Otra carta enviada a la misma doctora y a otro joven médico en febrero de 2016, en la que un matrimonio decía: “ Es con gran alegría que escribo estas líneas sabiendo que llegarán a sus manos, no hará falta que explique mucho para que recuerden quienes somos. Allá por el año 2007 en Semana Santa llegamos al Hospital Córdoba para ver qué posibilidades de sobrevida tenía mi esposa después de haber sido derivada desde Río Cuarto con la sospecha de un Evans. No hizo falta mucho tiempo para que en menos de 30 minutos ya sabían por la hemiólisis que lo de mi esposa no era Evans y empezaron a pelear por ella como si la conocieran de toda la vida. Recuerdo como si fuera hoy a usted Doctora peleando con el médico de la UTI pidiéndole que sacara otro paciente para recibirla. Si no entendimos mal, mi esposa fue la primera paciente con sobrevida de la provincia de Córdoba, con anemia hemolítica de Afrigoris. Estuvo primero en UTI muy grave unos 6 días y luego nos fuimos en aislamiento 2 meses hasta que se pudo diagnosticar la patología causante de todo que era lupus eritematoso sistémico. Bueno, sólo hacerles saber que no tenemos dudas de que fueron instrumentos de Dios para salvar la vida de mi esposa, y hoy su sonrisa todavía nos acompaña. Les enviamos un humilde presente a cada uno y una foto en la que pueden apreciarla actualmente sonriendo junto a nosotros. Gracias por hacer de su labor un camino de Amor. No abandonen nunca esa actitud. Les contamos que nos hemos mudado hace 2 años a Villa Mercedes por este nuevo desafío de liderar una clínica polivalente y estamos viviendo aquí. No será la última vez que un paciente con hemiólisis busque que sean ustedes los tratantes por obvias razones. Cariño grande y el sincero agradecimiento por lo que hicieron. Fue suficiente para que no nos olvidemos nunca de ustedes. Un abrazo.”
Y también aquél hermoso agradecimiento en Septiembre de 2016 de una señora muy mayor que en forma de verso decía:
“ Desde la eternidad
ya estabas gravitando en mi vida,
en ese misterio
silencioso de Dios.
Y un día,
en mi anémico tiempo
se hizo clavel reventón
cuando tu presencia,
tu sonrisa tibia,
tu voz templada
a mis témpanos heridos
llegó a mí como un bálsamo:
tu cúmulo de ciencia.
Así te conocí.
Y un día
con paso firme y seguro
y tu dulce sonrisa,
cual abeja laboriosa
clavaste el aguijón
para extraer
el enfermo polen
que aloja mi estructura ósea,
para transformar
aquello que me aqueja.
En tus manos
que están
junto a otras manos,
en tan noble tarea,
estoy,
tranquila, segura.
Porque pronto
vendrán días primaverales
con cálidos perfumes
a desechar dolores,
a embriagar mis años
maduros y viejos.
Y habrá sido,
tu obra...,
hecha con dulzura,
amor y pericia.
Que Dios,
te ilumine siempre,
querida doctora.”
Vemos en todo ello acciones humanas altruistas. De dedicación y sacrificio en el ejercicio de la profesión médica. En el interés puesto en el estudio permanente para ser más eficaces. En el apoyo y acompañamiento del paciente y de sus familiares para salir de la enfermedad y sus secuelas. Palabras medidas, alentadoras, prudentes, que alivian el dolor físico y llegan muy dentro de aquél ser humano en sufrimiento. En esto no hay violencia. Hay dedicación, entrega, amor por el otro, que debemos destacar en estos Relatos No Salvajes.
Tampoco pueden pasar desapercibidos esos gestos de agradecimiento que muchos lo dicen y otros lo escriben, y que enaltecen al ser humano que los realiza.
Educar en el compromiso, solidaridad, y agradecimiento es hacer crecer al ser humano.
¡Médicos responsables y pacientes agradecidos nos permiten hoy hacer estas reflexiones que nos ayudan a estar más allá de todo salvajismo y colaborar en el crecimiento de una sociedad necesitada cada vez más de estos valores esenciales!
Reflexiono y medito
a) ¿Sé valorar a los médicos y profesionales de la salud por su compromiso y entrega con el paciente?
b) ¿Procuro destacar con sinceridad el esfuerzo de ellos con sus pacientes?
c) ¿Sé agradecerles por su esfuerzo y dedicación?
d) ¿Me comprometo en mi actividad laboral actuar con compromiso, dedicación y honestidad?
e) ¿......................................?
RELATO II
Valores humanos en las peatonales
¡Allí los veo! Desde la mañana muy temprano, al mediodía, a la tarde y noche, circulando por las calles de las peatonales de la ciudad de Córdoba! Ganándose la vida en la venta de las más variadas cosas: cinturones, gorros, incienso, libros, guantes, medias, estampitas. Artesanías en hierro, alambre, tejidos, cerámica y madera. Muy humildes se los ve, hombres, mujeres y niños tratando de obtener un peso para pasar el día. También están los que tocan distintos instrumentos como guitarra y violín y los que cantan canciones populares. No puede olvidarse a los payasos, a los que hacen pompas de jabón o hacen escenas o chistes para alegrar a los transeúntes: a grandes y a los niños.
¡No son violentos! A pesar de sus problemáticas económicas se los ve sonreír y atender con exquisito buen modo y justas palabras.
Los numerosos turistas que circulan todo el año, se llevan la experiencia del buen trato, amabilidad y buenos modales.
¡Los observo! Parecen estar muy solos e indefensos sobre todo los que trabajan de noche. ¡Pero no es así! Hay entre ellos una inmensa solidaridad y cuidado del otro que, como cada uno de ellos, está trabajando muchas horas en la peatonal.
Los hay de distintas partes de Córdoba y de otras provincias. También de otros países, como Ucrania, de donde vinieron excelentes payasos que hacían todo su espectáculo con mímica al desconocer nuestro idioma. También la eximia violinista que en la esquina de Obispo Trejo y Caseros deleita con su música clásica pudiendo escucharse en las noches calmas hasta una cuadra del lugar. Se llama Emma y su acento inglés es inconfundible. En los intervalos de pieza y pieza despliega su amabilidad y difícil castellano con quienes se acercan a escuchar su música.
Vida difícil la de todos ellos pero no solitaria. Son extremadamente unidos y cuidadosos de sus pares. En la dificultad o en la enfermedad tienen a quien acudir y en quienes apoyarse.
Aunque ignorados o poco advertidos por la sociedad, son ejemplo de compañerismo y esfuerzo trabajador en el diario vivir.
Son parte importante de la vida de la ciudad y pese a su escasa escolaridad tienen la educación básica del respeto y la consideración por el otro.
Ellos tienen dificultades, ellos trabajan muchas horas para obtener su sustento. En ellos se arraigó la cultura del trabajo. Ellos no cortan rutas ni calles en demanda de más dinero del Estado. Ellos ponen el hombro y procuran civilizadamente su sustento.
No puede olvidarse a los que, teniendo una instrucción mayor y gran vocación de servicio, individualmente o en fundaciones, los aconsejan sanamente, y los alientan y educan para que sean mejores.
Aunque parecen aislados son una comunidad con reglas y propósitos en la que todos trabajan y se esmeran. Su presencia no puede pasar desapercibida. Son una comunidad dentro de otra comunidad a la que aportan su trabajo constante, en paz, buen trato y alegría.
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