Y cuando al final sobrevino lo inevitable, prosigue “Rompimos nuestra fidelidad hacia un hombre que no pensaba más que en el amor. Su locura le había dibujado un sueño extraordinario que pretendía que compartiéramos en su felicidad imaginaria..., jure mi lealtad al nuevo rey Tutankhamon y las tinieblas se cernieron sobre el mayor drama que encendió el corazón de Egipto. Mira lo que hizo aquel loco con la gloria de nuestra noble y antigua tierra.”
Horemheb termina la narración diciendo que Akhenaton no pudo superar esta gran derrota y que cuando sintió que su dios los había abandonado, su fe quedo muy afectada, se enfermo y murió.
Naguib Mahfuz nos presenta a Akhenaton como “el que vive en la verdad”, de acuerdo al título original de su novela. En su obra demuestra que el desempeño que tuvo durante su reinado, corresponde al de un sacerdote intransigente, imbuido de una profunda fe, que pretende transformarse en el único intermediario entre el pueblo y su dios único. Y además está convencido de que su misión es anunciar y difundir la nueva religión, aunque esta convicción le acarree graves problemas en otros ámbitos de la competencia de su cargo.
Si él vivió en la verdad de su fe, no podía estar interesado en lo político, en lo social y en lo militar. Fue consecuente hasta el final y no transo en sus creencias ni en su forma de actuar, porque tenía un gran anhelo: que todos vivieran en la verdad.

Busto de Akhenaton, Museo de Luxor
Anne sorprendida por este relato histórico del faraón, pregunta ¿Qué enfermedad acabo con su vida?
Después de examinar el retrato de Akhenaton, llegaron a la conclusión de que padecía dos enfermedades, padecía el síndrome de Marfan, que se caracteriza por dotar al enfermo de rostro delgado y ojos achinados, dedos de manos y pies muy finos y largos, además de desajustes cardiacos.
Otra enfermedad del faraón podía ser la que se llama lipodistrofia muscular, los signos más visibles son la desaparición de la grasa corporal de la cintura para arriba y acumulación de grasa de cintura para abajo. Si esto era así en el caso de Akenaton su aspecto físico se apartaba del canon de belleza y debió traumático para él, posiblemente esto causo su respuesta tardía a cambiar de lugar de residencia para no ser causa de burla. Como probablemente sufriera de niño u adolescente.
En la sala dedicada él en, el Museo del Cairo, vemos distintas estatuas de él con estas características.
El estilo Amarna se caracterizo por el movimiento de figuras de proporciones mas exageradas, con manos y pies alargados. Las representaciones de Akhenaton durante este tiempo le otorgan claramente femeninos con caderas anchas y senos prominentes.
Volvamos para ayudarnos a las listas reales. La Lista real de Abydos, recoge todos los reyes desde Menes hasta Ramsés II. Sin embargo, Salta las tres décadas que duro los que los sacerdotes consideran época herética, esto es, los reinados de Akhenaton, Semenkhkarem Tutankhamon y Ay. De nada valió al Faraón Niño restablecer el culto a Amón, proyecto que las evidencias históricas parecen señalar ya durante los meses del reinado en solitario de Semenkhkare. La damnatio memoriae, es decir, el “borrado de recuerdo” de su nombre y su obras fue implacable con estos faraones, cuya memoria se perdió para siempre hasta que los arqueólogos la recuperaron hace poco más de un siglo. Las dudas alcanzan a tal punto que no pocos investigadores, ante la falta de pruebas o de una hipótesis de trabajo mejor, han concluido que Semenkhkara que acompaño en el trono a Akhenaton durante apenas dos años, y que debió de gobernar en solitario unos meses después, podría ser incluso la propia reina Nefertiti, desaparecida de las faz de la tierra poco años antes, poco antes del duodécimo año del reinado del Faraón Hereje, quien finalmente gobernó diecisiete.
La ambigüedad sexual del arte de Amarna lleva a este tipo de hipótesis. Cuando a principios de 1880 aparecieron las primeras tumbas reales de la necrópolis de Akhenaton, los arqueólogos pensaron que la representación de la pareja real que había sobre los relieves a sazón Akhenaton y Nefertiti, estaban formadas en realidad por dos mujeres. No deja de ser curioso que muchos de estos relieves Nefertiti aparezca con los símbolos reales típicos de un varón.
Pero como parecía algo increíble, entonces se pensó que la otra persona no era Nefertiti sino Semenkhkare, posible hijo de Akhenaton con un a esposa secundaria, quizás Kiya. Es posible que Semenkhakre fuera corregente junto a su padre igual que hizo este con Amenofis III.
Pero el problema ahora es si realmente es Semenkhkare quien aparece en los relieves junto al Faraón Hereje ¿Qué hace este acariciando a su corregente en posturas un tanto comprometidas? Lógicamente, la explicación está en el amaneramiento del arte de Amarna, desafinado y sofisticado, si lo comparamos con la iconografía tradicional vista hasta ese momento en el arte egipcio.
De Semenkh Ka Ra (Semenkhkare) no sabemos casi nada. Estaba casado con Meritaton, hija de Akhenaton, quien quizás fuera también su propia hermana. Es muy posible que al desaparecer Nefertiti, Semenkhkare tomara su lugar, de ahí que aparezca en algunos relieves con los títulos que anteriormente había llevado la reina, circunstancia que hizo levantar las sospechas que ya he relatado antes. Esto explicaría que entre los títulos adoptados por Nsemenkhkare estuviera el de Neferneferaten, literalmente “Hermosos son los dones de Aton”, léase Nefertiti.
Cuando en 1907 el excéntrico abogado estadounidense Theodore Davis descubrió en el centro del Valle de los Reyes, a pocos metros de la tumba del Tutankhamon, la llamada KV55 con restos de un enterramiento correspondiente a la época de Amarna, muchos se aventuraron a decir que la persona allá enterrada era el mismísimo Faraón Hereje, incluso los análisis de ADN de los restos óseos realizados por el gobierno egipcio hace pocos años, lanzaron a los cuatro vientos que aquella momia se correspondía con la figura del padre de Tutankhamon y por, aunque no haya ninguna prueba que así lo demuestre, con los de Akhenaton. No obstante destalles como la edad, de la persona echan por tierra este hallazgo ya que tendría unos 25 años y Akhenaton por lo menos 40. ¿Es la momia de la KV55 la de Semenkhkare, el misterioso soberano de la época de Amarna?
El llamado “cazador de tesoros” Davis junto a Russell Ayrton descubrieron un pozo, hoy conocido como KV–54 en donde hallaron restos pertenecientes a un rey llamado Tutankhamon, un pequeño faraón del cual no se conocía mucho y Davis dio por hecho que había halladla la tumba de dicho rey.
Unos días después y cerca del pozo hallado, un 6 de enero de 1907 se encontraron con otro acceso similar a una tumba, aparecieron los primeros escalones y luego una puerta sellada con los ya conocidos sellos de la necrópolis, el chacal con nueve cautivos (el sello de la Necrópolis Real de Tebas) luego de abrir la puerta había un corredor inclinado, con muchos escombros, en apariencia, los constructores de la tumba del faraón Ramsés IX se encontraron con encima de esta y derribaron el techo, al haber encontrado la misma con los sellos oficiales, indicaría que guardianes de tumbas volvieron a sella en algún momento. Todo estaba desordenado, paneles de madera con oro con la imagen de la reina Tiye. Al seguir por el corredor llegaron a la cámara, muy pequeña y con muchas filtraciones de agua, no había decoraciones en las paredes, aparecieron mas objetos pertenecientes a la reina, 4 vasos canopos de una mujer, los 4 ladrillos mágico ubicados hacia los puntos cardinales, una cámara fúnebre con cabezas de león y arriba un féretro en muy mal estado debido a la humedad, el ataúd tirado en el piso con la tapa caída y un cuerpo.
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