Quizá, desde la publicación del libro de David Bushnell The Santander Regime in Gran Colombia (Delaware: University of Delaware Press, 1954. Traducido por Margarita González y Jorge Orlando Melo, y editado por la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional en 1966), tal denominación hizo carrera en los medios académicos colombianos, principalmente en los historiadores pioneros de la Nueva Historia. Así, indiscriminadamente se usa o bien Colombia o bien la Gran Colombia para designar el período que transcurrió desde 1819 a 1831. Nosotros preferimos denominar tal período como la Gran Colombia para distinguirlo de la actual República de Colombia.
57Ramón Felipe González, “ La Verdad, un periódico antimasónico en el contexto de la crisis finisecular”, en La masonería en la España del siglo XIX. II Simposium de Metodología Aplicada a la Historia de la Masonería Española, coordinado por José Antonio Ferrer Benimeli, 883-897 (Salamanca: Junta de Castilla y Aragón, 1987), 885.
58María Pinto Molina, “La masonería en Andalucía oriental: Granada - Almería”, en La masonería en la historia de España, coordinado por José Antonio Ferrer Benimeli (Zaragoza: Diputación General de Aragón, 1985), 219.
59Arango, Masonería, 151-152.
60Ibid., 152.
61Umberto Eco, El cementerio de Praga (Bogotá: Random House Mondadori, 2010), 385.
62José María Samper, Historia de una alma (Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2009), 260.
63Joan Carlos Uso i Arnal, “ La Humanidad (1883-1890). Una revista masónica en el alacant de la restauración”, en La masonería en la España del siglo XIX. II Simposium de Metodología Aplicada a la Historia de la Masonería Española, coordinado por José Antonio Ferrer Benimeli, 851-865 (Salamanca: Junta de Castilla y Aragón, 1987), 860.
64Francisco Rodríguez de Cora, “Masonería y restauración en Güipúzcoa (1880-1896)”, en La masonería española en la España del siglo XIX. II Simposium de Metodología Aplicada a la Historia de la Masonería Española, coordinado por José Antonio Ferrer Benimeli, 851-865 (Salamanca: Junta de Castilla y Aragón, 1987), 353.
65Samper, Historia, 262.
66Salvador Camacho Roldán, Memorias de Salvador Camacho Roldán (Bogotá: Editorial Bedout, 1923), 191.
67Eco, El cementerio, 385.
68Pradilla Ángel, Transcripción parcial del Libro de actas de la logia Propagadores de la Luz. Versión mecanografiada, 17-18.
69Ibid., 9.
70Según Beatriz Castro, las principales causas de mortalidad de la población fueron las guerras, las epidemias y las malas cosechas; las más frecuentes y las menos erráticas fueron las epidemias, algunas endógenas, como la varicela, el sarampión, la fiebre amarilla; y otras importadas, o exógenas, como el cólera. Castro, Caridad, 31.
71 El Constitucional de Cundinamarca, enero-febrero de 1834, 120-125.
72Humberto Patiño Roselli, “La medicina en la Independencia de Colombia” (Tesis de grado en Medicina, Universidad Nacional, Bogotá, 1948).
73Américo Carnicelli, Historia de la masonería colombiana. Tomos I y II (Bogotá: Artes Gráficas, 1975), 134.
74Camacho, Memorias, 190 a 192.
75Germán Rodrigo Mejía Pavony, Los años del cambio. Historia urbana de Bogotá 1820-1910 (Bogotá: Centro Editorial Javeriano, 2000), 155.
76Loaiza Cano, Sociabilidad, 153.
77Camacho, Memorias, 193.
78Otros médicos cartageneros que colaboraron en la lucha contra la epidemia de colera fueron: José Manuel Vega, Casimiro de Vega, Ignacio Fortich, Sebastián González, Manuel Rafael López, José Julián Jiménez y Juan Pablo Jiménez. Patiño Roselli, “La medicina”.
79Joaquín Maldonado, grado 3, en 1852 fue Guardia Interior del Templo de la logia Estrella del Tequendama; Emilio Pereira Gamba y Ángel María Céspedes, vinculados en 1851; Juan de Dios Riomalo, se vinculó en 1852, en 1864 fue Primer Vigilante de la logia Estrella del Tequendama, logró la máxima dignidad, el grado 33, y fue motor esencial de la Junta General de Beneficencia; Antonio Vargas Vera también fue masón y se afilió a la misma logia.
80Fernando Crespo León, Murcia en la España del siglo XIX (Murcia: Real Academia de Medicina y Cirugía, 2002), 98.
81Ferrer Benimeli, “Masonería”, 117.
82En este ítem se incluyen los comerciantes, inversionistas e industriales.
83No quiere decir que no hubo impresores no masones, simplemente a lo largo del libro no aparecen.
84El patrón o criterio básico que escogimos para el agrupamiento fue el profesional. Buena parte de los profesionales relacionados fueron militares, combatieron en las guerras civiles de 1851, 1854, 1860-1862, 1876-1877 y 1885, y algunos alcanzaron altos grados militares pero su modus vivendi no se derivó de la actividad militar. Lo mismo se debe decir de la vinculación y participación en la política.
85Incluye a los escritores. Se debe subrayar que tanto los abogados, médicos, militares, etc., ejercieron el periodismo en diferentes facetas: como dueños, directores, editores, colaboradores; como también fueron escritores, tanto de ficción como de no ficción.
86Carnicelli, Historia ; Rueda, “Masonería”.
87Dentro del rito escocés, el que desde bien temprano se practicó en el territorio de la actual Colombia, el Supremo Consejo del Grado 33 es el ente que gobierna y rige la organización masónica del país. Desde el 9 de marzo de 1832 fue fundado en Cartagena el de la Nueva Granada, rigió de manera omnímoda los destinos de la masonería hasta 1864, cuando Tomás Cipriano de Mosquera creó en Bogotá el Supremo Consejo de la Jurisdicción del Centro, lo que propició un cisma en la masonería colombiana.
88BNC, La masonería sin velo (Bogotá: Imprenta de Espinoza, 1851).
89Ibid.
90Samper, Historia, 299.
91Ibid., 315.
92Frédéric Martínez, El nacionalismo cosmopolita. La referencia europea en la construcción nacional en Colombia, 1845-1900 (Bogotá: Banco de la República-Instituto Francés de Estudios Andinos, 2001), 81.
93Calderón Herze y Collantes, Filantropía, 8.
94Loaiza Cano, Sociabilidad, 334-335.
95José María Samper, Apuntamientos para la historia social y política de la Nueva Granada desde 1810 i especialmente de la administración del 7 de marzo (Bogotá: Imprenta del Neogranadino, 1853), 521.
96José María Samper , Discurso pronunciado en la sesión solemne de la escuela republicana, 30 de octubre de 1850 (Bogotá: Imprenta del Neogranadino, 1850), 11.
97Loaiza Cano, Sociabilidad, 335.
98Martínez, El nacionalismo, 81.
99Cuervo era natural de la cundinamarquesa población de Tibirita, fue jefe político del Cantón de Bogotá y gobernador de Cundinamarca, vicepresidente durante el primer gobierno de Mosquera y encargado de la Presidencia entre el 14 de agosto y el 14 de diciembre de 1847.
100Martínez, El nacionalismo, 55.
101Beatriz Castro Carvajal, La relación entre la Iglesia católica y el Estado colombiano en la asistencia social c. 1870-1960 (Santiago de Cali: Universidad del Valle, 2014), 33-34.
102Martínez, El nacionalismo, 66.
103Camacho, Memorias, 163.
104José Eduardo Rueda Enciso, Informe parcial 2005. Beneficencia en Cundinamarca (Bogotá: ESAP, 2006), 88.
105José María Samper ( La Reforma, N° 12, 5 de octubre de 1851), 1.
106Loaiza Cano, Sociabilidad, 153.
107Ibid., 155.
108Ibid., 331.
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