Mónica Zak - Alex Dog Boy

Здесь есть возможность читать онлайн «Mónica Zak - Alex Dog Boy» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Alex Dog Boy: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Alex Dog Boy»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Alex Dogboy ahora es un adolescente. Aunque sigue siendo un joven «de la calle», ya no duerme a cielo abierto, sino en una casa abandonada tras el huracán. Podrá estar allí mientras se mantenga alejado de las drogas y con la ayuda de dos mujeres que le han tomado cariño. Sin embargo, esta buena vida no dura mucho y pronto se encuentra nuevamente en problemas. Y ahora, es mayor para mendigar y demasiado joven para encontrar un trabajo; reiniciar su vida no será una tarea fácil.
Pero la esperanza no se pierde. Junto a sus queridos perros, junto a Marvin y a sus nuevos amigos, Alex tratará de seguir adelante. Pronto la vida volverá a ser maravillosa…, a pesar de los continuos riesgos y los dolorosos golpes.

Alex Dog Boy — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Alex Dog Boy», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать
Primera edición en Panamericana Editorial Ltda julio de 2020 Título original - фото 1

Primera edición en Panamericana Editorial Ltda., julio de 2020

Título original: Alex Dogboy - Tredje kärleken

© 2005 Monica Zak

© 2005 Bokförlaget Opal AB

© 2020 Panamericana Editorial Ltda.

Calle 12 No. 34-30, Tel. : (57 1) 3649000

www. panamericanaeditorial. com

Tienda virtual: www.panamericana.com.co

Bogotá D. C., Colombia

Editor

Panamericana Editorial Ltda.

Edición

Miguel Ángel Nova

Ilustraciones

Andrés Rodríguez Moreno

Traducción del sueco

Óscar García

Diagramación

Jairo Toro R.

ISBN 978-958-30-6080-9 (impreso)

ISBN 978-958-30-6367-1 (epub)

Prohibida su reproducción total o parcial

por cualquier medio sin permiso del Editor.

Hecho en Colombia - Made in Colombia

Contenido La muchacha del vestido rojo El corazón que aplaudía Un duende y una - фото 2

Contenido

La muchacha del vestido rojo

El corazón que aplaudía

Un duende y una buena vida

Margarita, Margarita

En busca de una muchacha raptada

Tobogán en la oscuridad

Feliz, dos minutos

Un apéndice roto

Perros celestiales

¿Son ángeles los que han venido?

Un entierro y un baile

Secretos oscuros

El tercer amor

El milagro del baño

Una cama en llamas

Días felices

¡Tienes que declarar, Vera!

Manuel Globo

Quiero tener un hijito para abrazarlo

¡MA-ZO-DO!

El tatuado

Vómito en una bolsa de plástico

Tres amores

El hombre que a lo mejor era el papá de Zofi

Fiesta por Eleonor

Pelea con un gordo

Lo más terrible

Crack

Estados Unidos, Estados Unidos

Sueños con mondongo

El prisionero Alex

El final

Epílogo

La muchacha del vestido rojo

Alex el niño de la calle a quien también le decían Dogboy recogió una piedra - фото 3

Alex, el niño de la calle a quien también le decían Dogboy, recogió una piedra y se puso a picar un número telefónico que estaba escrito con marcador sobre la pared amarilla.

Sus tres perros, Emmy, Canelo y Chico, lo miraron con interés.

La acera donde el niño estaba picando la pared quedaba en la parte más peligrosa de Tegucigalpa, la capital de Honduras.

Alex arrancó meticulosamente la argamasa amarilla; ahora ya no se veía el número. Dio un paso atrás, observó su obra y sonrió satisfecho.

Para ser alguien que vivía en la calle, Alex Dogboy se veía sorprendentemente pulcro. Los jeans estaban solamente un poquito sucios; tenía zapatillas, y su pelo negro y rebelde lo cubría una gorra roja que llevaba al revés. Sus manos estaban limpias, y su cara también.

—¿Te has vuelto loco?

La voz chillona venía del pequeño puesto que estaba en la acera, detrás de él. Y quien gritaba era doña Leti, la dueña del puesto. Ella le acababa de servir la primera orden de carne asada al primer cliente de la mañana, cuando descubrió lo que Alex había hecho.

—¿Te has vuelto loco? Ese era el número telefónico de tu mamá. Yo te lo escribí en la pared para que no se te olvidara.

Alex le gritó:

—No quiero el número de mi mamá. Porque nunca más la pienso llamar. Arranqué su número de la pared porque me ponía muy furioso cada vez que lo veía...

Doña Leti comprendió que Alex estaba triste, a pesar de que sonaba enojado, y dijo con su amable voz:

—Ven a sentarte.

Todavía hirviendo de ira, Alex se dejó caer en la banca, junto al primer cliente de la mañana. La banca estaba enfrente de una mesita en la acera. La mesa y la banca eran el pequeño comedor de doña Leti. Tan pronto Alex se sentó, ella le sirvió un plato de cartón con un gran pedazo de carne asada, tres tortillas, un volcán de ensalada y un vaso de Coca-Cola.

Los tres perros estaban sentados exactamente detrás de él. Resollaban esperanzados.

—La primera vez que yo vi a este muchacho fue hace unos tres o cuatro años —le dijo doña Leti al cliente—. Entonces siempre andaba bien sucio. Y roto. Siempre lo acompañaban dos perros. Yo acostumbraba verlos acostados, durmiendo juntos en la acera. La primera vez que hablé con él me presentó a los perros. “Este es mi papá”, me dijo, señalando a ese gran perro lanudo. “Y esta es mi mamá”, me dijo, y señaló a la perrita blanca.

—No tiene nada de raro —dijo Alex, y como siempre que hablaba con doña Leti, se le fue el enojo y se enterneció.

—Los perros eran mi familia. Cuando yo era pequeño siempre veía a Canelo como a mi papá, y a Emmy como a mi mamá. Ellos se preocupaban por mí, eran los únicos que se preocupaban por mí.

—Es cierto —le dijo doña Leti al cliente—. Su verdadera madre lo dejó cuando él tenía seis años. Se fue para Estados Unidos y se llevó a los hermanitos de él. Alex era el menor. Pero a él no se lo llevó. No entiendo cómo una madre puede hacer eso. Después Alex se vino con su papá para la ciudad. Estuvieron viviendo donde una tía. Una vez, cuando Alex iba a tercer grado, su papá desapareció. También él se había ido para Estados Unidos, sin decir nada, y había dejado a Alex. Una mañana ya no estaba. ¿O no es así?

—Sí, así es —dijo el muchacho, mientras le pasaba un hueso con carne ya mordisqueado a Chico, el perrito que era hijo de Emmy y Canelo, los perros que él hasta hace poco había llamado sus padres.

—Yo esperé y esperé a que mi mamá y mi papá me vinieran a recoger —continuó—. Pero nunca vinieron. Al final me aburrí de esperar. Me fui. Dejé la casa de mi tía y me fui para la calle. Creo que tenía diez años cuando me hice niño de la calle.

—Pero él siempre hablaba de su mamá y la echaba de menos —dijo doña Leti—. A veces se ponía a llorar, sentado aquí en la banca. Un día conseguí el número telefónico de su mamá. Ella vivía en Estados Unidos, en Los Ángeles. Fuimos a la compañía de teléfonos y la llamamos.

—Yo le dije a mi mamá que la extrañaba

y que pensaba en ella día y noche —dijo Alex, mirando fijamente hacia delante—. Le dije que quería verla. Y le dije que quería ir a vivir con ella allá en Los Ángeles. Lo único que contestó fue que no quería que yo fuera. Me dijo que ahora tenía otro marido, y que había tenido tres hijos más.

No dijo que me había extrañado, ni que se había preocupado por mí. Ni siquiera me preguntó cómo estaba.

Alex Dogboy se calló. Siempre que hablaban de su mamá se le bajaba el ánimo. Se hundió en la banca y clavó la vista en sus zapatillas, que le quedaban un poco grandes. Nadie dijo nada.

“De todos modos, qué bien que el número telefónico ya no está”, pensó. Porque la llamada que había hecho a su madre era lo que había cambiado todo. Había sido la primera vez en siete años que escuchaba la voz de su madre. Pero después de haber hablado con ella, había concluido que ella no lo quería. Ella-no-lo-quería.

Fue después de esa llamada cuando él empezó a ver las calles de Tegucigalpa de otra manera.

Fue entonces cuando llegó a la conclusión de que este era su hogar.

Él era de aquí.

Y era aquí donde se iba a quedar.

Solo entonces pensó en una cosa importante; pensó que en realidad él tenía dos madres. Doña Leti era una. Ella lo dejaba ayudar en el pequeño comedor; y a cambio de eso le daba algo de dinero y comida para él y sus perros, que ahora eran tres. Ella se preocupaba por él. Quería que él estuviera limpio y que no consumiera drogas. A veces hasta se llevaba su ropa sucia para la casa y la lavaba. Sí, así eran las madres de verdad. Su otra mamá era doña Rosa. Ella vivía en una ruina, y él podía dormir ahí por las noches.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Alex Dog Boy»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Alex Dog Boy» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Alex Dog Boy»

Обсуждение, отзывы о книге «Alex Dog Boy» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x