocerá en ellos a personas de su entorno, de su día a día.La novela está fundamentada en cuatro pilares: el primero, la familia y los amigos, imprescindibles para superar cualquier difi cultad; el segundo reivindica la sanidad pública como pilar esencial, que la solidaridad tan solo sea un bonito gesto, no una necesidad; el tercero hace un alegato a la vida rural, lugar de donde procedo y donde quiero terminar mis días, donde el nexo entre el entorno y el ser humano ti ene una intensidad y una profundidad diferentes a otros lugares; el cuarto y último es un emotivo homenaje a la figura del vecino, mis vecinos , los de ayer pero también los de hoy, que como le ocurre a la familia Rodríguez también estuvieron ahí cuando las cosas no iban demasiado bien.

El ladrón de la lechera — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El ladrón de la lechera», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Desayunó y se abrigó más de lo habitual. La mañana estaba fría y la estrategia esta vez era distinta. Salió por la puerta trasera de la casa. Tuvo que dar una vuelta grande para poder situarse donde había pensado colocarse. Estaba un poco cansado de la situación, pero no podía dejar pasar aquello.

A lo lejos se podía ver el corral con claridad, y lo más importante, el camino que llevaba al pueblo. Ese era el camino que creía que utilizaba para marcharse. El de ida no lo tenía claro, pero el de vuelta estaba casi seguro que era ese. Era la forma más rápida para salir corriendo en la oscuridad de la madrugada. Tenía ganas de prender un cigarrillo, pero declinó hacerlo. En la oscuridad se le vería desde lejos; de esta forma, se acurrucó detrás de la palma y esperó. No tuvo que esperar mucho. Tenía la hora ya casi controlada cuando escuchó a lo lejos el tintineo metálico, que se aproximaba a la casa poco a poco, muy lento. Justo donde estaba escondido el carril hacía un pequeño cambio de rasante, provocando un efecto que parecía que estaba saliendo de la tierra poco a poco, pero ahí lo tenía delante. «Ahora casi te tengo, pero te esperaré a la vuelta y te sorprenderé tanto o más de lo que tú me has sorprendido a mí», se dijo para sus adentros.

Pasó delante de Inocencio, pero no se percató de su presencia. La oscuridad no le permitió verle la cara, pero sí la estatura: o se trataba de un niño, o era un adulto de baja estatura. A lo lejos pudo ver como se adentraba en el corral. Primero saludó y acarició a los perros. Después se puso a ordeñar con tranquilidad una de las ovejas; de esta forma, Inocencio pudo confirmar lo que había notado días atrás. Solo ordeñó una y rápidamente se puso de nuevo en marcha. A Inocencio le dejó un poco desconcertado que sus perros se dejaran acariciar por un extraño, pero ese no era ahora mismo su cometido. No salió corriendo, pero sí iba más deprisa que cuando venía llegando. Era evidente que cuanto antes se alejara, antes estaría a salvo. Inocencio se empezó a poner nervioso. Ahora no podía fallar, ya que si lo hacía, jamás volvería a verlo, así que dejó que pasara y, justo en ese momento, dio un salto al carril.

—Te tengo. Te he pillado, ladronzuelo. Ahora sí que eres mío.

El chiquillo hizo un intento de soltarse, pero la fuerza de Inocencio no le permitió más que dejarse caer al suelo y ponerse a llorar.

En el silencio que aportaban los primeros minutos de la mañana, solo se podía escuchar el llanto de un niño y el piar de un gorrión. El miedo lo había dejado paralizado. No quería levantar la cabeza del suelo; abrazó al pájaro y dejó caer la lechera. No tuvo que decir nada para saber cómo se encontraba, lloraba como un pobre desconsolado.

Inocencio estaba desconcertado. Él habría esperado un intento mayor de huida o alguna burda excusa, pero al ver a aquel chiquillo llorando, no supo reaccionar. A decir verdad no supo qué hacer, así que decidió esperar hasta que el llanto cesara un poco; no obstante, por fin pudo averiguar de dónde procedía el ruido metálico que tantos días lo había tenido al borde de la locura. No era más que una simple lechera.

Capítulo 4

Cuando lo vio un poco relajado, Inocencio comenzó con el interrogatorio.

—A ver, chiquillo, ¿cómo te llamas?, ¿quiénes son tus padres?, ¿dónde vives?, ¿por qué estás robando leche, eh? Di algo, vamos, porque si no, te voy a llevar al cuartelillo.

—No, por favor, al cuartelillo no. Yo le pago la leche. Tome, aquí tengo el dinero.

El llanto no lo abandonaba mientras hablaba, tenía el corazón encogido. A Inocencio le costaba verle así, pero quería un porqué, y de momento no tenía nada, así que lo levantó como pudo y le dijo:

—Al cuartelillo de momento no, pero a tu casa sí. Quiero hablar con tus padres. Venga, vamos para allá. Bajaremos en coche al pueblo, y no intentes escaparte, porque entonces es cuando doy parte en el cuartel.

El chico se levantó y no hizo intento alguno de escaparse. Lo habían descubierto y solo le quedaba una salida: contarle a aquel hombre la verdad. Eso era lo único que le podía salvar, y tampoco era seguro.

No podía dejar de tiritar. El frío y el miedo que había pasado no eran fáciles de olvidar. Inocencio no podía verlo así, no soportaba ver sufrir a un niño ni cuando veía la televisión.

—Ya no tienes nada que hacer. Ahora me vas a llevar a tu casa y hablaré con tus padres. Ellos serán los que te pongan el castigo. Por mí puedes estar tranquilo que no voy a hacerte nada, ni llevarte a ningún lado, así que tranquilízate, por favor te lo pido. Tómate este vaso de leche caliente y cómete lo que te apetezca, solo tengo mantecados y roscos.

Aquellas palabras consolaron un poco a Juanito; sin embargo, no podía dejar de pensar en su pobre madre, en sus hermanos, en qué pensarían de él, y otra vez se ponía a llorar. Era incapaz de tomar nada. La vergüenza empezaba a coger forma. No sabía si su familia le perdonaría aquel suceso. Su angustia iba en aumento.

—Solo me gustaría decirle una cosa. Lo siento, lo siento mucho, de verdad; sin embargo, todo tiene una explicación. Si usted quiere escucharla, se lo agradecería. Se lo pido por favor. Después nos iremos a mi casa.

Manuel ya empezaba a preocuparse. Juanito nunca tardaba tanto, pero prefirió no decir nada de momento. Había pasado más de una hora desde que se marchó. No era normal en él, así que pregunto en voz alta:

—A ver, ¿dónde va a comprar Juanito la leche y el pan?

—El pan siempre lo compra en el mismo sitio, en la panadería que está cerca del colegio, pero la leche, a decir verdad, nunca me dice dónde la compra —dijo la madre.

—Voy a salir a buscarlo. No te preocupes, madre. Seguro que se habrá entretenido con alguien enseñándole el pájaro.

Los demás decidieron que lo encontrarían más rápido si se repartían los lugares en los que solía estar. Primero irían a la panadería donde, según su madre, compraba el pan, y a partir de ahí se repartirían.

Una vez allí, se confirmó lo peor que podía pasar: no había llegado a por el pan. Hasta el panadero se extrañó.

—Creía que estaba enfermo. Siempre llega a la misma hora, es muy puntual —comentó Diego.

Ahora sí empezaron a preocuparse todos. Lo buscaron por todos los sitios en los que pensaban que podía estar. Llegaron a todas las panaderías, preguntaron a todo aquel que se encontraban por la calle. Tampoco lo habían visto en las lecherías. Nada, nadie lo había visto.

Se repartieron por todo el pueblo y acordaron como punto de encuentro la plaza de arriba. No tardaron en reencontrarse. Nada, nadie había visto nada.

Entonces Manuel pensó que a lo mejor ya estaba en casa y ellos seguían buscándolo fuera, así que se fueron para casa con la esperanza de encontrarlo. Nada. Juanito no había llegado. Se sentaron todos con su madre a pensar y a tratar de calmarla un poco. ¿Dónde podía a ver ido?, ¿dónde más podían buscarlo? Esa era la pregunta que todos se hacían.

—Madre, tenemos que ir a dar parte al cuartel y creo que debemos hacerlo ya. Cuanta más gente lo busque antes lo encontraremos. Yo ya no sé por dónde buscarlo.

—Manuel, os vais a acercar a la puerta del colegio a la hora de la entrada. Si ninguno de sus compañeros lo ha visto, entonces vas al cuartelillo y pones la denuncia. Juanito no se deja engañar por nadie ni por nada. Casi seguro que se habrá encontrado con algún compañero y se le ha ido el santo al cielo.

La madre decía estas palabras para tranquilizarlos, pero ella sabía que Juanito no era el tipo de niño que dejaba sus obligaciones a un lado para jugar. Algo le había pasado, seguro, pero esperaría a la hora del colegio, por si acaso.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El ladrón de la lechera»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El ladrón de la lechera» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Miguel Ángel Novillo López - La vida cotidiana en Roma
Miguel Ángel Novillo López
Miguel Ángel Rincón Peña - El caso Passion
Miguel Ángel Rincón Peña
Miguel Ángel Barrios - Por qué Patria Grande
Miguel Ángel Barrios
Miguel Ángel Mateos de Pablo Blanco - Atención básica al cliente. COMT0211
Miguel Ángel Mateos de Pablo Blanco
Miguel Ángel Martínez del Arco - Memoria del frío
Miguel Ángel Martínez del Arco
Miguel Ángel Aquino Hernández - Aprende programación de computadoras
Miguel Ángel Aquino Hernández
Miguel Ángel López Manrique - Aguas profundas
Miguel Ángel López Manrique
Miguel Ángel Martínez - El misterio Perling
Miguel Ángel Martínez
Miguel Ángel Acedo Zambrana - Pintado de vehículos. TMVL0509
Miguel Ángel Acedo Zambrana
Miguel Ángel Fernández Díaz - Aprovisionamiento en restauración. HOTR0110
Miguel Ángel Fernández Díaz
Отзывы о книге «El ladrón de la lechera»

Обсуждение, отзывы о книге «El ladrón de la lechera» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x