Presentación de los resultados
Este libro está compuesto por ocho capítulos distribuidos en tres partes, los diez relatos biográficos escritos con los jóvenes entrevistados y un anexo con algunos datos personales de estos últimos. La escritura de los capítulos partió de un prolongado trabajo de discusión grupal de cada uno de los manuscritos, en el que todos los integrantes del equipo fueron haciendo críticas y sugerencias que, en su mayoría, fueron incorporadas por los respectivos autores. Las nuevas versiones de los textos fueron revisadas por los directores de la investigación, que hicimos nuevas propuestas y correcciones, llegando así a sus versiones finales.
En la primera parte incluimos los trabajos que se centran en los principales vínculos afectivos e institucionales presentes en los procesos de individuación juveniles en barrios vulnerabilizados. En el capítulo 1, Sebastián Ezequiel Sustas y María Cecilia Touris abordan, a partir del análisis de las emociones –entendidas como una fusión inseparable entre significados culturales y relaciones sociales–, los sentidos y significados que los jóvenes les otorgan a las relaciones afectivas. Parten de la idea de que frente a las escasez de otros amortiguadores materiales y simbólicos, las emociones se vuelven para los jóvenes de barrios populares soportes centrales en sus vidas, produciendo transformaciones en sus espacios de sociabilidades. Es decir, en contextos de vulnerabilidad social donde los soportes materiales están menos disponibles, la red de soportes afectivos aparece como un recurso imprescindible. Son los refugios afectivos los que les permiten a los jóvenes vivir en un mundo que se les presenta cada vez más hostil. En palabras de los autores, “los refugios afectivos cobran una función de amortiguación de las privaciones cotidianas, no sólo materiales sino también existenciales” .
Soledad Vázquez y Pablo Borda analizan, en el capítulo 2, las continuidades y diferencias en las formas de vivir y significar los vínculos filial-maternales por los jóvenes. Partiendo del lugar central que ocupa la institución familiar en casi todos sus relatos biográficos y dialogando con otras investigaciones recientes de sociología del individuo y de las maternidades, los autores se centran en las tensiones y articulaciones entre sus dimensiones estatutaria y subjetiva, en torno a tres categorías emergentes del análisis del corpus: 1) los bordes de la maternidad ; 2) las enseñanzas y violencias , y c) las separaciones: ausencias, dolores y resignificaciones biográficas . De esta manera, realizan un aporte original al debate actual alrededor de las maternidades, visibilizando tanto su centralidad como soportes –más o menos legítimos y visibles– en los procesos de individuación juveniles, como las heterogeneidades y tensiones en las personas, prácticas, dependencias y resignificaciones que las encarnan.
En el capítulo 3, Romina Ramírez busca analizar cuáles son las relaciones que en la actualidad se producen entre los jóvenes de barrios populares y las instituciones que tradicionalmente han sido espacios privilegiados de socialización y de integración de las nuevas generaciones. Partiendo del supuesto de que en 2001-2002 muchas de estas instituciones tradicionales sufrieron crisis y modificaciones, lo que la autora busca analizar son las alternativas institucionales que fueron surgiendo en estos barrios, cómo conviven éstas con las ya existentes, de qué modo las instituciones existentes fueron mutando y qué características presentan los vínculos que en la actualidad están generando con los jóvenes. Asimismo, analiza cómo en estos contextos los jóvenes logran recuperar espacios públicos como plazas, galpones abandonados o la calle para realizar actividades culturales o deportivas.
En la segunda parte, el libro presenta distintos abordajes en torno a las experiencias corporales, las sociabilidades y los procesos de vulnerabilidad juveniles, identificando sus principales dimensiones, tensiones y articulaciones. En el capítulo 4, Victoria Fariña y Natalia Laura González analizan los usos y consumos recreativos de drogas que se llevan a cabo en estos contextos, es decir, aquellos consumos vinculados con diversas formas de diversión. Más específicamente, buscan comprender qué características asumen estos usos de drogas y cómo se relacionan con los grupos de pares y sus espacios de sociabilidad. Para ello, centran su análisis en las sociabilidades que estas prácticas generan y en los vínculos que allí se producen. Para conocer los modos en que estos consumos son percibidos y significados por los jóvenes consideran fundamental entender la articulación que se produce entre lo corporal, lo emocional y lo simbólico.
Ana Clara Camarotti y Martín Guelman, en el capítulo 5, buscan repensar y confrontar los discursos que sostienen que todos los consumos de drogas de los jóvenes son problemáticos. Para ello, analizan las significaciones y experiencias en torno a las vinculaciones entre los usos de drogas y la conformación de los lazos sociales que allí se generan. En este sentido, el trabajo busca relevar las vivencias de los jóvenes de barrios populares pero sin dejar de descuidar las heterogeneidades presentes en estas prácticas juveniles. A lo largo del capítulo, los autores abordan la tensión que se pone en juego en torno a los discursos del sentido común que sostienen y propagan los medios de comunicación, por ejemplo, “los consumos de drogas legales son menos problemáticos que los de las drogas ilegales”, así como la asociación entre consumo de drogas, violencia y delincuencia, entre otras.
En el capítulo 6, Pablo Francisco Di Leo aborda las significaciones y experiencias de jóvenes relacionadas a las violencias. Partiendo de un despliegue de esa categoría –utilizando herramientas conceptuales provenientes de la teoría social contemporánea–, propone estudiar estas vivencias como analizadoras socioculturales de las condiciones en las que los jóvenes construyen sus experiencias individuales y sociales. A partir del análisis del corpus de entrevistas y relatos biográficos, identifica cuatro categorías emergentes: heridas familiares , miradas que lastiman , barrios violentos , violencias policiales . En torno a ellas, el autor analiza las características y vinculaciones entre los soportes –principalmente relacionales y simbólicos– movilizados, demandados o creados por los jóvenes frente a diversas pruebas biográficas, las corporalidades, las vulnerabilidades, las luchas por el reconocimiento y los regímenes de interacción que participan en sus procesos de individuación. Finalmente, propone una articulación de las categorías, reflexionando sobre posibles implicancias de este abordaje para políticas públicas dirigidas a jóvenes.
En la tercera parte del libro se incluyen los trabajos que enfatizan una lectura diacrónica de los relatos biográficos de los jóvenes, identificando las regularidades y heterogeneidades presentes en sus trayectorias, temporalidades y proyectos de vida. En el capítulo 7 Alejandro Capriati comienza enmarcando las experiencias juveniles en el espacio social de los barrios populares: escenarios dinámicos y complejos, constituidos en el cruce de imaginarios, estigmas e inequidades en la apropiación del espacio público y el acceso a servicios. A continuación, retoma algunas situaciones significativas de las trayectorias vitales de jóvenes que las marcan con el signo de la vulnerabilidad: migraciones, privaciones, violencias y desprotecciones. En un tercer momento, al que se dedica especialmente, el autor aborda distintas dimensiones y tensiones presentes en los proyectos de vida juveniles, analizando sus fragilidades –generadas principalmente por las crisis socioeconómicas e institucionales que las atraviesan– y sus fortalezas –que les permite sostenerlos, con mayor o menor éxito, aun en escenarios tan adversos–. Desde ahí realiza una valiosa contribución al campo de los estudios y las políticas de juventudes, distanciándose de concepciones negatizantes que invisibilizan sus dimensiones creativas, transformadoras e instituyentes.
Читать дальше