En los últimos años he escrito extensamente sobre la Gran Rebelión de Túpac Amaru y he discutido la historiografía y los trabajos aparecidos sobre el tema en diversos espacios.2 Aquí demuestro cómo la rebelión surgió como consecuencia de las tensiones generadas por las llamadas “reformas borbónicas” (las cuales Alberto Flores Galindo consideró correctamente como el contexto y no la causa de la misma) y que alteraron de manera radical las relaciones sociales y políticas en los años venideros. Si bien profundicé en otros temas como el rol de la Iglesia católica, la segunda fase de la rebelión y la centralidad de Micaela Bastidas en un siguiente libro (La rebelión de Tupac Amaru), los capítulos presentados aquí continúan ofreciendo una buena introducción.
Los siguientes capítulos examinan el impacto de la rebelión y el rol de Cusco en las guerras de independencia. Curiosamente, el primer tema no ha sido del todo estudiado. Si bien contamos con excelentes trabajos sobre las cambiantes dinámicas políticas hacia finales del siglo XVIII y del temprano siglo XIX, son pocos los investigadores que han estudiado la repercusión causada por la rebelión y la imagen misma de Túpac Amaru.3 Las guerras de independencia, por otro lado, han sido mucho más estudiadas en los últimos años, y la conmemoración del bicentenario ofrece la oportunidad de llevar estos debates a un público más amplio.
La conmemoración del 200 aniversario de las rebeliones de 1814-1815 (conocida como “la rebelión de Pumacahua” o de “los hermanos Angulo”) en Cusco motivó un número importante de estudios.4 No obstante, sabemos menos qué ocurrió en Cusco después de 1815, luego de la dolorosa derrota y el desplazamiento del eje en la lucha contra los realistas del sur hacia el norte. En el libro encontrarán argumentos sobre lo que significó el periodo previo a la Independencia de 1815-1824 para la región cusqueña. Mientras los realistas buscaban convertir a Cusco en un “bastión”, muchos desde allí buscaban un orden radicalmente distinto en lo social y lo político. La derrota de las rebeliones locales no trajo consigo el fin de la subversión, las intrigas ni el explorar caminos políticos alternativos.
La última parte del libro trata sobre el caudillismo, encarnado en la figura de Agustín Gamarra. Al igual que otros investigadores, sostengo que la presencia de figuras como Gamarra no son errores o aberraciones en sí mismos sino reacomodos políticos que aparecieron a partir de las guerras de independencia. En este capítulo demuestro que la política “formal” era importante y pongo énfasis en la presencia de elementos clave del republicanismo, como las constituciones, las elecciones, una prensa activa (si bien abrumadora y en ocasiones tóxica) y numerosas alianzas locales y nacionales. Gamarra es un personaje fascinante, un mestizo educado y con experiencia, que se aferró a las ideas conservadoras de ese entonces a lo largo de su agitada vida. Él y su no menos fascinante esposa, Francisca Zubiaga y Bernales (conocida como “Doña Pancha” y “La Mariscala”) merecen nuevas biografías, por cuanto él estuvo involucrado en varios de los momentos más importantes y sus logros y frustraciones van de la mano con los del país en esos años. El libro consigue —en mi opinión— evidenciar los beneficios de estudiar a los caudillos desde una perspectiva regional y local. Agustín Gamarra constituye una inmejorable forma de conocer el siglo XIX peruano.
Si tuviese que resumir el libro en unas palabras, diría que estudia los cambios y continuidades de la cultura política en la larga transición de colonia a república. Es un retorno a la paradoja planteada por Jorge Basadre sobre cómo el Perú nació ciertamente como un país conservador si bien también cambió radicalmente con la ruptura con España. Mientras Lima, la Iglesia católica, las jerarquías étnicas y la minería conformaban los pilares de la política y economía nacional, sus bases habían sido sacudidas o al menos cuestionadas abiertamente. He intentado considerar proyectos alternativos además del republicanismo, que si bien no triunfaron de manera definitiva al menos estuvieron presentes en el siglo XIX. Enfatizo, además, el constante desafío que planteó Cusco hacia Lima como centro del poder y su rechazo al centralismo.5 Las preguntas planteadas por los diversos proyectos políticos de esta época, y que son estudiados en este libro, continúan siendo muy importantes en el Perú del bicentenario.
Charles Walker
1Solo menciono aquí unos pocos libros esenciales: Cristóbal Aljovín Losada. Caudillos y constituciones. Perú 1821-1845. Lima, Instituto Riva-Agüero, FCE, 2000; Donato Amado G. El estandarte real y la mascapaycha: historia de una institución inca colonial. Lima, Fondo Editorial PUCP, 2017; Cecilia Méndez Gastelumendi. La república plebeya: Huanta y la formación del Estado peruano, 1820-1850. Lima, IEP, 2014; Carmen Mc Evoy. En pos de la república: ensayos de historia política e intelectual. Lima, IEP, 2019; Scarlett O’Phelan Godoy. Kurakas sin sucesiones: del cacique al alcalde de indios (Perú y Bolivia 1750-1835). Cusco, CBC, 1997; Pablo Ortemberg. Rituales del poder en Lima (1735-1828). De la monarquía a la república. Lima, Fondo Editorial PUCP, 2014; Víctor Peralta. La independencia y la cultura política peruana (1808-1821). Lima, IEP, Fundación M. J. Bustamante de la Fuente, 2010; Natalia Sobrevilla Perea. Andrés de Santa Cruz, caudillo de los Andes. Lima, IEP, 2015. Como proyectos colectivos: Juan Carlos Estenssoro y Cecilia Méndez (eds.). Narrar la independencia desde tu pueblo. Lima, IEP, IFEA, 2017; Manuel Chust y Claudia Rosas (eds.). El Perú en Revolución. Independencia y guerra: un proceso 1780-1826. Castelló de la Plana, Universitat Jaume I, Fondo Editorial PUCP, El Colegio de Michoacán, 2017; Carlos Contreras y Luis Miguel Glave (eds.). La Independencia del Perú: ¿concedida, conseguida, concebida? Lima, IEP, 2015. Ver mi “‘Más de una alternativa’: Flores Galindo y la independencia”, en Carlos Aguirre y Charles Walker (eds.). Alberto Flores Galindo: utopía, historia y revolución. Lima, La Siniestra, 2020, pp. 37-66.
2Charles Walker. La rebelión de Tupac Amaru, Lima, IEP, 2015.
3Para un estudio modelo sobre el impacto duradero de los conflictos, véase Luis Fernando Granados. En el espejo haitiano: los indios del Bajío y el colapso del orden colonial en América Latina. Ciudad de México, Ediciones Era, 2016; Sergio Serulnikov. Conflictos sociales e insurrección en el mundo colonial andino. El norte de Potosí en el siglo XVIII. Buenos Aires, FCE, 2006; Sinclair Thomson. Cuando solo reinasen los indios. La política aymara en la era de la insurgencia, La Paz, Muela del Diablo, 2007; Víctor Peralta Ruiz. En pos del tributo. Burocracia estatal, élite regional y comunidades indígenas en el Cuzco rural (1826-1854). Cusco, CBC, 1991; Núria Sala i Vila. Y se armó el tole tole. Tributo indígena y movimientos sociales en el virreinato del Perú, 1784-1814. Lima, IER José María Arguedas, 1996; y Peter Guardino y Charles Walker. “Estado, sociedad y política en el Perú y México entre fines de la colonia y comienzos de la República”, en Histórica, 18.1, 1994, pp. 27-68.
4Varios Autores. El Cusco Insurrecto: La revolución de 1814, doscientos años después. Cusco, Ministerio de Cultura, Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco, 2016; Varios Autores. La revolución de 1814 en la ciudad del Cusco. Cusco, Ministerio de Cultura, Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco, 2015.
5Jorge Basadre. Perú: problema y posibilidad. Lima, F. y E. Rosay, 1931.
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Introducción
“Cusco, único lugar en que se puede adquirir
una idea verdadera del Perú y donde aprendí
mediocremente la lengua peruana”.
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