RICARDO ALEJANDRO TERRILE SIERRA
La erosión democrática y el contrato constituciónal
Terrile Sierra, Ricardo Alejandro
La erosión democrática y el contrato constitucional / Ricardo Alejandro Terrile Sierra.
- 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.
120 p. ; 21 x 15 cm.
ISBN 978-987-87-1451-6
1. Ensayo Político. I. Título.
CDD 320.01
Editorial Autores de Argentina
www.autoresdeargentina.com
Mail: info@autoresdeargentina.com
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
A las familias Terrile y Sierra
que me educaron en los valores y principios de la republica y la democracia
“El hombre libre nada piensa menos que en su muerte y todas sus reflexiones son sobre la vida”
—Baruch Spinoza, “Ética”
El presente libro es un resumen de nuestra comprensión colectiva, entendiendo como tal, las diferencias en puntos de vistas y creencias.
Si bien me apoyo especialmente en mi propia investigación, incorporo y hago nuestro, todo aquello que nos es ajeno y preexistente, como los idiomas, los métodos de trabajos, los textos que nos fueron marcando en nuestra educación y formación, los programas y buscadores electrónicos, las fuentes periodísticas, las enseñanzas familiares y docentes y los aprendizajes que nos brindan los hijos, alumnos, mis compañeras de vida y colegas. Todos ellos forman parte de la propiedad intelectual colectiva y global del presente ensayo. La intención primordial es que resulte accesible a los estudiantes; por ello, no sigo la convención académica de mencionar la fuente de cada idea y cada hecho. Decidí mencionar la procedencia de las citas directas, pero no indicar las referencias de otras fuentes de inspiración. Por ende, les debo disculpas a aquellos colegas que se reconocerán como autores de ideas que se presentan aquí sin hacer constar sus nombres
Los insoportables desencuentros
Pertenezco a una generación que nació durante el segundo gobierno de Perón, marcado por el despido laboral de mi padre por negarse a usar duelo por Evita; de mi madre maestra por criticar “La Razón de mi vida”; de mis abuelos por apoyar a los aliados en la segunda guerra. Recuerdo la llamada “Revolución Libertadora” y mi padre con un fusil. Desencuentros.
A mis seis años, tres militares, protagonistas de un golpe de Estado, se arrogaron el poder constituyente, abrogaron la constitución de 1949, reinstalaron una constitución histórica y liberal que tenía ciento cuatro años de antigüedad, convocaron a una convención y con la proscripción del peronismo, los convencionales sintetizaron los contenidos sociales que impregnaban la constitución de 1949 en un solo articulo (el “14 bis”). De todo ello no me enteré sino mucho tiempo después. Desencuentros.
El partido radical se dividió. Dos entrañables amigos (Ricardo Balbin y Arturo Frondizi) se separaron para toda la vida. Mi familia tomó partido por Balbín y la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP) y condenó a la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), argumentando que Arturo Frondizi había traicionado al radicalismo en su alianza con el “tirano prófugo” Juan Domingo Perón, previo a las elecciones de 1958. Desencuentros.
Arturo Frondizi fue electo Presidente de la Republica para el período 1958/1964. Condicionado por el enfrentamiento militar de “azules” y “colorados” y la intransigencia de la dirigencia sindical en aceptar la flexibilidad laboral de un país que pretendía abandonar la política agro-exportadora para transformarse en industrial, fue destituido, detenido y trasladado a la Isla Martín Garcia como consecuencia de un nuevo golpe cívico militar. Más desencuentros.
En 1963, el gobierno cívico militar mantuvo la proscripción del peronismo y convocó a elecciones. El binomio Illía/Perete, propuestos por la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP), gana las elecciones con un 23% del electorado. La constitución histórica de 1853/1860, establecía la elección indirecta, es decir, por medio de electores que conformaban los colegios electorales para la designación del Presidente de la Nación, requiriendo consensos que superaran el 50%. Los electores ratifican el resultado de las urnas y designan a Arturo Umberto Illia Presidente de la Nación. Su mandato se limitó a escasos tres años. Un gobierno honesto que condenó toda proscripción del peronismo. Un nuevo golpe militar en Junio de 1966, protagonizado por las tres fuerzas armadas, desplazó la Constitución, una vez más, a un tercer indecoroso lugar por “Actas y Estatutos Para el Proceso de Reorganización Nacional”, conforme rezaba el artículo 14 de la mencionada Acta. Insoportables desencuentros.
Los Tenientes Generales Juan Carlos Ongania; posteriormente Levingston y finalmente Agustin Lanusse asumieron la presidencia de facto del país. Sus designaciones fueron propuestas unilaterales e inapelables de un triunviro de las tres fuerzas armadas que conformaba la Junta Militar. El proceso militar se extendió hasta 1973 con la complicidad de civiles, la Iglesia Católica y tradicionales dirigentes sindicales. Francia conmueve con su movilización popular en 1968. En nuestro país, fuimos protagonistas del “Cordobazo”(1969) y un año después, el “Rosariazo”(1970). Combativos gremios como “SITRAC/SITRAM” y dirigentes sindicales clasistas (Tosco, Salamanca) toman distancia de la claudicante CGT; obreros, empleados, profesores, maestros, profesionales, estudiantes universitarios y secundarios se transformaron en protagonistas de dichas manifestaciones, alentado por la influencia del Mayo Francés. La Matanza de Trelew en Agosto de 1972, delató a los componentes más extremistas de la dictadura militar, los cuales se resistían en abrir el juego electoral, salvo que se condicionara al futuro gobierno por imperio de un Estatuto (1972) que procura modificar la constitución suspendida (El gobierno constituciónal 1973/1976 nunca lo ratificó). Alejandro Agustín Lanusse expone e impulsa el Gran Acuerdo Nacional con la proscripción de Perón como candidato, exilado en Madrid. Desencuentros.
En el mes de Marzo de 1973, la formula Cámpora/Solano Lima, triunfa holgadamente en las elecciones. La juventud peronista impulsa la consigna Cámpora al Gobierno, Perón al Poder. El 25 de Mayo de 1973, en la asunción del nuevo Presidente, los presos políticos son liberados. Se abren las cárceles y cientos de detenidos sin proceso ni sentencia ganan su libertad. Los Montoneros se dirigen al encuentro de sus familias y afectos; los militantes del Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP), que definen al peronismo como populistas y el proyecto impulsado por Perón como una estrategia de la burguesía Nacional, buscan refugio en la selva tucumana o ingresan en la clandestinidad.
En junio de ese año, Perón regresa de su exilio. Una muchedumbre acudimos al Aeropuerto de Ezeiza. La invitación provino de un dirigente de la Juventud Peronista, integrante de las Juventudes Políticas Argentinas en la que nos habíamos auto-convocados dirigentes de diferentes partidos políticos. Era Junio. Hacia frío. Acampamos en los jardines de la facultad de Agronomía de la UBA. Puiggros, esa noche, nos habló de la revolución en America Latina. A la mañana nos dirigimos a Ezeiza. Las dos fracciones del peronismo (La Juventud Sindical expresaba el populismo de derecha y la Juventud Trabajadora Peronista, expresión mayoritaria de Los Montoneros), previo al aterrizaje de Perón, se enfrentan en la necesidad de ganar espacios cerca del enorme escenario donde Leonardo Fabio, en su función de locutor, manifestaba que el General Perón estaba próximo a su arribo. La “Matanza de Ezeiza” se oculta y distorsióna. Crece el enfrentamiento entre los extremos del péndulo Peronista. Más desencuentros.
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