Copyright © 1.997 por Warren W. Wiersbe
Originalmente publicado en inglés bajo el título The Intercessory Prayer of Jesus
por Baker Books, una division de Baker Publishing Group
Grand Rapids, Michigan, 49516, U.S.A.
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Esta edición es publicada por
Ediciones Berea
para el mundo hispano.
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A menos que se especifique, todas las citas bíblicas son tomadas de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional 1.999 por la Sociedad Bíblica Internacional.
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Editor General: Héctor Hernán Gómez Iriarte
Traducción: Adriana Marcela Aranguren Medina
Diseño de Carátula: Germán Arenas
Diagramación: Catherine Niño
Primera edición en castellano: 2.014 por
Ediciones Berea.
Calle 100 No.49-97 Int. 12-418. Tel.: (571) 257 8886
www.edicionesberea.com
ISBN: 978-958-44-1040-5
Impreso en Colombia
DEDICATORIA
Dedicado a la memoria de mi amigo Philip R. Newell, por muchos años el director de la Liga de Oración por la Gran Comisión, un hombre de oración que animó a muchos de nosotros a pedirle a Dios las cosas más importantes.
Contenido
PREFACIO PREFACIO La hora ha llegado para que la Iglesia ponga sus prioridades en orden, y una de las mejores maneras de hacerlo es descubrir lo que era importante para Jesucristo. Juan 17, la Suprema Oración Sacerdotal de nuestro Señor, nos enseña sus prioridades en ese entonces y que son aplicables en nuestros días. Este libro no es una exposición detallada de Juan 17, sino un estudio práctico de los principales temas de esta profunda oración. Mucho de este material fue presentado en la radio, en el programa “La Biblia dice” (durante febrero y marzo de 1982). Sin embargo, yo he notado que es posible escribir cosas en un libro que no pueden ser expresadas al aire. Mi oración es que Dios utilizará estos estudios para llevar a la iglesia a retornar a su curso. Hay un precio que pagar, pero habrá un precio mayor si continuamos a la deriva. Cada uno de nosotros debe hacer su parte, sin importar el costo. Warren W. Wiersbe
Capítulo 1
LA ORACIÓN MÁS GRANDE DE TODOS LOS TIEMPOS
Capítulo 2
LA ORACIÓN: EL ENTRENAMIENTO BÁSICO
Capítulo 3
TRES DONES EXTRAORDINARIOS
Capítulo 4
LO QUE SUCEDIÓ "ANTES DE QUE EL MUNDO EXISTIERA”
Capítulo 5
LA DINÁMICA DEL DISCIPULADO
Capítulo 6
SALVO Y SEGURO
Capítulo 7
EL HOMBRE QUE NUNCA DEBIÓ NACER
Capítulo 8
¿CÓMO QUE EN EL MUNDO?
Capítulo 9
LOS SANTOS SON MUY ESPECIALES
Capítulo 10
LOS CRISTIANOS… ¿UNIDOS O DESUNIDOS?
Capítulo 11
EL MUNDO, LA IGLESIA Y EL PADRE
Capítulo 12
LAS PRIORIDADES
PREFACIO
La hora ha llegado para que la Iglesia ponga sus prioridades en orden, y una de las mejores maneras de hacerlo es descubrir lo que era importante para Jesucristo. Juan 17, la Suprema Oración Sacerdotal de nuestro Señor, nos enseña sus prioridades en ese entonces y que son aplicables en nuestros días.
Este libro no es una exposición detallada de Juan 17, sino un estudio práctico de los principales temas de esta profunda oración. Mucho de este material fue presentado en la radio, en el programa “La Biblia dice” (durante febrero y marzo de 1982). Sin embargo, yo he notado que es posible escribir cosas en un libro que no pueden ser expresadas al aire.
Mi oración es que Dios utilizará estos estudios para llevar a la iglesia a retornar a su curso. Hay un precio que pagar, pero habrá un precio mayor si continuamos a la deriva.
Cada uno de nosotros debe hacer su parte, sin importar el costo.
Warren W. Wiersbe
Capítulo
1
LA ORACIÓN MÁS GRANDE DE TODOS LOS TIEMPOS
"Algunos hermanos oran largamente; pero la verdadera oración es medida por su peso y no por su longitud."
Así habló el predicador bautista británico Charles Haddon Spurgeon; ¡y tiene razón! La oración más grande de todos los tiempos está en Juan 17, y se toma aproximadamente seis minutos para leerla de manera reverente y en voz alta. ¡No es muy larga, pero ciertamente tiene mucha profundidad y peso! Según el Dr. Herbert Lockyer Sr., hay 650 oraciones registradas en la Biblia, pero ninguna de ellas ni otra alguna registrada fuera de la Biblia, se compara a "La Suprema Oración Sacerdotal" de nuestro Señor Jesucristo en Juan 17.
¿Qué tiene esta oración que la hace tan grande? Permítame sugerirle cuatro razones:
1. Es grande debido a quién hizo la oración.
Esta persona no es ninguna otra que Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios. Él no sólo es el Hijo de Dios, sino que es Dios Hijo, Dios eterno que vino a la Tierra en carne humana, pero sin pecado.
Cada uno de los cuatro Evangelios tiene un énfasis propio: el de Mateo es Cristo como Rey, el Mesías prometido en las Escrituras del Antiguo Testamento; el de Marcos, es el Evangelio del Siervo y Lucas, describe al compasivo Hijo del Hombre; pero el propósito de Juan al escribir su Evangelio, fue presentar la deidad de Cristo Jesús. "Jesús hizo muchas otras señales milagrosas en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer en su nombre, tengan vida" (Juan 20:30-31).
Esto explica por qué Juan incluyó esta oración en su Evangelio, pues ella magnifica la imponente verdad de que Jesucristo es Dios eterno y casi cada versículo de Juan 17, expresa esa gran verdad.
Solamente Dios Hijo podía pedirle al Padre que lo glorificara (v.1). Moisés pidió ver la gloria de Dios (Éxodo 33:18), pero Jesús pidió recibirla y se refirió a ella como la misma gloria que Él tenía "antes de que el mundo existiera" (v.5). Sólo una persona desequilibrada o el mismo Dios Eterno, exigiría tener la gloria o cualquier otra cosa que hubiera "antes de que el mundo existiera".
Además, solamente Dios puede darle la vida eterna a los pecadores (v.2). Y note en el v.3, que Jesús se puso al mismo nivel de Dios. El pecador recibe la vida eterna cuando él llega a conocer por fe al "único Dios verdadero, y a Jesucristo..." Usted puede intentar poner allí el nombre de cualquier otro y ver si eso tiene sentido. En esta sencilla declaración, Jesús afirmó ser Dios.
Cuatro veces en esta oración, Jesús afirmó que fue Dios Padre quien lo envió (v.3, 18, 21, 25). Cualquier apóstol o profeta puede afirmar ser enviado por Dios, pero ningún ser humano podría declarar haber venido de Dios mismo (v.8; cf. Juan 16:28). Cualquier cristiano puede orar, "todo lo mío es Tuyo", pero sólo el Hijo de Dios podía agregar "y lo Tuyo mío" (v.10). ¡Jesús declaró poseer todo que el Padre poseía! Él también afirmó ser uno con el Padre (v.11 y 21).
La misma manera en que Jesús oró revela que Él es Dios. Él no empezó diciendo "Padre nuestro", sino simplemente "Padre". Jesús nunca oró diciendo “Padre Nuestro”. Jesús le dijo a María Magdalena esa primera mañana de Pascua, "ve más bien a mis hermanos y diles: 'Vuelvo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes'" (Juan 20:17). Dios es nuestro Padre por la gracia, pero Él es el Padre de Jesús por naturaleza. Y la palabra que Jesús usó para "rogar, orar o pedir" (vv.9, 15 y 20), no es la misma utilizada para tal fin en el Nuevo Testamento; la palabra usada por Jesús significa "pedir como de un igual". Usted y yo no podríamos usarla porque no somos iguales a Dios. ¡Pero Jesús la usó tres veces! ¿Por qué? Porque Él es Dios Eterno.
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