Dunn, Roberto José
Malvinas, tu meta alcanzar, aunque estalle a pedazos la vida : otra visión de la soberanía y la guerra y la compañía de ingenieros de combate 601 / Roberto José Dunn. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2020.
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ISBN xxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
1. Narrativa Argentina. I. Título.
CDD A863
Editorial Autores de Argentina
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Mail: info@autoresdeargentina.com
PRESENTACIÓN
El rugido de voces de zapadoras combatientes de Malvinas
José Luis Speroni1
¿Por qué leer este libro? La respuesta es contundente, porque aporta un importante testimonio, lejos del ensalzamiento y panegírico, de manera amena nos ilustra sobre tan importante gesta de la historiografía argentina, de la cual fueron hacedores. Dado que, con relatos emotivos, fidedignos, cronológicamente establecidos y un importante material fotográfico, el coronel de Ingenieros Roberto José Dunn, por un lado, les da voz e imagen a quienes tienen algo trascendente que decir sobre su participación en la guerra de Malvinas, como integrantes de la Compañía de Ingenieros de Combate 601, y su posterior vivencia en relación con el hecho hasta hoy. Walter Benjamín valoriza la fotografía, las imágenes comunican más que las palabras que, muchas veces, no alcanzan. A su vez registran la emoción a lo dicho. Por otro lado, Dunn, a partir de su experticia como doctor en Ciencia Política, pone en contexto los hechos en amplias dimensiones de análisis, apelando a las vivencias y a una seleccionada bibliografía, que también nos acerca al presente. “Recién después de 38 años nos decidimos a escribir nuestra historia… Durante muchos años permanecimos callados y no hemos escrito, solicitado o reclamado nada; nuestro diario de guerra, que nos fue retenido por los británicos, fue nuevamente escrito dos veces al regreso, y junto con distinto tipo de documentación, referida a la actuación de la Compañía y a las experiencias de guerra, todo lamentablemente fue extraviado” (Dunn, 2020, pág. 26).
“Tuvimos que recurrir a muchos documentos oficiales, públicos y también reservados; se tuvieron en cuenta los testimonios escritos de veteranos de la guerra de Malvinas (VGM) fallecidos y por supuesto el relato verbal y escrito de quienes están vivos y participaron. Hubo que confrontar dichos documentos y comentarios, para acercarnos con el mayor grado de certeza a la verdad” (Dunn, 2020, pág. 27). Si tenemos en cuenta que la primera víctima cuando llega la guerra es la verdad. Una frase atribuida al senador estadounidense Hiram Johnson en 1917, fue tomada de Esquilo (525 a. C. - Gela, Sicilia, 456 a. C.), trágico griego. Esquilo vivió en un período de grandeza para Atenas, tras las victorias contra los persas en las batallas de Maratón y Salamina, en las que participó directamente. En cuanto a la verdad y la guerra, la Gesta de Malvinas no es una excepción, las voces zapadoras se alzan de manera valiente, de la misma forma en que lucharon, para contribuir a ese restablecimiento, con crudeza y bravura. Intentaremos develar este aporte a partir de distintas pinceladas, más o menos arbitrarias, que a modo de rayos de luz e intentando describir por iluminación, siguiendo un principio de la complejidad esbozado por Edgar Morin, donde el menor punto del holograma contiene la totalidad de la información del objeto representado. Los aspectos señalados son solo destellos que invitan al lector a construir su propio recorrido.
La guerra es un fenómeno político. En 1982 las instancias institucionales, previstas en la Constitución Nacional, para adoptar la decisión, planificar y realizar la conducción de la guerra no existieron, el poder del Estado estaba bajo la órbita militar, como en otras ocasiones desde 1930. Además, la planificación estratégica fue contraria, a lo que señalaba la doctrina, no se tuvieron en cuenta los conceptos más elementales, tanto en estrategia como en planificación y conducción. Pero, a pesar de todos los errores indicados, el comportamiento de las tropas en el terreno (aire, mar y tierra), en el marco táctico de las islas fue heroico y sobresaliente.
A modo de ejemplo mencionaremos dos detalles. En primer término, la doctrina de planeamiento vigente mencionaba la elaboración de hipótesis de conflicto, que orientaba todos los aspectos de las fuerzas desde tiempos de paz, personal, operaciones, logística, infraestructura, entrenamiento, información, etc., a generar las mejores condiciones para enfrentar el posible conflicto y su escalada a la guerra. En el caso que nos ocupa, no existió. Las simulaciones militares, que pueden ser corroboradas en las publicaciones militares existentes, no lo consideraban como un posible teatro de operaciones. En segundo lugar, el órgano de asesoramiento para la toma de decisiones, en los niveles de Gran Unidad de Combate y superiores, es un Estado Mayor. En el caso Malvinas, la Junta Militar, el 12 de enero, determinó que el general de división Osvaldo Jorge García —comandante del V Cuerpo de Ejército—, el vicealmirante Juan Lombardo y el brigadier mayor Sigfrido Martín Plessl —comandante de Instrucción—, constituyeran un equipo de trabajo para realizar un estudio de una operación militar en las Malvinas. Solo tres personas con sus colaboradores. La estrategia no había generado las mejores condiciones para que la táctica pudiese dar la batalla, lo que otorga un mayor valor a todas las acciones llevadas a cabo por oficiales, suboficiales y soldados que pisaron y combatieron en ese territorio nacional. Por eso afirmamos con énfasis que el desempeño de los combatientes ha sido insuperable, si lo confrontamos con los condicionamientos descriptos.
El planeamiento debe determinar las tropas necesarias en cada fase de la operación. El libro ilustra con claridad cuál fue el contexto en el cual se designa la creación de la Compañía de Ingenieros de Combate 601.
Relata el autor (Dunn, 2020):
Según el testimonio en vida, del entonces subdirector de la Escuela de Ingenieros, teniente coronel Alberto Cosme Tadeo Muñoz; el entonces director de la Escuela de Ingenieros, coronel Vicente Rogelio Belli, en una conversación sobre la necesidad de incrementar la cantidad de tropas de Ingenieros en Malvinas, le propuso al entonces comandante de Ingenieros, general Néstor Rubén Castelli, la participación de la Escuela de Ingenieros, y le habría manifestado que ‘la Escuela de Ingenieros no podía estar ajena a la participación ante este tan importante evento de la patria’” (pág. 98).
Relata el entonces jefe de la Compañía Demostración de la Escuela de Ingenieros, capitán Roberto José Dunn, lo siguiente: “El día 6 de abril de 1982, me encontraba en el Comando de Ingenieros, situado en ese momento en calle Carlos Pellegrini, de la Ciudad de Buenos Aires. Hacía 2 días que concurría a realizar trabajos de actualización de los Cuadros de Organización (efectivos, roles de combate y materiales) de elementos militares del Arma de Ingenieros. Siendo aproximadamente las 10:00 horas de ese día, el Comandante de Ingenieros ordena que me presente a su despacho, en ese momento pensé qué error habría cometido; al ingresar a su despacho, el comandante, a quien conocía de la Guarnición Militar-Campo los Andes-Mendoza, me saluda y me dice que me presente al director de la Escuela de Ingenieros porque mi Compañía debía marchar a Malvinas. Esa fue la primera orden que recibí” (pág. 98).
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